Cultura
La dicha de la palabra dicha, un espectáculo de cuentos de Nicolás Buenaventura Vidal en el TEC
En el Teatro Experimental de Cali, Nicolás Buenaventura Vidal regresa a su ciudad natal con nuevos cuentos en su obra.
Juan Carlos Moreno Urán / Reportero El País
Siendo todavía adolescente ingresó al mundo de la dramaturgia e inició su camino tanto en la literatura como en las artes escénicas. Hoy, como cuentero vuelve a su cuna teatral con nuevas historias inspiradas en diversas culturas afro-indígenas del continente americano. Los amantes de la palabra dicha tienen cita en el TEC en la Calle 7 # 8 – 63, boletería en la taquilla.
Hijo de la maestra Jacqueline Vidal y y el maestro Enrique Buenaventura, Nicolás dice que recibió de ellos todo lo que es ahora, pero que vivió desde que nació en una “tribu”, una familia de actores que los consideró muchas madres y padres, tíos, primos, abuelas y hermanos. Una familia extensa que le heredó todo el arte valioso del teatro, y en su caso, el cuento y la palabra.
El espectador se va a encontrar con un repertorio de cuentos que ha trabajado Nicolás en toda su trayectoria, “hay una primera reflexión sobre las palabras, sobre el universo que hay detrás de cada palabra. Cada una de ellas tiene detrás otras palabras escondidas” expone Buenaventura.
En sus ires y venires desde Francia a Cali a visitar su mamá y toda su familia teatral, también viene para hacer parte del cierre de la temporada de invitados que el TEC tuvo en el mes de julio, dando paso a todo el repertorio propio que presenta el teatro a todo su público.
“Mi relación con cada palabra que me alimentaron en mi infancia, aquí en esta ciudad, a la manera de hablar caleña, muchas palabras que hoy han desaparecido. Por ejemplo, hablo de la palabra ‘batanear’ que ya casi nadie usa y que en mi adolescencia era una palabra muy presente, cuando cogíamos de recocha a alguien”, expresa Nicolás sobre la importancia y su relación con las palabras.
También contó un fragmento de uno de sus cuentos para invitarlos a navegar sobre esa relación con las palabras y en ese espectáculo que maneja la relación entre la palabra escrita y la palabra hablada “la palabra dicha, por eso la dicha de la palabra”.
Aquí este segmento dicho de su propia voz: “Le pidieron a la verdad que se vistiera, pero que sobre todo se lavara la cara. La verdad se vistió con cinta de colores, pero en cuanto a lavarse la cara, No. Las mujeres y los hombres pidieron rogaron, se enojaron y se organizaron y de la solicitud cordial pasaron a las órdenes, de las órdenes a las amenazas, de estas a las leyes y de las leyes al castigo. La verdad fue que tuvo que ir al río y lavarse la cara. Cuando las mujeres y los hombres vieron el rostro de la verdad, se desencadenó la ira del cielo y la tristeza en la tierra” y así cuenta Nicolás con que los caleños y visitantes asistan a este juego de las palabras.
Este año en el TEC
La capital del teatro con mayúscula es Cali. Enrique Buenaventura es el pionero de una expresión dramática del ser latinoamericano contemporáneo. A pesar de ser polémica y antiacadémica la gracia de su expresión subversiva y popular sigue seduciendo a los que se atreven a acercársele.
La cultura es el alma de una sociedad. Es la suma de sus tradiciones, creencias, valores y expresiones artísticas que la hacen única y diversa. Y entre todas las formas de arte, el teatro se alza como una de las más poderosas y enriquecedoras. A lo largo de la historia, el teatro ha sido un medio para transmitir mensajes, reflexionar sobre la condición humana y llevar a escena las historias que dan forma a nuestra identidad colectiva.