Opinión
Precio de la gasolina y transición energética
El año pasado acumuló un déficit de $26,4 billones (2,2% del PIB) y este año va a generar uno de similar tamaño
La decisión oficial, confirmada por el nuevo Ministro de Hacienda, de continuar subiendo el precio de la gasolina ha levantado críticas incluso entre partidarios del gobierno. Algunos han llegado a afirmar que se trata de una política neoliberal impuesta por el FMI. Nada más equivocado.
Reducir el subsidio al precio de los combustibles es una medida indispensable para uno de los programas bandera del gobierno, que es la Transición Económica Justa (TEJ) por dos razones.
La TEJ busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), sustituyéndolos por fuentes de energía renovables como la hidroeléctrica, la solar, la eólica, la geotermia y la biomasa. Además, aspira a suministrar energía limpia y accesible a millones de colombianos que están desconectaos de la red eléctrica nacional o que todavía cocinan con leña.
La TEJ es una tarea urgente e inaplazable pues es el único camino para frenar el calentamiento global que es la gran amenaza para nuestra supervivencia en el planeta tierra, puesto que los combustibles fósiles son la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero que lo causan, y solo reduciendo su consumo se logrará evitar un aumento de la temperatura del planeta mayor a 1,5 grados.
¿Qué tiene que ver el precio de la gasolina con la TEJ? la inexorable ley económica de la oferta y la demanda nos dice que subir el precio de la gasolina y el diésel sirve para reducir el consumo de combustibles fósiles, sobre todo cuando el precio doméstico es muy inferior al internacional
A pesar de que el gobierno Petro corrigió el error populista de su predecesor y hoy el precio de la gasolina se acerca a los $12.000 por galón, todavía está unos $5.000 pesos por debajo del internacional. Como importamos una parte de la gasolina que se consume y a Ecopetrol se le paga el precio internacional, alguien tiene que subsidiar la diferencia, y ese alguien es el presupuesto nacional a través del Fondo para la Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc).
El hueco del Fepc es enorme. El año pasado acumuló un déficit de $26,4 billones (2,2% del PIB) y este año va a generar uno de similar tamaño. Esto es más que lo que se espera recaudar con la reforma tributaria y está absorbiendo recursos del presupuesto nacional que se podrían utilizar para aliviar la pobreza de millones de colombianos. En 2023 el gobierno tiene que utilizar los $21 billones de dividendos que le entregó Ecopetrol para tapar parcialmente ese hueco.
Como los costos de producción del petróleo en Colombia son mucho menores que los precios internacionales, pretender que a Ecopetrol se le pague menos por los combustibles que produce es tapar un hueco abriendo otro. El presupuesto nacional no tendría que pagar el déficit del Fepc, pero Ecopetrol tendría menos ingresos y por lo tanto menos utilidades para entregarle dividendos al gobierno.
La TEJ es costosa y requiere cuantiosos recursos. Son millonarias, y en dólares, las inversiones necesarias para montar plantas de energía solar o parques eólicos, o para la producción de hidrógeno verde o blanco.
¿De dónde van a salir los recursos para estas cuantiosas inversiones? Por ahora del petróleo. Esta es la gran paradoja de la TEJ: para combatir el cambio climático se necesita consumir menos petróleo, pero para lograrlo se necesita producir más petróleo.