Cali
Ciclistas muertos en Cali en 2025: ¿por qué las ciclorrutas no están siendo seguras?
La mitad de las quince personas fallecidas este año en la ciudad, mientras iban en bicicleta, transitaban por tramos con infraestructura para esos vehículos.
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10 de nov de 2025, 10:20 a. m.
Actualizado el 10 de nov de 2025, 10:20 a. m.
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Cali es una ciudad peligrosa para los ciclistas. Entre enero y el 4 de noviembre de 2025, el Observatorio de Movilidad de la Alcaldía registró quince pedalistas muertos, uno más que en el mismo periodo de 2024. Lo llamativo es que casi la mitad de esos decesos ocurrieron en vías que cuentan con cicloinfraestructura.
En la Calle 70 con Carrera 29, por ejemplo, ya hubo un ciclista muerto y dos heridos; lo mismo ha ocurrido en la Carrera 1 entre calles 5 y 6; en la Calle 44 con Carrera 1E; en la Calle 16 con Carrera 47; en la Calle 25 con Carrera 122; en la Calle 36 con Carrera 42; y en la Calle 5 con Carrera 76. Todos esos tramos tienen ciclorrutas.
Lo que sucede, explica Mario Jaramillo Botero, ciclista aficionado, es que muchas ciclorrutas presentan huecos o baches que obligan a los pedalistas a salir al carril vehicular, para evitarlos. Otras son demasiado estrechas para permitir adelantamientos, por lo que el ciclista más rápido debe tomar el espacio de los carros, y también hay tramos aislados y sin iluminación, lo que los vuelve inseguros por riesgo de robo.

A esto se suma la invasión permanente de motos en los bicicarriles. Los victimarios de los ciclistas son en su mayoría, precisamente, los motociclistas, el actor vial involucrado en el 77 % de los siniestros de la ciudad.
Una de las causas principales por las que suceden estas fatalidades tan evitables es el exceso de velocidad.
Por lo regular, además, la mayoría de muertes de ciclistas se registran en la mañana: diez de las quince ocurridas en 2025 fueron entre la medianoche y el mediodía; tres en la tarde y dos en la noche. No hay, por otro lado, un día crítico: a los que pedalean en Cali los atropellan de domingo a domingo.
“Más que fallas específicas en la infraestructura, uno de los factores de riesgo más importantes es el comportamiento de los actores viales. La seguridad depende de la conducta de todos, y los siniestros pueden prevenirse”, comenta Carlos Santacoloma, subsecretario de Movilidad de Cali.

Sin embargo, la infraestructura también necesita ajustes. Carlos Urrego, enlace local de la Global Designing Cities Initiative, afirma que, aunque la ciudad ha avanzado y ya cuenta con cerca de 150 kilómetros de cicloinfraestructura, no toda ofrece condiciones reales de protección. En varios tramos solo hay ciclobandas pintadas sobre la vía, sin separación física respecto a carros y motos.
“No es que la infraestructura no sirva, pero sí hay segmentos sin segregación efectiva. Los bicicarriles son invadidos por motos, lo que genera conflictos y lleva al ciclista a usar el carril vehicular”, explica.
Carlos Urrego también señala que la infraestructura debe ser continua, conectada y con suficiente ancho para maniobras seguras (carriles de entre 1,80 y 3 metros).

Además, debe contar con separación física y señalización clara, sobre todo en intersecciones y en los semáforos, el punto de mayor riesgo.
“Cuando los ciclistas tienen una infraestructura segregada, no solo están más protegidos: también aumenta el número de personas que se animan a usar la ‘bici’”, asegura.
Carlos Santacoloma explica, por otra parte, que la Secretaría de Movilidad utiliza los análisis del Observatorio para priorizar proyectos como la construcción de nuevos tramos y elementos que protejan a los ciclistas.}

Una de las estrategias es el Plan Salvador, que identifica los puntos críticos de siniestralidad y los interviene con medidas de pacificación vial y cámaras de fotodetección -foto multas- para reducir la velocidad.
Actualmente, de hecho, la Alcaldía construye seis kilómetros de nuevas ciclobandas, tiene listos los diseños para otros catorce y la Secretaría de Infraestructura está próxima a iniciar obras en cinco kilómetros adicionales.
Sin embargo aún existen segmentos donde los ciclistas deben compartir espacio con vehículos y motocicletas, por lo que se planea incorporar elementos de segregación física en una segunda fase.
“Estamos trabajando de manera articulada con Infraestructura y Planeación para consolidar una red más segura y funcional. Es frecuente que conductores de carros y motos invadan ciclobandas o estacionen en ellas. Esto compromete la seguridad”, agregó Santacoloma, quien hizo un llamado a los ciclistas para que también respeten las normas de tránsito.

“Los ciclistas tienen los mismos derechos, pero también los mismos deberes. La seguridad vial es una responsabilidad compartida”, precisó.
El caso del Valle del Cauca
En las carreteras del departamento el riesgo para los ciclistas también es alto. En lo que va del año han muerto 40, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial.
El 19 de octubre, en Jamundí, por ejemplo, un motociclista que iba en contravía arrolló a un grupo de ciclistas que pedaleaban hasta el Cauca: nueve resultaron heridos, dos de gravedad.
Y como sucede en Cali, hay tramos sin ciclorrutas o con infraestructura en mal estado, estrecha o sin iluminación. Con un agravante: hay vías, como la recta Cali–Palmira, donde se alcanzan velocidades de más de cien kilómetros por hora.

“En carretera, el límite es 80 kilómetros por hora, pero en la práctica se supera. Se podrían reducir anchos de carril vehicular y utilizar elementos que ayuden a disminuir la velocidad para liberar espacio, y de esta manera diseñar bermas más amplias y espacios seguros para ciclistas”, plantea Carlos Urrego.
El País consultó a la Secretaría de Movilidad del Valle, pero desde el área de Comunicaciones explicaron que, debido al cambio de Secretario, de momento no se pronunciarán.
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