Política
“Es posible cerrar el ciclo de violencia en Colombia”: Coordinadora del Comité de Seguimiento de la Comisión de la Verdad
Esther Marina Gallego afirma que si el Gobierno hace pedagogía, se puede dejar atrás el conflicto armado.
“En todo proceso de negociación hay crisis, además todavía falta tiempo para que este Gobierno entregue. Entonces, creo que es posible que se logre cerrar, por lo menos, una parte del ciclo de violencia en el país”.
Esa es la reflexión que hace Esther Marina Gallego, coordinadora del Comité de Seguimiento de la Comisión de la Verdad, sobre los diálogos que adelanta el Ejecutivo con el ELN y el Estado Mayor Central Farc-EP.
En entrevista con El País, Gallego reveló algunos hallazgos de los informes de seguimiento y monitoreo a las recomendaciones del Informe Final de la Comisión de la Verdad.
¿Cómo se creó el comité?
Es un comité de seguimiento y monitoreo de las recomendaciones que dejó la Comisión de la Verdad en junio 28, cuando entregó el informe final. El Decreto de Ley 588 creó esa comisión, a la que se le dio cerca de cuatro años para su funcionamiento, y la facultó para crear el comité.
¿Quiénes lo integran?
La estancia tiene funciones públicas, porque estamos alojados en la JEP, pero no somos funcionarios, sino un comité ad hoc que hace el seguimiento, a través de una secretaría técnica que también está alojada en la Jurisdicción, entonces funciona con recursos públicos. Somos siete personas y nuestro mandato va hasta el 2029.
¿Qué labores deben realizar?
Ahora estamos trabajando en el segundo informe. El primero que entregamos no lo hicimos basados en un sistema de seguimiento y monitoreo, sino que nos centramos en el Plan Nacional de Desarrollo y en los proyectos legislativos que se presentaron relacionados con las recomendaciones de la Comisión, y les hicimos seguimiento.
¿Cuáles fueron los hallazgos en ese primer informe?
Que hay más de 104 dispositivos en el Plan de Desarrollo que avanzan con las recomendaciones de la Comisión, entre ellos, la implementación del Acuerdo, la memoria y algunos asuntos que están trabajándose desde los ministerios de Defensa y Justicia, a los que les hacemos seguimiento para que se cumplan.
Por parte del Congreso, se aprobaron varias normas, como la reforma agraria y el campesinado como sujeto de derechos, en el que tuvo que volverse a retomar que Colombia está conformada en la ruralidad por campesinos indígenas y afros. También se aprobó el Acuerdo de Escazú y la jurisdicción agraria, que será la encargada de dirimir algunos problemas relacionados con la propiedad de la tierra.
¿Cómo será el segundo informe?
Es con un sistema de seguimiento y monitoreo, organizamos las recomendaciones de forma que pueda hacerse un seguimiento eficaz. Es decir, ponemos la recomendación, los responsables y las acciones, entonces vamos revisando lo que se vaya cumpliendo.
¿Cuándo se entregará?
En marzo, vamos a entregar dos informes al año. Crear una estancia de este tipo no es fácil, porque se fue bastante tiempo entre nuestro nombramiento y la aprobación de los recursos para que se pudieran ejecutar de forma transparente, y ahora estamos en la tarea de crear el sistema y los informes. Seguiremos haciendo pedagogía sobre cómo van las recomendaciones para que se cumpla esa agenda que también está enfocada en la sociedad.
¿Cuáles son las recomendaciones?
Están las cinco del Acuerdo de Paz, como la reforma agraria, que quedó en el Plan de Desarrollo; la participación política, que expone reformas que democraticen la actuación de la sociedad, entre ellas está la paridad de género, que no se ha cumplido. También hay proyectos sobre cómo regular la protesta social pacífica desde el diálogo y el respeto, y que el Estado financie las organizaciones sociales, que tampoco se ha hecho aún.
Otras tienen que ver con el fin del conflicto y terminar con los factores que han reciclado la violencia. Además del desarrollo alternativo de las drogas, que es la sustitución de cultivos, y la atención a las víctimas. Entonces, es un paquete de casi el 60 % de las recomendaciones.
¿Y las demás?
Algunas tienen que ver con la Paz Grande, que llama la Comisión, pero que el Gobierno asume como Paz Total; otra dice que se debe crear un ministerio de la paz, que no se creó, sino que se hizo el de la Igualdad; sin embargo, la Comisión dice que para hacer la transición se debe hacer una cartera que recoja todas las instancias que están trabajando en torno al cumplimiento del Acuerdo, para que estén en un solo lugar del Ejecutivo.
Están también las recomendaciones de reforma a las Fuerzas Armadas, desde una perspectiva de democracia y respeto a los Derechos Humanos, y otra es sobre la Memoria, que involucra al Gobierno y a la sociedad: dice que se debe crear el Museo de la Memoria, que estaba en construcción en Bogotá, pero que se paró. El Ejecutivo dice que lo entregará en el 2025.
¿Cuál es la importancia de que la opinión pública conozca este comité y sus funciones?
Es muy importante, sobre todo, que se conozcan los informes que vamos a hacer sobre las recomendaciones, para que sean una voz viva para las agendas de los movimientos sociales, las mujeres y las organizaciones sindicales, indígenas, los territorios y los niños y niñas, para garantizar la no repetición. A parte, el documento da claves de cómo no repetir esos hechos que nos han pasado.
Conocer las recomendaciones nos ayuda a entender que hay distintas visiones, porque puede que uno no se case con todo lo que dice la Comisión, pero no creo que no se acepte gran parte del contenido, porque si el Gobierno se empeña en que esto se conozca, especialmente para las nuevas generaciones, nos da pautas importantes para pasar la página y ver el conflicto armado de lejos.
¿Para el comité es positivo que el Gobierno adelante diálogos con el ELN y el Estado Mayor Central?
Sí, porque una de las recomendaciones es que se debe cerrar el ciclo de violencia en Colombia y para cerrarlo se tiene que someter a los grupos armados con justicia, entonces esto sirve como una experiencia que hasta Estados Unidos tiene sobre cómo hacer un tipo de negociación para el sometimiento con grupos de alta criminalidad, así como los insurgentes que no aceptan las reglas del Estado, como el ELN. La negociación es una buena base para la aspiración del Gobierno. Ahora, que lo logre, está por verse. Hay mucha crítica, dicen que hay crisis, pero en todo proceso de negociación la hay, y todavía falta para que la Administración entregue, entonces, creo que es posible que se logre cerrar, por lo menos, parte de ese ciclo de violencia, sobre todo porque es un país complejo, porque violencia siempre habrá en todos los países, pero una cosa es la criminalidad sumada a violencias políticas y al narcotráfico, que tenemos aquí, y otra diferente es tener criminalidad, pero no estar envueltos en un conflicto armado.