La caleña que convierte la naturaleza en laberintos artísticos

María Andrea Galindo es una caleña que ha creado su propio camino a través del arte, y es literal, ya que con sus manos ha construido un mundo al que llama: Arcano, Bosque Perpetuo.

Es una interesante e innovadora propuesta plástica donde con la técnica de corte a láser de mdf vinilo sobre lienzo moldea laberintos de naturaleza, de los que emergen flores, hojas y paisajes que sumergen al espectador en un camino, cuyo fin debe adivinar.

Son 25 obras de pequeño, medio y gran formato, que actualmente y hasta el 14 de junio expondrá en Bogotá, en la galería Mecánica Taller y Laboratorio de Arte, al norte de la ciudad. Pero pronto tendrá una exposición en el Hotel Intercontinental de Cali, que durará dos meses.

¿En qué consiste la técnica que usa en esta obra?

Mi formación es en diseño industrial, en diseño gráfico, y ambas influencias se ven reflejadas en mi técnica, ya que mi material especial que utilizo es MDF con vinilo cortado a láser, es un material industrial, pero es muy noble y se deja moldear en mil formas, y me permite crear mi propio lenguaje.

El proceso de cada obra inicia con un dibujo digital, a mano alzada, ahí voy creando las piezas, dejando que la mano vaya tomando su propio rumbo.

Luego pasa a un proceso de corte láser en MDF, y quedan las piezas en 3D. El paso final es armar y pegar este laberinto, es el que más disfruto, porque es un momento de meditación para mí, ya que requiero de mucha concentración y precisión.

¿De qué recuerdos de infancia proviene su inspiración?

De la naturaleza, crecí rodeada de ella y siempre he tenido una conexión muy especial con esta, gran parte de mis recuerdos de infancia son corriendo y explorando el bosque.

En mi obra lo interpreto como un laberinto, que puede tener muchas o pocas entradas y salidas, pero para mí en realidad, lo más lindo es el recorrido.

Y así enfrento la vida. Siento que a veces estamos más preocupados por buscar esa salida o esa meta, que no sabemos si vamos a encontrarla, y nos olvidamos de disfrutar el proceso, que es lo más enriquecedor y bello.