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Sofía Zapata, campeona ecuestre caleña que ganó 25 medallas, lanzará libro en la FILBo sobre sus batallas por su baja visión
Un ser de luz es esta joven de 16 años, campeona de adiestramiento ecuestre y periodista de inclusión, quien pronto lanzará un libro en el que cuenta las batallas contra el bullying que ha librado por su baja visión.

Por Isabel Peláez R., editora de Vé
“Mi letra es un espectáculo aparte, es gigante, fea y temblorosa, como si cada letra estuviera tratando de hacer su propia coreografía”,
Sofía Zapata Meneses.
Sofía Zapata Meneses escribió el libro La Vida es Fascinante, Solo Hay que Verla con las Gafas Correctas, cuyo lanzamiento será el próximo 18 de abril, por parte del sello Bronce, del Grupo Planeta, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Que dicha frase la diga una joven de 16 años, que tiene baja visión —como lo anunciaba en el botón que llevaba en su blazer el día que la conocí—, despierta curiosidad y admiración a la vez.
Gisela Meneses, su mamá, cuenta que Sofía, la menor de sus hijos con Carlos Alberto Zapata, nació con Nistagmus (movimiento involuntario de los ojos de forma horizontal), baja visión, endotropía, atrofia óptica, estrabismo convergente y mioclonias epilépticas con pérdida visual, lo que la ha llevado a vivir con alteraciones visuales permanentes y crisis neurológicas constantes.
Pese al duro diagnóstico, gracias a su espíritu de lucha y perseverancia, Sofía se ha destacado en el deporte paralímpico, la inclusión social y el periodismo inclusivo. Cuenta con 27 medallas de oro en adiestramiento paraecuestre a nivel departamental, nacional e iberoamericano.
“Yo quería que Sofía naciera en parto normal. Me aplicaron anestesia para evitar las contracciones, pero me quedé dormida cuando ella asomaba su cabeza, y mientras me trasladaban a otra torre de la clínica para practicarme una cesárea, para poderla sacar porque había quedado atrapada al salir, a ella le dio hipoxia (disminución del suministro de oxígeno a los tejidos del cuerpo), perdió su nervio óptico y la diagnosticaron ‘ciega’”, cuenta la madre.

Sofía no fue una hija planeada, llegó después de Nicolás Taborda Meneses, de Valeria y de Tatiana, sus hermanos. Por eso su mamá llegó a pensar que el hecho de que naciera con dicho diagnóstico era “un castigo divino”. El tiempo le demostraría que, al contrario, ella sería una bendición en la vida de todos. Sofía ingresó a un colegio tradicional, a transición —sus padres querían que llevara una vida normal—. Mas, en primaria, comenzó a sufrir bullying, y se convirtió en “la escuela del terror” para ella.
“Los descansos escolares, esa maravillosa mezcla de libertad y ansiedad ¿Verdad? Para mí eran como un mundo de emociones, cuando tenía la suerte de tener a alguien con quien jugar, como mi prima Isa, era como estar en Disneylandia: dulces, charlas y momentos de diversión asegurados, o de alguna otra alma amable que se apiadara de mí para jugar, pero nunca fue así o por desgracia, esos momentos eran escasos, me encontraba sola. El resto del tiempo me sentía como el último emoji en una conversación grupal, invisible; los niños de mi edad preferían correr, saltar y jugar a cosas que implicaban una vista mejor que la mía. ¿Pelotas? Solo las veía si eran fosforescentes y hasta entonces, más bien eran un mito urbano. ¿Correr? ¡Ja! si lo hacía, seguro terminaba haciéndole compañía al suelo en algún escalón perdido. A veces me preguntaba por qué la profesora no decretaba una orden tipo ‘¡todos juegan con Sofía!’. Me hubiera encantado esa posición (niños tienen que jugar con Sofía o buscar un juego en el que ella pueda jugar con ustedes), pero bueno, eso solo pasaba en mis sueños”.


Después ingresó al Colegio Luis Horacio Gómez, donde el impacto fue menor, pero al llegar la pandemia empezó con unos ataques de epilepsia a los 11 años, y a partir de esa edad inició con ‘homeschooling’ (educación en casa), desde sexto grado y ya va en décimo.
Por recomendaciones que le hacen a su madre, empieza a practicar natación y equitación. Un día, representantes de la Federación Ecuestre la convocaron a Bogotá, para participar en unas olimpiadas, y representar a Colombia en la modalidad de adiestramiento, aunque Sofía estaba en salto. La ven montar a caballo, les gusta y es sometida a pruebas médicas para ver si es apta. A los meses la llaman de la Liga Ecuestre del Valle y le dan la aprobación.
Aunque fue rechazada en varios clubes de equitación, tanto la Liga, como el Ministerio del Deporte y la Federación Ecuestre del Valle, la apoyan con su caballo, sus entrenos y sus viajes. Ha competido con deportistas de Uruguay, Paraguay y México, y le ha dado medalla de oro a Colombia. Actualmente, entrena con miras a los Paralímpicos de 2028, en Los Angeles, donde competirá en Adiestramiento Ecuestre. Y en junio próximo participará en las olimpiadas de Fides.
Sofía, quien asiste a clases de braille en la Biblioteca Departamental, es periodista de inclusión de la Gobernación del Valle; ha entrevistado ministros, gobernadores, generales, senadores, alcaldes y artistas. Pero su gran sueño se lo dijo a la mandataria de los vallecaucanos, Dilian Francisca Toro: “Yo voy a ser gobernadora del Valle del Cauca”. Ama servir a otros, desde hace tres años creó la Fundación Impactando Vida y un pulguero en Ciudad Córdoba en el que apoya a más de 1500 mujeres. Ahora está empeñada en fundar comedores comunitarios en Cali, Palmira y Pradera. Sofía debería tener en el botón que lleva en su blazer la frase: “Soy un ser de luz”.
Aparte del libro de Sofía
“La primaria no fue fácil, no poder ver el tablero, libros o talleres con letra normal o ver algo de lejos, complicaba las clases, pero mis profesores encontraron soluciones creativas, aunque el colegio decidió entregarme y mandarme a hacer, especialmente para mí, guías con letras gigantes y dibujos, todo para facilitar mi aprendizaje y poderlas ver mejor de cerca. Mi madre, por su parte, luchaba incansablemente por mi inclusión, enfrentándose al colegio en una batalla por la igualdad”.
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