Salud
Incontinencia urinaria: ¿Cómo controlarla de forma natural?
La incontinencia urinaria es una condición que afecta a muchas personas, especialmente a mujeres de todas las edades.
Esta enfermedad se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina, lo que puede ser una experiencia incómoda y embarazosa para quienes la padecen. Existen diferentes tipos de incontinencia urinaria, cada uno con sus propias causas y formas de tratamiento. Aunque es común que esta condición suceda después de la llegada de la menopausia o andropausia, la incontinencia se puede presentar a cualquier edad, existen distintos tipos:
Incontinencia de esfuerzo
Esta forma de incontinencia se produce cuando el suelo pélvico, un conjunto de músculos y tejidos que sostienen la vejiga, se debilita. Las causas más comunes de debilitamiento del suelo pélvico son el parto y el sobrepeso. Cuando se ejerce presión sobre la vejiga durante actividades cotidianas como toser, estornudar, reír o hacer deporte, se puede producir una pequeña pérdida de orina. La incontinencia de esfuerzo es más común en mujeres, pero también puede afectar a hombres.
Incontinencia de urgencia
También conocida como vejiga hiperactiva, esta forma de incontinencia se caracteriza por la necesidad frecuente y repentina de orinar, incluso cuando la vejiga está casi vacía. La vejiga hiperactiva puede deberse a daños musculares o nerviosos en el tejido de la vejiga, lo que provoca contracciones involuntarias y una necesidad urgente de orinar. Si una persona siente la necesidad de ir al baño más de ocho veces al día o tiene que levantarse más de una vez durante la noche, es posible que tenga una vejiga hiperactiva.
Incontinencia por rebosamiento
Esta forma de incontinencia afecta más a los hombres que a las mujeres. Se produce cuando la vejiga no puede vaciarse completamente debido a una obstrucción o debilidad muscular. Esto puede hacer que la vejiga se desborde cuando está llena, sin que la persona sienta la necesidad de orinar. La incontinencia por rebosamiento puede ser causada por problemas en la próstata en los hombres y otras condiciones que obstruyen el flujo de la orina.
Tratamientos naturales y remedios caseros para la incontinencia urinaria
Si bien es fundamental consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados, existen algunos remedios caseros que pueden proporcionar alivio y complementar el cuidado médico
Para cuidarse en casa es importante encontrar los músculos del suelo pélvico. Para comenzar, es importante identificar los músculos del suelo pélvico. Una forma de hacerlo, la persona debe imaginar que está orinando y tratar de detener el flujo de orina a mitad de camino. Los músculos que se tensan en este proceso son los músculos del suelo pélvico.
Después de identificar estos músculos, las personas podrán realizar un ejercicio de contracción, el cual consiste en sentarse o recostarse en una posición cómoda. Luego, se debe contraer los músculos durante unos 3 a 5 segundos, como si se estuviera sosteniendo una ganas de orinar. Es importante asegurarse de no contraer los músculos del abdomen, glúteos o muslos durante este ejercicio.
Además, se debe complementar con ejercicios de relajación, después de la contracción, se deben relajar los músculos del suelo pélvico durante otros 3 a 5 segundos. Esta relajación es igual de importante que la contracción, ya que permite que los músculos se recuperen antes de realizar otra contracción.
Es recomendable realizar estos ejercicios al menos tres veces al día, con una rutina de aproximadamente 10 minutos en cada sesión. La regularidad y la constancia son clave para obtener resultados efectivos.
Los ejercicios del suelo pélvico pueden realizarse en cualquier lugar y momento del día, ya que son discretos y no requieren equipo especial. Puedes hacerlos mientras estás sentado en el escritorio de la oficina, viendo televisión o incluso en la fila del supermercado.
Además de ayudar en el manejo de la incontinencia urinaria, los ejercicios del suelo pélvico también pueden brindar otros beneficios, como mejorar la función sexual, prevenir el prolapso pélvico (descenso de los órganos pélvicos) y promover la recuperación después del parto.