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Karina Rincón, víctima de brutal ataque con martillo por parte de su expareja, relató el horrible episodio que casi le cuesta la vida
La mujer contó los detalles de lo que hizo su atacante antes de agredirla.

8 de oct de 2025, 05:41 p. m.
Actualizado el 8 de oct de 2025, 05:42 p. m.
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Un episodio aterrador vivió recientemente Karina Rincón, la mujer que fue brutalmente agredida por su expareja, en un intento de feminicidio en la localidad de Fontibón, Bogotá. El ataque ocurrió el pasado 22 de septiembre, fecha en la que Rincón celebraba su cumpleaños.
En entrevista con Noticias Caracol, la mujer, quien quedó viva luego de sufrir una brutal golpiza con un martillo, relató que todo sucedió después de que llegara a su casa.
Esa noche, Karina había estado celebrando su cumpleaños con sus amigas en un restaurante, por lo que una vez llegó a su vivienda, hizo lo rutinario, ir a cambiarse para conciliar el sueño.
Pero esto no fue posible, pues en su vivienda se encontraba su expareja sentimental y padre de su pequeña hija de 5 años de edad.

“Yo simplemente llegué de la cena, me dirigí a mi habitación, me fui a empijamar e inmediatamente me quité el pantalón, él ingresó y lo rompió completamente, y salió de la habitación, se dirigió al baño social y logré ver que estaba tomando el martillo de la caja de herramientas”, comenzó por relatar la mujer.
No obstante, advirtió que nunca sospechó que el hombre estaba planeando hacerle daño. “Yo solo supuse que iba a hacer un arreglo, pero cuando entró, inmediatamente ya tenía un martillazo en mi cabeza, y solamente pasaba por mi mente el deseo de vivir. Sentía, Dios mío, no voy a morir, voy a vivir, voy a vivir”.
El agresor de Karina le propinó 20 martillazos en su cabeza y rostro, y por si fuera poco, le retiró algunas piezas dentales con un alicate. Esto le causó gran daño, pero no le quitó la vida.
“En eso recibí al menos 4 martillazos más, me tomó por detrás y seguía lastimando mi cabeza, me logré salir un poquito. Abrí la habitación de mi bebé y la vi dormir, y desde allí ya no me acuerdo de nada”.
Antes de perder la conciencia, recuerda que mientras estuvo en el cuarto de su bebé, gritaba con angustia. “Mi hija estaba en la habitación de enseguida durmiendo. Yo gritaba y pedía ayuda, pero mi bebé, gracias a Dios, no despertó”.
Luego relató que, tras perder el conocimiento y según se pudo establecer más tarde, fue su mascota la que continuó alertando a los vecinos que algo estaba sucediendo.

“Gracias a ella, avisaron a portería. El vigilante subió y me encontró sin signos vitales, aunque dijo ‘de todas maneras la bajo’. Me bajó a portería, y yo estaba en coma, pero dicen que yo abrí los ojos en ese momento y le dije: ‘mi bebé sigue adentro, bájela por favor’, y volví a quedar en coma. Siento que fue Dios quien me dio la fortaleza para poder pedir ayuda por mi hija”.
Por este ataque, Karina permaneció 10 días en una Unidad de Cuidados Intensivos en el Hospital de Kennedy, donde entró en un coma profundo por la gravedad de sus heridas.
“Le quiero dar gracias a Dios quien es el que hace que yo esté hoy acá, con esta segunda oportunidad de vida. En el primer hospital me declararon muerte cerebral y en el segundo, que podía quedar en coma indefinidamente, hasta que llegó mi mamá, fue su voz la que escuché y al escucharla abrí los ojos. Esto fue un motivo de felicidad para el neurocirujano, el cual saltó y abrazó a mi mamá, y le dijo: ‘usted ha hecho un milagro’”, relató la mujer.
Cabe recordar que, posterior al ataque, y una vez el vigilante manifiesta que estaba con las autoridades, el hombre huye del lugar, no sin antes llamar en el camino a la madre de Karina para decirle: “Señora, acabo de matar a su hija, su hija está muerta en el apartamento”.
Fue su madre la que llamó de inmediato a uno de sus tíos, quien fue el que primero llegó al centro hospitalario y autorizó que le retiraran el cabello a Karina para una posterior cirugía de 12 horas, de las cuales 6 fueron destinadas al rostro y 6 al cráneo.

Tras el devastador ataque, Karina relató que no fue fácil volver a mirarse en un espejo. “Me he visto al espejo y ha sido muy triste. Al comienzo evité verme porque quedé muy impactada, pero ahora lo hago con frecuencia y simplemente con dedicación, me estoy aplicando mis cremas y estoy esperando el tiempo porque requiero bastante tiempo para la recuperación, pero tengo la oportunidad de vida, de poder seguir siendo madre, de poder seguir siendo familia y teniendo amigos, que es lo primero que agradezco a Dios, y esto me da mucha fortaleza, cada oración, cada velita que han encendido para poder continuar en esta recuperación”, le contó Karina a Noticias Caracol.
La mujer había terminado su relación hace más de un año con el padre de su hija, aunque seguían manteniendo contacto por su pequeña. No obstante, luego de lo sucedido dijo que no tiene resentimiento por este hombre, aunque pide que no quede en libertad por vencimiento de términos.
Karina ya tiene hasta el momento dos cirugías. Sin embargo, necesitará más intervenciones quirúrgicas, pues ahora debe recibir ayuda de un cirujano maxilofacial, ya que el atacante le retiró varias de sus piezas dentales superiores.
“Por eso ahora acudo a las personas de buen corazón que me puedan respaldar y me ayuden de alguna manera a cubrir todo esto. Necesito también muchísimo láser y tratamientos dermatológicos y estéticos. Es una recuperación que requiere muchísimo tiempo y también recurso económico”, explicó.
Karina finalmente le pidió a la comisaría de familia que escuche a las mujeres, pues ella, en un error que hoy reconoce, accedió en los últimos meses a dejar que este hombre se acercara nuevamente a su familia. “Este hombre es bastante manipulador, quería estar todo el tiempo cerca, pero como nadie me apoyó, preferí evitar problemas”.
“Yo fui hace un año (a pedir) medida de protección y no me brindaron seguridad”, concluyó Rincón, quien advirtió a otras mujeres que no dejen pasar malas actitudes y que estén atentas a las alarmas que estos sujetos dan previamente.
Periodista de cultura, entretenimiento y tendencias, experta en edición digital e impreso. Amante de las historias que inspiran. Aprendiz constante.