Colombia
Padres de una niña wiwa que falleció en La Guajira no reclamaron su cuerpo
La menor fue trasladada a Riohacha en donde le dieron santa sepultura.
En el cementerio central de Riohacha fue sepultado el cuerpo de una menor de 8 años, perteneciente al pueblo indígena Wiwa, quien falleció en un centro asistencial de Maicao (La Guajira) y su cuerpo no fue reclamado por ninguno de sus familiares.
La menor había estado en este centro asistencial por problemas de salud durante varios días, sin embargo, cuando falleció el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) contrató un servicio de una empresa funeraria para que el cuerpo fuera llevado a los padres de familia de la menor.
Según indicaron desde la empresa de servicios funerarios, una vez llegaron al corregimiento de Tomarrazón en el departamento de La Guajira, ninguno de sus familiares quiso recibir el cuerpo de la menor de 8 años. Cabe señalar que este corregimiento está ubicado entre la Sierra Nevada de Santa Marta y a una hora de Riohacha, lugar al que decidieron trasladarla nuevamente.
“Me encuentro con funcionarios de la funeraria en donde traen de regreso el cadáver de una menor de 8 años que falleció en Maicao y tuvieron que trasladarlo hacia Riohacha porque nadie quiso recibir el cuerpo de la niña. El personal siguió todas las instrucciones y cuando llegan al corregimiento les indicaron que no conocían a la menor y tampoco a sus padres”, señaló Sonia Bermúdez, directiva de la fundación Gente como uno.
La directora agregó que desde la fundación se cumplieron los protocolos del caso y posteriormente se realizaron las denuncias pertinentes, ya que, “las personas muertas merecen una digna sepultura, un buen trato”.
En conjunto con funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se le dio la santa sepultura a la menor, sin embargo, no se realizaron ninguno de los rituales de la cultura Wiwa.
Cabe resaltar que este hecho causó polémica en el departamento por la pérdida de dignidad a la hora de la muerte de esta menor.
ICBF hizo presencia en Maicao
Con el objetivo de verificar la situación nutricional de niños y niñas de las comunidades indígenas de La Guajira, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar hizo presencia en el territorio. Allí se atendieron a menores de las comunidades San Benito y Cochinamana que quedan en la vía Paraguachón.
En estas visitas lo que se busca es prevenir y actuar de manera coordinada con los líderes y demás entidades las diferentes patologías relacionadas con la desnutrición por la que podrían estar atravesando 34 menores que fueron valorados.
“Nuestra prioridad es que entre todos, comunidades, funcionarios y médicos garanticemos el derecho humano a la alimentación, a la salud y a la vida de nuestras niñas, niños y madres gestantes, especialmente en estos territorios hasta donde por muchos años no llega la atención. Por eso invitamos a los médicos del Hospital San José para que puedan dar diagnósticos a tiempo sobre el estado de salud y nutrición”, señaló la directora general del ICBF, Astrid Cáceres.
En la atención fueron valorados 19 niños que pertenecen a la categoría de primera infancia y tres mejores gestantes. Entre las revisiones estaba la jornada de talla y peso.
A la población se les otorgaron 17 cajas de ‘bienestarina’ líquida, en la que podrían salir 612 unidades, fruta y meriendas, entre las que están jugos, yogurt, galletas y ponqués, con el objetivo de apoyar en su dieta diaria.
“En medio de la atención integral se entregaron 102 pacas de agua potable de cinco bolsas de 5 litros cada una. También en la comunidad de San Benito se dejaron paquetes alimentarios de alto valor nutricional listos para el consumo de los niños que se encuentren en riesgo de desnutrición”, puntualizó la directora general del ICBF.