No es fácil gobernar

Gobernar no es fácil ni grato. Se busca el poder y algunos lo hallan, pero ordinariamente, de inicio, saltan los sinsabores y la oposición. Cabe recordar la historia de Siracusa en Cicilia del Siglo III a. C. Había un tirano llamado Dionisio y un hombre muy rico de nombre Damocles. Un día el primero invitó al segundo a que sintiera las mieles del poder un solo día. Este pidió mujeres, manjares, un trono y sintió el deliquio del poder. Y cuando iba a disfrutar de todos estos dones, le hizo saber a Dionisio su fascinación. El dictador le dijo: Sí, gobernar es delicioso, pero mira hacia arriba. Y allí estaba una espada sobre su cabeza, colgando de un pelo de caballo.

Veamos otro caso histórico: Después de la guerra de los mil días fue elegido presidente el general Rafael Reyes. Le fue tan grato el ejercicio que se volvió dictador y ya llevaba cinco años. El ‘quinquenio’ se lo llamó. Un día, en Chapinero, cuando se desplazaba en su carruaje tirado por caballos, le hicieron un atentado. Le dispararon varias veces y se libró de milagro. A los asesinos los fusilaron. Fueron los últimos ajusticiados, antes de que se eliminara la pena de muerte. Reyes quedó marcado. Y pasado un breve tiempo se fue en ceremonia oficial a Santa Marta con su cortejo presidencial. Y cuando nadie lo esperaba, se subió a un barco y se escapó de las delicias del poder.

Petro debe haber sentido más o menos esas mismas sensaciones. En comienzo se notaba su regocijo interior. Todo era grato. Mas las cosas cambian y sus proyectos vitales se han trastocado. Le llueven acusaciones diariamente; y se rompe la coalición que había montado en busca de la inmortalidad. Cambia de gabinete, pero todo se enreda. Con furia advierte a sus ministros -que ha cambiado varias veces-, que el que no cumpla con sus propósitos se va regañado.

Sobreviene un loco borracho y cocainómano -Benedetti- y suelta la jauría de sus rencores con habladurías sobre la financiación ilícita de la campaña presidencial. Cosa que después también advierte el propio hijo Nicolás, nadando en las mismas aguas viscosas. Otros sucesos salen de una oposición que crece, como la audiencia del Sueño de las Escalinatas de Jorge Zalamea.

La falta de ejecución del presupuesto hinchado por la reforma tributaria decae y aumenta la violencia brutal de los terroristas y mafiosos alebrestados. Y matan como si fuera un campeonato. Todo esto es triste.

Como si fuera poco, los planes de paz integral se han desdibujado, al igual que sus coaliciones en el Congreso donde sufre derrotas.

Todos queremos esa paz integral. Pero los violentos, sedicentes, izquierdistas, alborotan rompiendo compromisos. Nunca hubo más crímenes en el campo y en las ciudades.

Ahora se encuentran planes del Eln para matar al Fiscal General y a una mujer vallecaucana llena de inteligencia y patriotismo como la senadora María Fernanda Cabal. El general Zapateiro también está en la lista.

El Eln niega ser autor de tales planes. En un comunicado descarado, el comandante máximo ‘Antonio García’ expresa, refiriéndose a aquella noticia y ostentando el poder de matar, porque dizque no están sometidos a los códigos. En la parte final anota: “¿El Eln lo podría hacer dentro de su legalidad? Está claro que no obedecemos su legalidad y hacemos uso del derecho a la rebelión, y en derecho somos contraparte en un conflicto armado interno reconocido internacionalmente”. O sea que ellos son los que están a derecho.

Petro ha sido un luchador, pero aquí se estrangulan sus deseos de paz, en medio de toda esa violencia, que en realidad es el gran suplicio que nos toca vivir. Ojalá que la dicha por el ‘goce del poder’ nos haga aterrizar en esta realidad tangible e inocultable.