“Sueño con una Cali llena de oportunidades”

Jacobo Tovar Caicedo, director general de la Caja de Compensación Familiar del Valle del Cauca, Comfandi, habla del bienestar integral y del desarrollo humano como la clave de la competitividad, la productividad y la sostenibilidad de las empresas a largo plazo.

Desde el 2014, cuando se vinculó a Comfandi, su misión ha estado encaminada a cerrar brechas sociales y a la construcción de una sociedad equitativa e incluyente.

Por eso, es un convencido de que la economía del bienestar es el camino para construir un sector empresarial más productivo, porque necesariamente “hay un claro vínculo entre la vida armoniosa de una persona y su familia, en su entorno, con una mayor productividad social y laboral”.

La Cali del futuro deberá apuntar hacia un desarrollo sostenible, inclusivo y eficiente. Ese es el propósito, ¿pero cuál es el camino para para lograrlo?

Muy buena pregunta. Yo creo que hoy estamos dando un paso muy importante, porque esto arranca con abrir esa conversación de lo que debe ser un tema de bienestar integral para las personas del Valle del Cauca, o sea, para los habitantes.

En el caso nuestro, como somos caja de compensación, para el trabajador afiliado y sus familias, y por supuesto, en ese tema de bienestar integral lo que estamos proponiéndoles a las empresas, a nuestras empresas afiliadas, es que hay un claro vínculo entre la vida armoniosa de una persona y su familia, en su entorno, con una mayor productividad social, laboral, y obviamente esto hace que las empresas sean más sostenibles.

Entonces, estamos invitando a nuestras empresas a que vengan y trabajemos juntos en esa triada empresa – trabajador - Comfandi en el bienestar integral de los trabajadores, para que la empresa sea sostenible en el tiempo y haya, de alguna manera, un círculo virtuoso donde se crea y se genera valor.

¿Es decir que las personas que llevan su vida de una manera armónica, con bienestar integral, son más productivas?

Totalmente. Personas que viven su vida de una manera armónica, que tienen un bienestar integral, son más productivas, hacen que las empresas sean más competitivas y más sostenibles en el tiempo.

Esa es la visión y es la primera conversación que estamos teniendo aquí en el Valle del Cauca desde Comfandi, hablando de este tema del vínculo, el puente que existe entre el bienestar integral de una persona, de su familia y de su entorno, con la productividad, léase las personas viviendo en su máximo potencial para transformar sus entornos, sea laboral o social.

¿Cómo se trabaja ese bienestar integral?

Se ha determinado que existen ocho dimensiones que agrupan o comprenden entre ellas lo que es una vida armónica, y esas ocho dimensiones van desde la salud mental, física, emocional, intelectual y financiera, la relación con el entorno social, el tener un propósito de vida y la relación con el entorno natural.

O sea, el desarrollo humano no se da por un tema de econometría, de crecimiento del PIB, sino que se tiene que velar para que estas ocho dimensiones se cumplan y así tener una vida plena, una vida productiva, y de esta manera que las personas desarrollen al máximo su potencial, que es lo que queremos nosotros desde Comfandi, a fin de que se conviertan en agentes de cambio en su entorno.

En ese orden de ideas, ¿cómo debería ser Cali en 75 años para garantizar el bienestar de sus habitantes?

Yo visualizo a Cali como una Cali de oportunidades, donde haya movilidad social. Una Cali donde hay unas instituciones que desde Comfandi, las empresas, el Estado y la academia son facilitadores que están empoderando a la ciudadanía, a las personas, para que, usando las capacidades que se les están brindando, se empoderen de su desarrollo personal y hagan esas transformaciones sociales.

Yo me sueño con la Cali de 2100 así, como una tierra de oportunidades.

¿Cómo se deben preparar las instituciones y las universidades para llevar a las nuevas generaciones hacia ese camino de desarrollo y productividad?

Todas las formas de aprendizaje son supremamente importantes, pero creo que las capacidades blandas cada vez van a ser más importantes en la formación, en la educación, porque dan una gran maleabilidad, esa plasticidad mental para seguir aprendiendo, porque lo que estamos viviendo ya en el presente y seguramente vamos a vivirlo de una manera mucho más acelerada en un futuro muy cercano es que uno no puede parar de aprender; uno debe aprender, utilizar ese conocimiento y luego volver a capacitarse, porque las transformaciones se están dando de forma muy rápida.

Creo que es importantísimo que las instituciones educativas de todo nivel, desde la casa hasta en el trabajo, estemos brindándole a la gente esa capacidad de aprender y reaprender para seguir siendo productivos.

¿Cómo se imagina el ecosistema empresarial de Cali en 75 años, a qué se le debe apostar?

Lo imagino muy centrado en las personas, porque ellas son los agentes del cambio. Muy centrado en la formación, en dotar de herramientas tecnológicas a los colaboradores para que estos puedan seguir creciendo, formándose y haciendo los cambios. Así me imagino a Cali dentro en 75 años.