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‘Cupos’ en emisoras deportivas

Programas que van mucho más allá del tema deportivo y en consecuencia, sus oyentes representan intereses aún más generales que el meramente deportivo...

Silvio López
Silvio López | Foto: El País

5 de jul de 2025, 02:55 a. m.

Actualizado el 5 de jul de 2025, 02:58 a. m.

Seguramente la mayoría de los lectores desconoce la forma como funcionan varias de las emisoras deportivas que escuchan, en lo correspondiente a la vinculación de los periodistas y comunicadores que en ellas laboran, y me imagino que suponen que dichos profesionales, dada la enorme responsabilidad que en ellos recae al ser estos los ‘formadores de opinión’ de sus audiencias, son escogidos exquisitamente, vinculados formalmente y remunerados legalmente, esto es con prestaciones sociales y demás beneficios legales tal como debería ser.

Antes de continuar es importante subrayar el que muchas de estas emisoras combinan con el análisis deportivo, el político, así como la información general sobre temas variados, lo que las constituye entonces en programas que van mucho más allá del tema deportivo y en consecuencia, sus oyentes representan intereses aún más generales que el meramente deportivo.

En consecuencia, es tal la importancia de estas emisoras y de los profesionales que en ellos laboran que, en épocas electorales se puede apreciar el desfilar de los candidatos a cargos públicos en concejos, asambleas, alcaldías y gobernaciones, entre otros, rogándoles por entrevistas a través de las cuales puedan informar a las causas de electores, señal muy clara sobre la importancia de este sector en lo que al ‘termómetro electoral’ corresponde.

Entérense pues los amables lectores acerca de la precariedad de las contrataciones de los equipos de comunicadores en algunas de estas empresas de información radial. Más que una contratación, las personas que laboran en gran parte de estas emisoras pueden hacerlo en la medida en que comercialicen los cupos publicitarios que se les asignan, esto es, vendan uno, dos o más cupos de cuñas radiales de las que un gran porcentaje va para el dueño del espacio.

Sin prestaciones, sin básico, sin seguridad social, ARL y similares, como se supone debería hacerse con un trabajador colombiano, que además está sometido a un horario (muy complejo de cumplir pues son espacios a primera hora en la mañana, a mediodía y por la noche) y a una subordinación ante un patrón, a mi juicio un ‘contrato realidad’ que podría tener consecuencias legales en caso de que estos comunicadores emprendan acciones legales que deriven en la restitución de sus derechos.

Un grupo de personas necesitadas de trabajo, muchos de ellos grandes profesionales y enamorados de su labor, y seguramente con las mejores intenciones, se ven subyugados a esta realidad que puede eventualmente comprometer su imparcialidad informativa, su genuina libertad de opinión y de esta forma ser arrastrados a un escenario en el que sean instrumentalizados por los intereses más mezquinos y por las agendas ocultas.

¿Serán estos equipos de trabajos saludables para las personas que los conforman, fidedignos para los que escuchan y constructivos para lograr una mejor sociedad? ¿Propiciarán un ambiente laboral sano en donde se prioriza el bienestar de los empleados, el fomento de una comunicación abierta, el respeto mutuo y la colaboración?

Posdata: Mi solidaridad con el gremio de periodistas deportivos que, me dicen, la está pasando muy mal.

Administrador de empresas, especialista en Mercadeo de la Icesi, trabajó como Presidente del Comité Permanente del Deporte de la Cámara de Comercio de Cali, ex Secretario del Deporte y la Recreación de Cali, fundador de Juancho Correlón, empresario.

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