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Errores frecuentes al utilizar el lavavajillas en el hogar
El lavavajillas es un aliado indispensable en el hogar, pero para aprovechar al máximo sus beneficios, es esencial evitar estos errores comunes.
El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más valorados en los hogares modernos, ahorrando tiempo y esfuerzo en la tediosa tarea de lavar los platos. Sin embargo, su uso incorrecto puede llevar a problemas de funcionamiento y resultados insatisfactorios. A continuación, exploramos los errores más comunes que se cometen al utilizar el lavavajillas y cómo evitarlos para asegurar un rendimiento óptimo.
No raspe o enjuague los platos antes de colocarlos
Uno de los errores más habituales es no raspar o enjuagar los restos de comida de los platos antes de colocarlos en este sitio. Aunque muchos lavavajillas modernos están diseñados para manejar residuos de alimentos, es fundamental entender sus limitaciones. Los restos grandes de comida pueden obstruir los filtros y las tuberías, reduciendo la eficacia del lavado y provocando malos olores o incluso averías.
Para evitar este problema, es recomendable eliminar los restos de comida sólidos antes de colocar los platos en el lavavajillas. Un raspado rápido con un utensilio de cocina es suficiente. Enjuagar ligeramente los platos también puede ser útil, especialmente si el lavavajillas no se va a poner en marcha de inmediato. Esto previene que los residuos se sequen y se adhieran con más fuerza, dificultando su limpieza posterior.
Sobrecargar o mal colocar los utensilios
Otro error común es sobrecargar este aparato electrónico o colocar los utensilios de manera incorrecta. Un lavaplatos sobrecargado puede impedir que el agua y el detergente lleguen a todas las superficies de los platos, resultando en una limpieza incompleta. Asimismo, una mala colocación de los objetos puede bloquear los brazos rociadores, lo que también afecta el rendimiento del lavado.
Para una carga eficiente, es importante seguir las indicaciones del fabricante sobre la capacidad y distribución de los utensilios. Los platos y fuentes grandes deben colocarse en los lados y en la parte trasera de la rejilla inferior, permitiendo que el agua alcance todos los rincones. Los vasos y tazas deben ir en la rejilla superior, inclinados ligeramente para evitar que el agua se acumule en ellos. Los cubiertos deben colocarse en el cesto correspondiente, con los mangos hacia abajo para una mejor exposición al agua y al detergente.
Usar el detergente incorrecto o en cantidad inadecuada
El detergente es un componente crucial para el buen funcionamiento del lavavajillas, y usar el tipo incorrecto o en cantidades inadecuadas es un error que puede afectar la limpieza y el estado del electrodoméstico. Los detergentes líquidos, en polvo y en pastillas están formulados de manera diferente, y no todos son adecuados para todos los tipos de lavavajillas o ciclos de lavado.
Es vital seguir las recomendaciones del fabricante del lavavajillas y del detergente. Usar demasiado puede provocar un exceso de espuma, lo que impide un enjuague adecuado y puede dañar el lavavajillas. Por otro lado, usar muy poco detergente puede resultar en platos mal lavados y residuos de alimentos.
En ese sentido, las pastillas de detergente suelen ser una opción conveniente, ya que están premedidas para una carga estándar, pero es importante asegurarse de que son compatibles con el modelo y las especificaciones del lavavajillas.
Además, es aconsejable utilizar sal para lavavajillas y abrillantador si el fabricante lo recomienda. La sal ayuda a ablandar el agua, previniendo la acumulación de cal y asegurando un mejor rendimiento del detergente. El abrillantador, por su parte, mejora el secado y evita las manchas de agua en los vasos y platos.
No mantener el lavavajillas limpio
Por último, pero no menos importante, muchos usuarios olvidan que el lavavajillas también necesita limpieza y mantenimiento regular para funcionar correctamente. Los filtros, los brazos rociadores y las juntas de la puerta pueden acumular residuos y restos de alimentos con el tiempo, afectando el rendimiento del electrodoméstico y la calidad del lavado.
Es recomendable limpiar el filtro al menos una vez al mes, retirándolo y lavándolo bajo el grifo para eliminar los residuos acumulados. Los brazos rociadores también deben revisarse y limpiarse periódicamente para asegurar que no estén obstruidos. Las juntas de la puerta pueden limpiarse con un paño húmedo y un poco de detergente suave para evitar la acumulación de moho y suciedad.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.