Columnistas

Que imperen los argumentos

Las arengas de Petro convocando a la movilización para presionar al Congreso y a las altas cortes para que les den luz verde a sus reformas y proyectos están plagados, como es usual, de insultos, de mentiras y de calumnias.

Jorge Alberto Criales
Jorge Alberto Criales | Foto: El País

27 de jun de 2025, 03:45 a. m.

Actualizado el 27 de jun de 2025, 04:10 a. m.

El país no puede aspirar a que, en lo que le queda a Petro de gobierno, se resolverán los grandes problemas de Colombia. Anda es de agitador de masas y desconociendo que en la actualidad una importante función de un presidente es la de servir de factor de unidad nacional. Desde hace rato abandonó esta responsabilidad. Ahora ejerce de incitador, insultando a congresistas, a empresarios, a periodistas, a miembros de la oposición y a alcaldes, estimulando el conflicto social y gestando nuevas expresiones de violencia en nuestra sociedad.

El Jefe del Estado está en todo su derecho de defender sus proyectos. Pero lo debe hacer con más argumentos que con amenazas, con altura antes que con una narrativa que polariza al país. Y sobre todo con respeto por las instituciones. Las arengas de Petro convocando a la movilización para presionar al Congreso y a las altas cortes para que les den luz verde a sus reformas y proyectos están plagados, como es usual, de insultos, de mentiras y de calumnias.

No le queda bien a Petro, ni le conviene al país, desconocer la autonomía del Congreso, uno de los tres poderes institucionales, tan legítimo y con tanto respaldo del voto ciudadano como la Presidencia de la República. El primer mandatario no puede seguir enviando mensajes insultantes contra los congresistas que han votado negativamente sus proyectos con argumentos.

Que un presidente llame a la violencia es algo inédito e inadmisible. Petro se equivoca al pensar que el hecho de haber sido elegido presidente le da derecho de pasar por encima de las instituciones. El Congreso tiene una legitimidad democrática mayor incluso que la del Jefe de Estado y tampoco es notario del Ejecutivo.

Petro, ante la angustia por el fin de su gobierno y por la inminencia del fracaso de su proyecto político, decidió emprenderla contra el Congreso. La razón: no comprender lo que significa la separación de poderes ni la autonomía del legislador para aprobar o no las reformas que presenta el ejecutivo. Ante cualquier atropello, debemos respaldar al Congreso, las Cortes, las autoridades electorales y la división de poderes.

El deterioro del debate político se hace evidente cuando impera el insulto por encima del argumento y de la reflexión. Un ejemplo de la degradación del debate es la manera como Petro amenazó en mayo en Barranquilla a los senadores opositores. Los llamó “hampones, asesinos y verdugos del pueblo”.

La causa fundamental de la degradación del debate político es la falta de argumentación. La violencia verbal y la incitación al odio por parte de Petro están conduciendo a la violencia física. El interés por ofrecer argumentos sólidos parece no importarle. En el tipo de comunicación que ha implementado Petro influye el hecho de verse todavía como jefe de la oposición. Posdata. Bienvenida la firma de un acuerdo en el que el presidente de la República, los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes, los presidentes de las Cortes y las cabezas de los órganos de control, se comprometieron a hacer esfuerzos para bajar el tono de la confrontación política y respetar al contradictor. La suscripción del documento se puede considerar como un avance en medio de la escalada de declaraciones públicas de las últimas semanas. Sin embargo, hay que esperar su cumplimiento.

Columnista El País

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Columnistas