¿Qué es la regla fiscal y que efectos graves tiene la decisión del Gobierno de suspenderla?

En las últimas horas, el Gobierno Nacional activó una “cláusula de escape” y suspendió temporalmente la regla fiscal, un mecanismo legal que permite exceder los límites de gasto y endeudamiento en situaciones excepcionales.

La decisión se dio luego de una reunión del Confis, (Consejo Superior de Política Fiscal). Con esta medida, los expertos indican que el déficit podría escalar hasta un 7 % del PIB en 2025.

El Ministerio de Hacienda justificó la suspensión como necesaria para proteger el crecimiento económico, mientras se prepara un plan de retorno a la disciplina fiscal.

Sin embargo, la decisión generó críticas. El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) emitió un concepto adverso, señalando que no se dan las condiciones extraordinarias para activar la cláusula. También advirtió que se necesitarían entre 40 y 75 billones de pesos en ajustes para volver al marco fiscal original.

Tras la decisión, muchos se han preguntado qué alcances tiene la medida y la importancia de la regla fiscal.

¿Qué es la regla fiscal?

La regla fiscal es una norma estipulada en la constitución, la cual establece límites al gasto público y al déficit fiscal con el fin de garantizar la sostenibilidad de las finanzas del Estado a lo largo del tiempo.

Su importancia radica en que impone disciplina al manejo de los recursos públicos, evitando que los gobiernos incurran en deudas excesivas o gastos descontrolados que puedan desestabilizar la economía.

Al mantener un equilibrio entre ingresos y egresos, la regla fiscal fortalece la confianza de inversionistas, reduce el riesgo de crisis fiscales y protege a futuras generaciones del peso de una deuda insostenible.

¿Qué pasa si se elimina en su totalidad?

Si no hay una regla fiscal o esta se suspende sin un manejo responsable, el gobierno puede gastar más de lo que ingresa de forma indefinida, lo que incrementa el déficit y la deuda pública.

Esto genera riesgos como la pérdida de confianza de los inversionistas, el aumento en las tasas de interés, una mayor presión sobre la inflación y posibles recortes en la calificación crediticia del país.

A largo plazo, puede llevar a crisis fiscales, devaluación de la moneda y menos recursos para inversión social y desarrollo, afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables.