¿La infidelidad en el trabajo puede ser un causal del despido? Esto dice la ley

La Corte Suprema de Justicia aclaró que ciertas conductas de la vida privada sí pueden terminar en un despido justificado.

En especial, cuando estas afectan directamente el ambiente laboral, dicho análisis se da tras estudiar un caso de infidelidad ocurrido entre miembros de una misma empresa.

¿Qué dice la ley?

Los límites entre la vida personal y laboral suelen volverse difusas, y cuando eso ocurre, las consecuencias pueden trascender lo estrictamente privado.

Un reciente pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia volvió a poner sobre la mesa un debate conocido, pero poco comprendido, ¿puede la infidelidad, cuando involucra a miembros de un mismo entorno laboral, convertirse en motivo válido para terminar un contrato?

En Colombia, las relaciones entre empleadores y trabajadores están regidas por el Código Sustantivo del Trabajo (CST), un conjunto de normas que busca garantizar equilibrio y justicia en las dinámicas del ámbito laboral.

Dicha legislación abarca aspectos esenciales para cualquier empleado, como contratos, salarios, vacaciones y deberes.

El artículo 5 del CST señala que el trabajo regulado por este Código comprende toda actividad humana libre, permanente o transitoria, realizada de manera consciente al servicio de otra persona bajo un contrato laboral.

Asimismo, la normativa establece que las empresas que superen ciertos números de empleados deben contar con un reglamento interno de trabajo.

Los artículos 104 al 115 detallan ese requisito, explican a qué compañías aplica y definen tanto su contenido como los procedimientos para imponer sanciones.

Ahora bien, la pregunta sobre si la infidelidad puede ser causal de despido cobró relevancia tras un caso estudiado por la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia.

Aunque la vida íntima de los trabajadores no suele interferir en el ámbito laboral, la Corte analizó una situación que generó un fuerte debate.

En la sentencia SL10137-2015, el alto tribunal revisó el caso de un jefe que mantuvo una relación sentimental y sexual con la esposa de uno de sus subalternos.

La empresa decidió despedirlo con justa causa, apoyándose en su reglamento interno y en el código de ética, los cuales prohibían conductas consideradas inmorales que pudieran alterar el ambiente de trabajo.

El empleado demandó, alegando que lo ocurrido pertenecía a su vida personal y no justificaba la terminación de su contrato.

Para la Sala, cuando una conducta, aun originada en la vida privada, altera la convivencia laboral y compromete el adecuado desempeño de las funciones, puede constituir una falta grave.

En este caso, consideró que el ambiente de trabajo se vio afectado al punto de justificar la terminación del contrato por justa causa.

De esta forma, la Corte reafirmó que, aunque la vida personal generalmente no incide en la estabilidad laboral, existen circunstancias excepcionales en las que sus efectos pueden cruzar los límites y generar repercusiones legales dentro del ámbito del trabajo.