Bienestar

Más allá de las emociones: ¿Qué hago con esto que siento?

Aprender a convivir con lo que se siente, sin miedo y con empatía, es una de las mejores formas de cuidar la salud mental. Recomendaciones de una profesional en el área para manejar de manera adecuada este tipo de sentimientos.

La inteligencia artificial ha destacado que las circunstancias de gran carga emocional surgen cuando se enfrentan cambios o pérdidas drásticas en la vida.
Las emociones no aparecen por libre elección. Son reacciones naturales del cuerpo y la mente ante lo que ocurre a nuestro alrededor o dentro de nosotros mismos. | Foto: Getty Images

29 de jun de 2025, 11:21 a. m.

Actualizado el 30 de jun de 2025, 02:15 p. m.

Todos sentimos emociones. A veces son agradables, como la alegría o el entusiasmo, y otras veces nos resultan incómodas, como la tristeza, el miedo, la ansiedad o la rabia. Incluso nos orientamos a catalogarlas como “positivas” o “negativas”; sin embargo, aquella clasificación brinda una percepción errónea, pues todas cumplen una función.

Ahora bien, comencemos con una pregunta: si las emociones no son buenas ni malas, ¿todo se vale? Aquí es donde resulta fundamental entender, que por más de que no elegimos las emociones que sentimos, sí elegimos la forma en la que actuamos respecto a ellas.

Por este motivo, comprender su valor adaptativo puede ser la clave para vivir con mayor equilibrio emocional y bienestar.

Hombre llorando de alegría
Llorar de alegría es el reflejo de que ocurre una compleja reacción en el cerebro ante una sobrecarga emocional. | Foto: Getty Images

Las emociones tienen una razón de ser

Las emociones no aparecen por libre elección. Son reacciones naturales del cuerpo y la mente ante lo que ocurre a nuestro alrededor o dentro de nosotros mismos. Cada emoción tiene así una utilidad para nuestra supervivencia y adaptación al entorno.

Por ejemplo, el miedo nos alerta ante situaciones potencialmente peligrosas y nos prepara para actuar (escapar, protegernos, pedir ayuda). La tristeza nos ayuda a procesar pérdidas y a pedir consuelo o descanso. El enojo se activa cuando sentimos que algo injusto nos afecta, motivándonos a poner límites o defender lo que es importante para nosotros.

Incluso emociones como la ansiedad, que suelen ser vistas como negativas, cumplen una función: nos mantienen alerta y enfocados ante un desafío. El problema no es sentirlas, sino cuando no sabemos qué hacer con ellas o nos desbordan con frecuencia.

Sentir no es lo mismo que actuar impulsivamente

Una confusión común es creer que regular nuestras emociones significa reprimirlas. Pero reprimirlas solo las intensifica o las empuja a salir de forma más explosiva. Regular una emoción implica aprender a reconocerla, comprenderla e identificar la mejor forma de gestionarla o de actuar; eligiendo la alternativa que resulte más funcional según nuestras necesidades y las del entorno.

Esto no siempre es fácil, pues muchas veces la acción más adaptativa, no resulta ser la que queremos hacer guiados por la emoción. La buena noticia es que estas habilidades se pueden aprender en cualquier momento de la vida.

En personas a las que se les dificulta gestionar sus emociones, los expertos recomiendan buscar ayuda profesional, para evitar  que se afecte su salud física.
En personas a las que se les dificulta gestionar sus emociones, los expertos recomiendan buscar ayuda profesional, para evitar que se afecte su salud física. | Foto: 123 RF / El País

Estrategias simples para regular las emociones

A continuación, te comparto algunas herramientas que pueden ayudarte a gestionar mejor las emociones que vas experimentando en el día a día:

