Colombia
¿Es confiable el Panel de Opinión, de Cifras y Conceptos? Esto dice un analista
El presidente Gustavo Petro es el tuitero más leído por los líderes de opinión, según esta encuesta.
La más reciente encuesta ‘Panel de Opinión 2023′ de la firma Cifras y Conceptos reveló lo que piensan los llamados líderes de opinión del país. Según los resultados, la gestión del presidente Gustavo Petro fue mejor calificada que la de su antecesor, Iván Duque.
En esta muestra, que se hace desde el año 2009, fueron consultados 1.523 líderes de opinión en encuestas realizadas entre el 11 de mayo y el 30 de julio de este año. Los resultados indicaron que el mandatario tiene una calificación de 56 puntos de 100 en economía y 55 en medio ambiente. Sin embargo, en la lucha contra las guerrillas y la delincuencia común solo obtuvo 38 y 36 puntos, respectivamente.
“Los líderes, en esencia, le reconocen que lo está haciendo bien en economía, en medioambiente, pero muy mal en tema de orden público y seguridad”, resumió César Caballero, promotor de esta encuesta en el pódcast A Fondo de María Jimena Duzán.
Aunque la medición favorece al actual Gobierno, quedan varias incógnitas respecto a su credibilidad. Según un análisis de Guillermo Franco, publicado por SEMANA, el de Cifras y Conceptos es “un ejercicio que deja muchos interrogantes y dudas sobre su metodología, conclusiones, validez y utilidad. Independientemente de cómo le hubiera ido al presidente y a otros mencionados, como ministros, alcaldes, gobernadores, personajes públicos, funcionarios e instituciones, y medios, habría que decir lo mismo”.
Para soportar este argumento, el consultor plantea varios ejemplos de anteriores fracasos de los resultados de esta firma. Explica, por ejemplo, que en el año 2018 daba como ganador en las elecciones presidenciales a Germán Vargas Lleras, quien quedó en cuarto lugar. El otro caso fallido ocurrió con el plebiscito del año 2016, cuando se pronóstico que en el plebiscito sobre el acuerdo de paz ganaría el sí con el 62 por ciento. No obstante, como ya es historia, el resultado fue la victoria del no con 50,21 por ciento.
También en 2015, pronosticaba que Juan Carlos Vélez sería alcalde de Medellín, con un 53 por ciento de la intención de voto, por encima de Federico Gutiérrez, que en el análisis aparecía en cuarto y lugar y fue, finalmente, el que se convirtió en el mandatario local de la capital antioqueña.
Franco también cuestiona cuál es la base que utiliza la firma para catalogar a alguien como un verdadero líder de opinión. “Que un parlamentario, un directivo empresarial, un académico ocupe una posición, y se le asocie con el poder, es decir, sea parte de la élite política, empresarial o académica/intelectual (‘caballeresca’, porque es definida por Caballero), no significa que tenga opiniones públicas, por lo tanto, no se puede decir que automáticamente es un líder de opinión”, señala.
Además, advierte que si un miembro de la “élite” no expresa sus opiniones en medios o en redes sociales, por ejemplo, no podría ser descrito como líder de opinión. Incluso, si lo hace, dice Franco, sería necesario analizar cuál es el alcance de sus opiniones. “Un ejercicio de esta naturaleza no fue hecho por Cifras & Conceptos para depurar su base de datos de “presuntos líderes de opinión”. ¿La solución fácil? Darles a todos ese estatus, así no lo sean. Lo mismo ocurre con su segmento de directivos empresariales, académicos, sindicatos y ONG”, indica el analista.
“En términos de recolección de la información aparentemente también surgen sesgos, que hacen aún menos confiables las conclusiones del Panel de Opinión. Caballero asegura que su universo de líderes de opinión está conformado por unas 5.978 personas o líderes de opinión”, mencionó. De estos, solo 1.523 personas respondieron la encuesta.
El analista también plantea que podrían existir sesgos, pues los llamados líderes de opinión consultados por Cifras y Conceptos no están caracterizados, en otras palabras, no se conoce la posición ideológica que tienen y que podría parcializar su evaluación sobre la gestión del Gobierno.
“Si la consecución de la información depende de la buena voluntad de las personas para responder un cuestionario, el control del balance de la muestra es un imposible. Así mismo, da margen para la manipulación, por ejemplo, siendo perversos: las suspicacias pueden estar explicadas por una instrucción a todos los miembros de un partido (congresistas, concejales, etc.) de responder el panel”, planteó.