Salud
El peligroso síntoma que se presenta en la mañana y que podría indicar que padece de un tumor cerebral
Cuando un paciente presenta fatiga, náuseas y dolores intensos y frecuentes, debe consultar con un profesional de la salud para indagar cuáles son las posibles causas.
Muchos pacientes con tumores cerebrales presentan dolores de cabeza constantes, especialmente en horas de la mañana, lo cual podría confundirse con cansancio o falta de sueño.
El portal Cáncer Net menciona cuáles son los síntomas de la presencia de un tumor en el cerebro. “Los síntomas de un tumor cerebral pueden ser generales o específicos. Un síntoma general es causado por la presión del tumor en el cerebro o la médula espinal. Los síntomas específicos se producen cuando una parte específica del cerebro no funciona bien debido al tumor. A muchas personas con un tumor cerebral, se les diagnosticó cuando acudieron al médico después de experimentar un problema, como dolor de cabeza u otros cambios”.
Un experto de la Cleveland Clinic insta a los pacientes a no ignorar los síntomas neurológicos prolongados o inexplicables, ya que pueden deberse a un tumor cerebral benigno o, mucho más raramente, a un tumor canceroso, en cuyo caso el diagnóstico y el tratamiento precoz pueden mejorar significativamente los resultados.
“La inmensa mayoría de los tumores cerebrales son benignos, pero los síntomas de los tumores benignos y cancerosos pueden ser exactamente los mismos”, afirma el neurooncólogo Mark Malkin. “Esto se debe a que los síntomas están causados por la presión que ejerce el tumor sobre el cerebro, así como por la localización del tumor y la parte del cuerpo controlada por esa porción del cerebro”.
Cuando un paciente presenta fatiga, náuseas y dolores intensos y frecuentes, debe consultar con un profesional de la salud para indagar cuáles son las posibles causas de los síntomas, sobre todo cuando se dan en pacientes sanos, o a los que les suele doler la cabeza con demasiada frecuencia.
Los síntomas relacionados con la localización se producen, por ejemplo, cuando un tumor en el lóbulo frontal causa dificultades en las áreas que controla, como la atención, la concentración y la multitarea. Del mismo modo, un tumor en el cerebelo puede provocar dificultades de equilibrio, destreza o coordinación, entre otras.
También se debe considerar la frecuencia con la cual surgen estos dolores o enfermedades, ya que pueden darse ocasionalmente, pero también de forma diaria o semanal. Además, hay desencadenantes para una cefalea como la exposición al frío, calor, algunos alimentos, ruidos fuertes y luces parpadeantes.
Un dolor de cabeza puede durar horas, días y, en casos extremos, incluso semanas. También es factible que se presenten en la parte superior de los ojos, la frente, las sienes, la nuca o en uno de los lados.
Dependiendo de su intensidad puede ser leve, severo e incluso incapacitante; lo que significa la imposibilidad de moverse o hablar. Además, es factible que sea de carácter pulsátil, punzante o agudo, con sensación de presión o un dolor sordo.
Si la intensidad del dolor es muy alta, puede ser síntoma de cáncer cerebral y de la columna vertebral, tumores de la glándula pituitaria, cáncer de faringe, linfoma o una afección cuando la enfermedad ya está en el cerebro.
Cuando los dolores de cabeza son fuertes y muy constantes, el médico puede ordenar análisis de sangre, tomografía computarizada o resonancias magnéticas. Entre los fármacos más utilizados para su tratamiento están los analgésicos de venta libre como paracetamol, ibuprofeno, codeína, antidepresivos tricíclicos, medicamentos triptanes, esteroides y antibióticos.
Ojo con esto
Existen muchos desencadenantes y acciones que pueden provocar o empeorar en dolor de cabeza causado por un tumor en el cerebro como, por ejemplo:
- Añadir a la dieta cafeína, alcohol, chocolate, aspartamo, glutamato monosódico y los nitratos.
- No comer a tiempo o saltarse las comidas.
- Los cambios hormonales en el ciclo menstrual y de ovulación en las mujeres.
- Estar expuesto a luces o ruidos fuertes constantemente.
- Tener periodos de estrés.
- No dormir lo necesario o alteraciones en el sueño.
- Fumar.