  1. Nombrar lo que sentimos: Poner en palabras una emoción ya es un primer paso para regularla. Puedes empezar por decirte: “Estoy enojada porque…”, “Siento tristeza al recordar…”. Identificar qué estamos sintiendo y darle nombre nos da un sentido de control.
  2. Respirar de forma consciente: Cuando una emoción se intensifica, nuestra respiración se acelera. Detenernos a respirar lenta y profundamente durante unos minutos puede ayudar a calmar la mente y el cuerpo.
  3. Sentir sin juzgar: Muchas veces juzgamos lo que sentimos: “no debería estar triste por esto”, “ya debería haberlo superado”. Aceptar nuestras emociones sin criticarlas nos permite vivirlas con menos carga y sin catalogar nuestra experiencia emocional como “buena” o “mala”.
  4. Buscar formas saludables de expresión: Hablar con alguien de confianza, escribir en un diario, moverse, dibujar o incluso llorar, son formas sanas de liberar lo que sentimos.
  5. Cuidar nuestro cuerpo: Dormir bien, comer de forma equilibrada, hacer actividad física y tener momentos de descanso influye directamente en nuestro estado emocional. El cuerpo y la mente están profundamente conectados.
  6. Practicar la amabilidad: Ser comprensivos con nosotros mismos cuando estamos atravesando un momento difícil puede cambiar la forma en que vivimos nuestras emociones. Trátate como tratarías a un buen amigo que está sufriendo.
Hacer ejercicio físico es una de las recomendaciones para tener un buen cuidado de la salud mental.
Hacer ejercicio físico es una de las recomendaciones para tener un buen cuidado de la salud mental. | Foto: Shutterstock

Señales de alerta: cuándo pedir ayuda profesional

Sentir emociones intensas en ciertos momentos es completamente normal. Pero si notamos que estas emociones se vuelven constantes, nos impiden funcionar con normalidad, afectan nuestra salud o nuestro entorno de forma significativa, es importante considerar buscar acompañamiento profesional.

Estas son algunas red flags que puedes tener en cuenta:

  • Sentir tristeza o ansiedad de manera persistente, sin una causa clara, por varias semanas.
  • Cambios importantes en el sueño, el apetito o el nivel de energía.
  • Dificultad para concentrarse, trabajar o mantener relaciones saludables.
  • Sentir que perdimos el interés por cosas que antes nos gustaban.
  • Pensamientos negativos constantes sobre uno mismo o el futuro.
  • Aislamiento social o sentirnos solos a pesar de tener compañía.
  • Pensamientos de autolesión o de que la vida no tiene sentido.

Pedir ayuda no es una debilidad. Un proceso terapéutico nos puede ofrecer herramientas para comprender nuestras emociones, sanar heridas pasadas y desarrollar estrategias para vivir de forma más equilibrada.

El codependiente pierde su identidad 
y bienestar por  complacer o cuidar 
a otro,  desarrollando un patrón de comportamiento que  perpetúa la relación disfuncional y genera su propia  insatisfacción.
Sentir emociones intensas en ciertos momentos es completamente normal. Pero si notamos que estas emociones se vuelven constantes, nos impiden funcionar con normalidad, afectan nuestra salud. | Foto: 123rf

Las emociones son una guía, no un enemigo

En lugar de ver las emociones como obstáculos, podemos empezar a verlas como una especie de “señal interna” que nos indica cómo estamos, qué necesitamos y hacia dónde queremos ir. Sentir miedo, tristeza o enojo no nos hace débiles, nos hace humanos.

Aprender a convivir con lo que sentimos, sin miedo y con empatía, es una de las mejores formas de cuidar nuestra salud mental. Y si no sabemos por dónde empezar, pedir ayuda es siempre una buena opción.

Recuerda esto: no hay emociones buenas ni malas, solo mensajes que nuestro cuerpo y mente nos envían para ayudarnos a adaptarnos, a cuidarnos y a crecer.

Sobre la autora

Mariana Arias, psicóloga graduada con honores de la Universidad Javeriana. Conferencista TED con experiencia en psicoterapia clínica para la promoción, prevención y el tratamiento de problemáticas de salud mental como: ansiedad, depresión, duelo y enfermedades crónicas. Psicoterapeuta individual, de pareja y familia.

IG: @psic.marianaarias Cel: 3205791815

Mariana Arias, psicóloga graduada con honores de la Universidad Javeriana. Conferencista TED con experiencia en psicoterapia clínica para la promoción, prevención y el tratamiento de problemáticas de salud mental como: ansiedad, depresión, duelo y enfermedades crónicas. Psicoterapeuta individual, de pareja y familia.
Mariana Arias, psicóloga graduada con honores de la Universidad Javeriana. Conferencista TED con experiencia en psicoterapia clínica para la promoción, prevención y el tratamiento de problemáticas de salud mental como: ansiedad, depresión, duelo y enfermedades crónicas. Psicoterapeuta individual, de pareja y familia. | Foto: Mariana Arias, psicóloga

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Bienestar