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El río Cauca: Un cementerio de cadáveres sin rumbo en su paso por Cali y el Valle

Los pobladores aseguran que pueden ver hasta 100 cuerpos en un año.

22 de febrero de 2025 Por: Redacción El País
El río Cauca fue declarado víctima del conflicto armado, por la JEP en 2023. | Foto: SEMANA

Tras recorrer el río Cauca, la revista Semana reveló algunas de las desgarradoras historias que residen en este afluente, a su paso por Cali y el Valle, el cual se ha convertido en un depósito de cadáveres.

El río nace en el Macizo colombiano, Cauca. Su recorrido de alrededor de 1.350 kilómetros atraviesa el Valle, Risaralda, Antioquia, Sucre, Bolívar, y desemboca en el río Magdalena.

A pesar de su extensión, según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), los cuatro departamentos primeros departamentos, registran un mayor número de actividades violentas, razón por la cual, en 2023, el afluente fue declarado como víctima del conflicto armado.

Una de las historias que toman lugar en el artículo de Semana es la de Rosa Vergara, quien durante 144 horas (seis días) dio por terminada la búsqueda de su hijo Richard Anderson Vergara, luego de encontrar su cadáver en el municipio de Yotoco, en Valle del Cauca.

Una señora vidente nos dijo: ‘Él está muerto, pero no lo busque por tierra, sino por agua’”, contó la mujer al medio de comunicación nacional.

Al sexto día, Rosa emprendió su viaje hasta la vereda Platanares, zona rural de Yumbo, por donde pasa el río Cauca, debido a que alguien le explicó que allí los areneros acostumbraban a amarrar los cuerpos que desfilan a diario por ese afluente.

Tras ver la foto de Richard, uno de los areneros le confirmó el deceso del joven “Sí, él está muerto. Él estuvo enredado aquí hace dos días, pero como no llegó nadie lo desenredamos”.

  Richard Anderson Vergara tenía 21 años cuando fue asesinado en el barrio Pizamos de Cali. Su mamá, Rosa Vergara, lo encontró seis días después flotando en el municipio de Yotoco.
Richard Anderson Vergara tenía 21 años cuando fue asesinado en el barrio Pizamos de Cali. Su mamá, Rosa Vergara, lo encontró seis días después flotando en el municipio de Yotoco. | Foto: SEBASTIÁN CASTILLO

“Me dolió el corazón, el alma. Fue algo que me dolió más que verlo personalmente. Eso me dolió muchísimo, él me dijo: ‘No, yo lo empujé con un palo para que siguiera el rumbo’. Fue muy duro para mí”, expresó Rosa, quien, basada en el testimonio del arenero, continuó su camino con destino hacia Buga y Yotoco.

Incluso le pagó a un lanchero para que recuperara los cadáveres del río y en el trayecto encontró ocho muertos, algunos completos, otros sin cabeza o alguna de las extremidades, unos más viajaban en costales. Ninguno era Richard.

Finalmente, lograron divisar un grupo de gallinazos que reposaban sobre un trozo de carne bocabajo.

"“Cuando lo sacamos de la canoa, yo le cogí un pie, y mi esposo le cogió el otro pie. Lo llevamos hacia la orilla, y ahí mi marido se quedó con él. Yo fui hacia el pueblo para avisarles a las autoridades y poder sacarlo, porque no lo podía sacar así. Entonces, llegó el forense, pero se vino una lluvia que nunca en mi vida había visto. En mis años, nunca había visto una lluvia tan fuerte. Me tocaba agarrarme de los árboles. Y el cuerpo de mi hijo estaba ahí, como diciendo: ‘Gracias, mami, me encontraste. Por fin salí de eso’."

El joven vestía la misma ropa con la que fue visto la última vez, el 1 de enero de 2014 en el barrio Pizamos, en el oriente de Cali. Su cara fue destrozada por un disparo con arma de fuego y el cuerpo presentaba picotazos de gallinazos.

“Yo tengo la certeza de que, si este río Cauca llegara a quedar seco totalmente, sin agua, sería un playón inmenso lleno de esqueletos humanos, de cráneos sueltos.” aseguró Carlos Alberto Castro, habitante de la vereda Platanares de Yumbo y arenero de profesión.

Carlos aseguró que, diariamente logra divisar entre tres y cinco cadáveres flotando por el río y afirma que fácilmente podría contar alrededor de 100 muertos al año, “Y eso es solo los que yo puedo ver, porque en la noche también bajan”.

 Carlos Alberto Castro vive hace 30 años en la vereda Platanares y ha ayudado a centenares de personas a rescatar a sus familiares desaparecidos.
Carlos Alberto Castro vive hace 30 años en la vereda Platanares y ha ayudado a centenares de personas a rescatar a sus familiares desaparecidos. | Foto: SEBASTIáN CASTILLO

“Aquí, en este río, uno ya no se sorprende al ver bajar un muerto, porque ya está acostumbrado a verlos pasar”, expresó el hombre, quien fue el encargado de contarle a Rosa sobre la muerte de su hijo.

“No son pocos los que he ayudado, porque me da dolor y tristeza ver a una persona llorando, suplicándole a uno que les colabore para sacar a sus familiares del río. Entonces, ellos dejan su número de teléfono. Uno lo saca, lo amarra en el río, lo deja aquí en la orilla, y los llama personalmente. Después, ellos van a la Policía y bajan aquí con el CTI”, explicó.

Sin embargo, también señalan la presencia ocasional de comportamientos irregulares por parte de las autoridades.

Un arenero que pidió reservar su nombre sostuvo que "a veces viene la policía y nos dice: ‘Va a bajar un cuerpo con tales características, no lo vaya a recoger porque los familiares lo están esperando más abajo’. Pero cuando uno llama a los colegas areneros de esa zona, es mentira, nadie está esperando nada. La policía nos impide recoger algunos cuerpos".

Históricamente el río ha sido utilizado como un tipo de macabra ‘fosa común’. Según el experto en seguridad, Ricardo Montealegre, el río ha absorbido la violencia de Cali y el suroccidente de Colombia.

La Secretaría de Gestión del Riesgo de Desastres del Valle solicitó el monitoreo constante del río.
Cientos de cadáveres recorren el río Cauca anualmente. | Foto: Suministrada por Gobernación del Valle del Cauca

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