Desarrollo empresarial e industrial a 75 años, el gran reto de la economía

Pensar en 75 años parece bastante lejano, pero lo cierto es que las transformaciones son cada vez más rápidas y las regiones y los países deben estar preparadas para asumir los retos del futuro.

Milton Sabogal, profesor de Mercadeo de la Universidad Autónoma de Occidente, aseguró que hablar del desarrollo económico en 75 años es casi ciencia ficción: “Ningún empresario serio planea a ese horizonte cuando la economía, la tecnología y los consumidores cambian cada pocos años”.

Por ello, aterrizó esa visión en tres capas: 10 años, 25 años y una mirada larga a 75, como norte, no como futurología.

“Lo digo desde lo que veo todos los días: retail, canales, consumidor, empresas y ciudad”, señaló.

Por ello, en los próximos diez años la apuesta sería productividad, tecnología y servicios que sí generan progreso.

Ante un crecimiento lento (2,7 % primer trimestre 2025; 2,1% el segundo) y una inversión debilitada, sumado a que solo cuatro de cada diez ocupados tienen contrato formal, Cali tiene tres deberes urgentes, según Sabogal: Primero: servicios inteligentes y digitalización real.

“El caleño cambió: exige resolver todo en dos clics. Y el Valle, aunque mejor que la mitad del país, ronda 23 % de penetración en internet fijo, aún lejos de niveles Ocde”, dijo.

Lo anterior obliga a la capital del Valle y al departamento a automatizar puntos de venta, bodegas y centros de distribución. Integrar en serio el retail físico, el e-commerce y los marketplaces. Reconvertir centros comerciales en espacios de servicios, salud, experiencias y educación. Desarrollar Cali plataformas y soluciones digitales competitivas a nivel regional.

Segundo: economía de la salud y el bienestar: Colombia tiene 98,5 % de población afiliada al sistema de salud, una base enorme. Sumado al envejecimiento poblacional, esto abre un mercado gigantesco para clínicas especializadas y servicios de alta complejidad, atención domiciliaria y telemedicina, tecnologías médicas, dispositivos, insumos y servicios de cuidado.

“Cali puede construir aquí un clúster sólido de silver economy: soluciones para personas mayores que viven más, consumen más y demandan más”, afirmó el profesor Sabogal.

Y tercero: las nuevas generaciones no quieren trabajo físico, turnos partidos ni esquemas operativos tradicionales. “¿Quién va a recoger, empacar, reponer y entregar? La respuesta será tecnológica: centros logísticos automatizados, robots en piso de tienda, drones y vehículos autónomos, inteligencia artificial para demanda, inventarios y rutas. No por moda: por escasez de mano de obra dispuesta a esos roles”, precisó.

En 25 años

El Valle del Cauca y el país deberán apuntar a la bioeconomía, la industria naranja, la logística del Pacífico y energía suficiente.

“Si hacemos lo que toca, en 25 años Cali puede verse muy distinta: bioeconomía con sello Valle del Cauca, tenemos biodiversidad única y un tejido agroindustrial enorme. El capítulo de crecimiento verde insiste en transformar esa biodiversidad en valor”, aseguró.

De ahí, añadió, puede salir una industria fuerte en biocosméticos, ingredientes naturales premium, empaques biodegradables, alimentos funcionales y nutracéuticos. “Cali puede ser el cerebro urbano que articula ciencia, mercado y distribución”, enfatizó.

Una industria naranja despegada: la región está llena de talento creativo. “Con ciencia, tecnología, capital y alianzas universidad-empresa, aquí pueden escalar productoras audiovisuales globales, estudios de animación y videojuegos, plataformas de música, arte y experiencias y startups (fintech, healthtech, logtech)”, indicó.

Adicionalmente, el departamento se puede convertir en hub logístico del Pacífico: “Necesitamos un enfoque intermodal serio y dragado permanente en Buenaventura para recibir buques de gran tamaño sin depender de la marea”.

Así las cosas, el Valle del Cauca y su capital deberían ser un nodo articulador entre puerto, aeropuerto, zonas francas y parques industriales; centro de servicios logísticos de valor agregado y plataforma para nearshoring y relocalización de cadenas globales.

Pero recalcó Sabogal que sin energía competitiva no hay historia. Por tal razón se requieren granjas solares a escala, biomasa de caña y proyectos de hidrógeno verde para industria y transporte.

A 75 años

A largo plazo, Sabogal planteó una región con una manufactura avanzada, inteligencia artificial total y bioeconomía global. “Si hacemos la tarea, Cali en 75 años podría ser fábricas robotizadas produciendo alimentos avanzados, empaques sostenibles y dispositivos médicos”.

Asimismo, un sistema logístico híbrido con drones pesados, vehículos autónomos y trenes eléctricos, pero también ecosistema global de servicios: diseño, data science, CX: “Un polo mundial de bioeconomía y soluciones ambientales basadas en la biodiversidad del Pacífico”.

Finalmente, el docente afirmó que el país y la comarca necesitan “empresas con foco real y equipos formados para competir en un mundo digital”.