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Decreta con fe: “Gracias, Dios, tu energía me sana y me llena de amor, paz y sabiduría”. Agradece y alaba.

Gonzalo Gallo
28 de abr de 2024, 02:06 a. m.
Actualizado el 28 de abr de 2024, 02:06 a. m.
Cierra los ojos y relaja tu cuerpo. Descansa la punta del índice de una mano en tu entrecejo o tercer ojo.
Descansa el otro índice detrás, en tu occipital, en el lugar donde tu cuello se une a la cabeza.
Visualiza un rayo de amorosa luz celestial que une esos dos lugares por dentro de tu cabeza.
Luego descansa el índice de la mano derecha en tu coronilla, y visualiza dos rayos de luz blanca.
Bajan de allí al entrecejo y al punto de atrás de la cabeza. Es un triángulo interno de luz sanadora.
Decreta con fe: “Gracias, Dios, tu energía me sana y me llena de amor, paz y sabiduría”. Agradece y alaba.
Lo bueno de los rituales es que no te contentas con rezar, sino que haces ejercicios sanadores.
Ora de modo espontáneo, habla mucho con Dios y le expresas tu amor y tu gratitud.
@gonzalogallog
Gonzalo Gallo
Conferencista y escritor. Autor de 25 libros, dos de ellos para Mexico. 25 años trabajando medios como prensa, radio y tv. Lleva más de 25 años escribiendo para El País.
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