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¿Cuánto tiempo se puede guardar el arroz con pollo en la nevera?
Comer alimentos caducados conlleva a problemas para el organismo.
Nadie está exento de tener que guardar algunos restos de comida en la nevera luego de haber preparado una gran cantidad. Esto se hace para poder ingerirlos en días siguientes sin correr el riesgo de que se hayan echado a perder.
Sin embargo, aun con las bajas temperaturas del refrigerador, todos los alimentos tienen un límite de conservación. En el caso del arroz, uno de los productos más comunes en los platillos alrededor del mundo, inciden aspectos como el almacenamiento y la forma de preparación.
A nivel general, se puede concluir que el arroz se mantendrá entre unos 3 a 5 días si se guarda a unos 4 grados de centígrados en la nevera y a una temperatura constante. Exceder este tiempo no es algo recomendado.
“Parecen alimentos muy estables y, además, si los comes cuatro o cinco días después de haberlos cocinado, tienen prácticamente el mismo sabor. No nos damos cuenta de que pueden tener toxinas de bacillus cereus”, explica Beatriz Robles, dietista, nutricionista y tecnóloga alimentaria.
Esta bacteria genera cierto grado de envenenamiento en el arroz y puede producir dos tipos de intoxicaciones. La primera conllevará a presentar diarrea y dolor abdominal, mientras que la segunda provocará vómitos y náuseas en quien la padezca.
Existen otros patógenos a los que se puede estar expuesto por consumir alimentos caducados. Por ejemplo, virus como la Hepatitis A y el Norovirus; bacterias como Salmonela, Listeria, Shigela, Coli y Campylobacter, y parásitos como Giardia y Trichinella.
Ahora bien, el pollo tiene un poco menos de resistencia. Se estima que la preparación del arroz con pollo solo puede almacenarse en la nevera, como máximo, tres días después de haber sido preparada. A partir de allí, los riesgos de intoxicación y problemas estomacales son altos.
De hecho, algunos expertos aseguran que lo mejor es no guardar estas comidas por más de un día, ya que el número de toxinas que empiezan a acumular con el pasar de las horas será mucho mayor.
Esto se puede ver agravado por el hecho de que, tras el almacenamiento en frío, las personas suelen recalentar la comida no a temperaturas muy altas. En ese caso, las toxinas logran soportar y mantenerse en los alimentos gracias a su capacidad de multiplicarse fácilmente a temperaturas medias.
En ese caso, si se consumirá algún alimento guardado en la nevera, lo mejor será hacerlo cuando aún se encuentre a 4 grados centígrados o luego de calentarlo por encima de los 65 grados de temperatura.