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Política

Distanciamiento entre el presidente Petro y la canciller Laura Sarabia: lista de episodios que caldeó la incertidumbre

Laura Sarabia, la mujer que estuvo en el círculo íntimo del presidente Gustavo Petro, enfrentaría una pérdida de confianza.

Laura Sarabia Gustavo Petro relación rota
Laura Sarabia Gustavo Petro relación rota | Foto: SEMANA

10 de may de 2025, 11:33 a. m.

Actualizado el 10 de may de 2025, 12:45 p. m.

En el corazón del Gobierno colombiano se vive una ruptura silenciosa pero innegable.

La relación entre el presidente Gustavo Petro y su canciller, Laura Sarabia, atraviesa su momento más crítico desde que ambos se unieron políticamente. Lo que comenzó como una confianza inquebrantable en una joven politóloga que organizó su campaña y se convirtió en su mano derecha, hoy, al parecer, es un vínculo resquebrajado, marcado por la desconfianza, las desautorizaciones públicas y la sombra de investigaciones judiciales.

Testigos de lo que viene ocurriendo dicen que el presidente cree que Sarabia no está respondiendo a los intereses de su “gobierno de izquierda”, sino que actúa según sus propósitos personales.
La relación entre el presidente Gustavo Petro y su canciller, Laura Sarabia, atraviesa su momento más crítico. | Foto: Twitter de Laura Sarabia

El distanciamiento entre ambos sería visible en distintos escenarios. Petro ha corregido a Sarabia en asuntos diplomáticos de alto perfil, como el mensaje de felicitación al presidente electo de Ecuador, Daniel Noboa, y la convocatoria a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, hechos que dejaron entrever lo que sería una falta de coordinación interna.

Entre lo que más sorprendió no fue la diferencia de criterios, sino que el presidente eligiera exhibirla públicamente, algo atípico en la liturgia presidencial.

El máximo mandatario se refirió a la rotación que hay en su Gobierno.
Laura Sarabia y Gustavo Petro. El distanciamiento entre ambos se ha hecho visible en distintos escenarios. | Foto: Captura de video: Juanpis González

Fuentes cercanas al Palacio aseguran que el punto de inflexión se produjo a mediados de 2024, cuando empezaron a llegar al despacho presidencial informes sobre presuntas irregularidades en el entorno de la canciller. Nombres como el de Andrés Sarabia, su hermano, y Jaime Ramírez Cobo, asesor cercano, surgieron en medio de escándalos de corrupción que salpicaron a varias entidades del Estado, entre ellas la UNGRD y la Fiduprevisora.

La situación escaló cuando Sarabia enfrentó abiertamente al entonces superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, en una disputa que dejó profundas heridas. Para algunos, fue la gota que reventó un vaso que se venía llenando con roces internos, celos de poder y fricciones con otros miembros del gabinete. El presidente, según personas de su entorno, comenzó a percibir que Sarabia ya no actuaba alineada con los intereses de su proyecto político.

El escenario se volvió aún más tenso con la elección de Sarabia como canciller. La decisión de Petro de cederle ese cargo, tras ofrecerle primero la embajada en México, no habría obedecido a una valoración técnica de su perfil diplomático, sino a la información sensible que ella tendría sobre el mandatario. Esa tesis se ha fortalecido con el paso de los meses, en la medida en que Sarabia parece mantenerse en el poder a pesar del desgaste en su relación con el presidente.

La fractura ha tenido episodios simbólicos y muy visibles. En consejos de ministros, Sarabia ha sido ubicada en lugares marginales, muy lejos del mandatario. En el consejo del pasado 28 de abril, su silla estaba casi al final del salón. Para una funcionaria que antes hablaba al oído del presidente, la señal fue clara: el hielo había llegado al círculo más íntimo del poder.

Las tensiones no se limitan al gabinete. En la escena diplomática, Sarabia ha sido objeto de críticas por sostener reuniones con personajes adversos al Gobierno, como el senador republicano Bernie Moreno en Washington, lo cual fue interpretado como una contradicción abierta a la política exterior del presidente. Petro, en respuesta, decidió asistir personalmente a una reunión entre Sarabia y el representante de la Embajada de Estados Unidos, John McNamara, un gesto poco común y revelador.

A Petro le molestó la reunión de Sarabia con algunos de sus críticos en Washington, como el senador republicano Bernie Moreno.
Las tensiones no se limitan al gabinete. En la escena diplomática, Sarabia ha sido objeto de críticas por sostener reuniones con personajes adversos al Gobierno. | Foto: suministradas a semana api

Las diferencias también se evidencian en la relación con el empresariado. Una discusión entre Sarabia y el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, por un posible arancel del 10 % a productos colombianos, fue vista con recelo en la Casa de Nariño. Petro interpretó ese acercamiento como una validación de agendas que chocan con su visión económica.

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Bruce Mac Master Presidente de la Andi | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

Mientras la canciller insiste en que conserva una “buena comunicación” con el presidente, lo cierto es que sus intervenciones en el Gobierno son cada vez más cuestionadas. La llegada de Angie Rodríguez al Dapre ha sido interpretada como el reemplazo tácito de Sarabia en la interlocución directa con el jefe de Estado. Rodríguez ha ganado influencia y protagonismo, desplazando a quien hasta hace poco fue la figura más poderosa del entorno presidencial.

En las últimas horas, se conoció que la Fiscalía General abrió una investigación contra Sarabia por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, tras una denuncia radicada en 2024 por la Red de Veedurías Ciudadanas. Aunque el presidente no ha hecho declaraciones directas al respecto, fuentes al interior del Gobierno aseguran que Petro no está conforme con su canciller, pero tampoco se arriesga a sacarla del gabinete. El precio de lo que ella sabe parece ser más alto que el costo político de mantenerla en el cargo.

El futuro de Sarabia dentro del petrismo parece incierto. Mientras avanza la cuenta regresiva hacia el 7 de agosto de 2026, el reloj político corre también para una canciller cuya figura ha pasado de ser clave en la estrategia de poder a un factor incómodo en la gobernabilidad.

Comunicador social y periodista de la Universidad Antonio José Camacho. Tecnólogo en Producción Audiovisual y técnico en Diseño e Integración Multimedia del SENA, además de especialista en Fotografía Publicitaria. Experiencia en periodismo de campo frente a cámara, redacción web y gestión de redes sociales

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