Política

Fracturas en el Pacto Histórico: esto estaría sucediendo al interior del partido y afectaría la consulta presidencial

Analistas dan su punto de vista sobre la situación del Pacto, después de la solicitud del cambio de fecha de la consulta presidencial.

Las divisiones dentro del Pacto Histórico se han hecho visibles en torno a la consulta presidencial.
Las divisiones dentro del Pacto Histórico se han hecho visibles en torno a la consulta presidencial. | Foto: EL PAÍS

24 de sept de 2025, 10:36 a. m.

Actualizado el 24 de sept de 2025, 10:36 a. m.

El Pacto Histórico, la coalición de partidos y movimientos que llevó a Gustavo Petro a la Casa de Nariño, solicitó aplazar la fecha de su consulta interna para elegir candidato presidencial. La jornada, inicialmente programada para octubre de 2025, pasaría a marzo de 2026, coincidiendo con las elecciones legislativas.

Según los voceros de la coalición, la propuesta busca unificar procesos para ahorrar costos, facilitar la logística y garantizar mayor participación ciudadana. Sin embargo, analistas y protagonistas del movimiento reconocen que el aplazamiento obedece también a tensiones políticas que amenazan con fracturar al Pacto.

El presidente Gustavo Petro tiene toda la atención puesta en la conformación del partido único de izquierda con miras a las elecciones de 2026.
El Consejo Nacional Electoral deberá resolver la solicitud del Pacto Histórico de aplazar su consulta interna. | Foto: GUILLERMO TORRES-SEMANA

El analista Eduardo Llanos identifica al menos tres grandes corrientes dentro del Pacto Histórico. El primero, integrado por figuras que fueron señaladas de “traición” en el recordado Consejo de Ministros, como Gustavo Bolívar, Susana Muhamad, Francia Márquez y Alex López. Un segundo grupo lo conforman los “petristas históricos”, entre ellos Iván Cepeda y exintegrantes del M-19 cercanos a Petro desde sus inicios en la política. Finalmente, están los recién llegados al proyecto, como Roy Barreras, Armando Benedetti y el exalcalde de Medellín Daniel Quintero.

“Esa división se ha hecho evidente en entrevistas y debates. El poco tiempo que queda para hacer campaña beneficiaría a Quintero, que es quien más se mueve y más visible se ha hecho en este último tiempo. Puede ser que otros sectores quieran evitar eso”, señala Llanos.

Sin embargo, no todos coinciden con esa lectura. Para el politólogo Yann Basset, la postergación de la consulta no debe interpretarse como un síntoma de fractura, sino como un esfuerzo por mantener cohesionada la coalición: “Es una respuesta a la decisión del Consejo Nacional Electoral que obligaría a hacer la consulta si fuera a la fecha definida solamente con algunos de los precandidatos considerados, y entonces aplazarla finalmente es una decisión más bien de consenso para tratar de mantener a todos los aspirantes en la contienda”.

A esto se suma que el movimiento Colombia Humana no quedó incluido formalmente en la unión con los demás partidos del Pacto. Eso deja en una posición incierta a dirigentes como Bolívar y Muhamad, que en teoría no podrían participar en la consulta. Según Llanos, resolver este trámite es una de las razones de fondo para postergar la jornada.

El factor Quintero y la amenaza de retiro de Bolívar

Uno de los temas más delicados es el ascenso de Daniel Quintero. Según Llanos, el exalcalde es el precandidato más visible y con mayores recursos, lo que lo ubica como la “gran amenaza” para sus competidores internos.

Esa percepción ha generado resistencia en sectores cercanos al petrismo, y en particular en Gustavo Bolívar. En una reciente entrevista, el exsenador fue categórico: “Prefiero perder mil elecciones antes que perder la coherencia”.

Bolívar explicó que en 2022 hizo campaña contra Rodolfo Hernández por estar imputado en un proceso de corrupción y que no puede ahora respaldar a alguien de su mismo sector que enfrenta un juicio penal. “El Pacto no puede tener un doble rasero: condenar a la derecha por corrupción y ser complaciente con los nuestros”, advirtió.

Gustavo Bolívar y Daniel Quintero
La coalición de gobierno enfrenta el reto de definir reglas claras para su consulta interna. | Foto: Foto: Semana

El exsenador aseguró que si Quintero participa en la consulta, él se apartará: “Bolívar no va, no va si está Quintero”. Su postura podría arrastrar a otros precandidatos como Iván Cepeda y Carolina Corcho, lo que agravaría la fractura interna.

La declaración tuvo inmediata respuesta del exalcalde Daniel Quintero, quien a través de un mensaje en su cuenta de X le pidió a Bolívar reconsiderar dicha decisión afirmando que “la unidad es la victoria”.

Bolívar también cuestionó que la consulta, planteada como un mecanismo interno de la izquierda, pueda terminar “contaminada” por apoyos de partidos tradicionales a favor de Quintero. A su juicio, esto desnaturalizaría el espíritu del Pacto, que nació como una alternativa frente a esas prácticas políticas.

Por su parte, Quintero rechaza las acusaciones y asegura ser víctima de una persecución judicial. Afirma que el proceso en su contra no corresponde a actos de corrupción, sino a decisiones administrativas de su alcaldía, y que confía en que los jueces le darán la razón.

En contraste, otros dirigentes insisten en que, pese a los tropiezos, el Pacto debe mantenerse unido. Alfredo Mondragón, representante a la Cámara y miembro de la coalición, respaldó la decisión de postergar la consulta y aseguró que los inconvenientes de Colombia Humana y Progresistas se resolverán con el tiempo.

Daniel Quintero
Daniel Quintero enfrenta un proceso judicial que ha generado divisiones dentro del Pacto Histórico. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA-SEMANA

“Lo que sí es indudable es que todas las denominaciones políticas iremos unidas a las elecciones de marzo para elegir una bancada de senadores y representantes a la Cámara que permitan avanzar en reformas sociales por la vía del legislativo. Y en el mismo sentido, fortalecer una candidatura presidencial de Acuerdo Nacional para continuar y profundizar la obra del progresismo en Colombia”, afirmó

Para el analista Eduardo Llanos, el aplazamiento de la consulta responde a una jugada administrativa que busca ganar tiempo: por un lado, para resolver el lío de Colombia Humana, y por otro, para permitir que otros precandidatos logren mayor visibilidad y recursos frente al despliegue de Quintero.

Lo cierto es que la consulta, lejos de ser el mecanismo que consolide al Pacto Histórico, se ha convertido en el espejo de sus fracturas más profundas. El reto ahora será definir si la coalición logra superar sus divisiones internas o si estas terminan debilitando la apuesta progresista de cara a la sucesión de Gustavo Petro.

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