Salud
Ojo al dato: Harvard desvela los cuatro ingredientes que te hacen comer más
Algunos aditivos e ingredientes que tienen los alimentos que se consumen de forma habitual disparan la insulina y abren el apetito.
En todo el mundo, cada vez más personas son conscientes de la importancia de mantener una dieta saludable. Sin embargo, a menudo nos encontramos con limitaciones de tiempo en nuestras rutinas diarias, lo que nos lleva a optar por comidas rápidas y convenientes, según el informe de uso de alimentos de 2022.
Algunos ingredientes alimentarios han sido objeto de críticas debido a su potencial para influir en nuestro apetito y aumentar nuestra sensación de hambre. Aunque la investigación en este campo es compleja, la nutricionista de la Universidad de Harvard, Amy Shah, ha destacado la importancia de tener precaución con ingredientes como el glutamato monosódico, las harinas refinadas, el azúcar refinado y el gluten, ya que pueden contribuir a un aumento del apetito no deseado.
“Muchos alimentos que compramos contienen estos ingredientes alimentarios tóxicos que han sido alterados para provocar más hambre. Secuestran el cerebro para empeorar tus hábitos alimenticios y aumentar el hambre emocional”, resaltó la experta.
¿Por qué algunos no pueden parar de comer ciertos alimentos?
El glutamato monosódico (MSG), conocido por sus siglas en inglés, es un ingrediente añadido a los alimentos con el fin de mejorar su sabor umami. Se emplea en una amplia gama de alimentos procesados y platos preparados. Algunos alimentos en los que se encuentra MSG son:
-Comida china: como el pollo al limón, el cerdo agridulce y otros platillos salteados.
-Sopas y caldos: Sopas enlatadas, caldos de pollo o carne envasados y cubos de caldo a menudo contienen MSG.
-Aperitivos y alimentos procesados: patatas fritas, snacks salados, alimentos con sabor a queso, salsas de tomate procesadas, condimentos y salsas para ensaladas.
-Comida rápida: algunas cadenas de fastfood utilizan MSG en sus productos para realzar el sabor.
-Alimentos congelados: platos congelados como lasaña, pizza, preparados.
-Sopas instantáneas: Fideos instantáneos y sopas en sobre con sabores.
-Algunos productos cárnicos procesados: Salchichas, embutidos y productos de carne procesada pueden contener MSG.
-Salsas y condimentos: Salsas para barbacoa, salsas para pasta, salsas agridulces y otros condimentos pueden contener MSG.
Las harinas refinadas son aquellas que han pasado por un proceso en el cual se eliminan partes del grano original, como el salvado y el germen, quedando principalmente el endospermo. Estos elementos del grano contienen nutrientes, fibra y grasas saludables. La refinación se lleva a cabo con el objetivo de mejorar la textura y prolongar la vida útil de la harina, pero esto puede resultar en la pérdida de nutrientes esenciales.
Por otro lado, el azúcar refinado aporta calorías vacías y carece de nutrientes esenciales. Su consumo excesivo puede dar lugar a problemas como caries dentales, resistencia a la insulina y alteraciones en el metabolismo de los lípidos. Además, puede crear una especie de adicción al azúcar debido a su capacidad para estimular el sistema de recompensa en el cerebro y proporcionar una sensación de placer temporal. Por lo tanto, los productos de panadería y los alimentos ricos en carbohidratos refinados pueden ser altos en calorías y fáciles de consumir en exceso.
Otros ingredientes que potencian el hambre
Además de esos cuatro alimentos a los que se refiere la nutricionista, también podemos añadir otros como los colorantes y aditivos alimentarios, edulcorantes artificiales y la sal.
-Colorantes y aditivos alimentarios: Algunos colorantes y aditivos utilizados en alimentos procesados podrían tener efectos en el comportamiento alimentario, aunque la evidencia es limitada y controvertida.
-Edulcorantes artificiales: Algunos estudios sugieren que los edulcorantes artificiales podrían tener efectos en la regulación del apetito y en la preferencia por alimentos dulces, lo que podría llevar a un aumento en el consumo calórico.
-Sal: El exceso de sal en la dieta puede llevar a un aumento en la sed y, potencialmente, a una mayor ingesta de alimentos para saciar la sed.