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León XIV, hijo de San Agustín
Muchos esperan que el nuevo Papa también refuerce lo que une a los católicos por encima de las divisiones emergentes.

18 de may de 2025, 12:45 a. m.
Actualizado el 18 de may de 2025, 12:45 a. m.
El nuevo Papa genera gran expectativa no solo entre la comunidad católica, sino también por el papel que puede jugar en la política mundial y, en particular, en nuestra región y Colombia. En especial, porque su historia de vida presenta a un líder que tiene sensibilidad social y visión global, y que anuncia la intención de abordar retos clave de la humanidad en el mundo actual.
León XIV nació el 14 de septiembre de 1955, en Chicago. Hijo de Louis Prevost, veterano de la Segunda Guerra Mundial y educador, y de Mildred Martínez, bibliotecaria y líder parroquial, ambos reconocidos en la congregación católica en el sur de esa ciudad. Sus dos hermanos, Louis Martín y John Joseph, sirvieron juntos a él como monaguillos y músicos en la iglesia local. Esta familia, con hondas raíces multiculturales y un historial de servicio comunitario, fue el contexto propicio para el crecimiento de un Papa que busca reforzar lazos entre la Iglesia y sociedades que viven diversas realidades.
Como hijo de la orden de San Agustín, León XIV tiene una actitud misionera y practica el desapego de lo material. Desde joven mostró interés por el conocimiento y logró sólida formación académica, humanística, religiosa y jurídica. En la Universidad Católica Agustiniana de Villanova, en Pensilvania, se licenció en Ciencias Matemáticas. Obtuvo una maestría en Divinidad en la Catholic Theological Union de Chicago, estudió dos años de Filosofía y tres años de Teología, y tiene además un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma.
Fue prefecto del Dicasterio para los Obispos, organismo encargado de designar obispos de todo el mundo, lo que lo expuso a un conocimiento internacional de la Iglesia y sus entornos. También fue presidente de la Pontificia Comisión para América y cardenal proclamado por el papa Francisco. Como primer Papa nacido en EE. UU., donde la tasa de adultos que se identifican como cristianos ha disminuido en las últimas décadas, conoce las necesidades y desafíos contemporáneos de la Iglesia católica en el mundo desarrollado.
Al mismo tiempo, tiene una profunda conexión con América Latina al haber vivido y trabajado en Perú durante dos décadas. Por eso su elección ha sido recibida con esperanza en Colombia y la región. Conocedor de nuestra cultura, de las crisis de corrupción y polarización en la política, y de las distintas violencias en nuestros países, podría promover un sentido de reconciliación y renovación de la fe que favorezca valores de diálogo constructivo, inclusión, justicia social, transparencia, paz y solidaridad. De igual manera, impulsó la ayuda a venezolanos en Chiclayo, y se prevé que involucre más a la Iglesia en el debate mundial sobre los migrantes, sus dificultades, desarraigo y lucha por mantener su identidad cultural.
Su nombre papal tiene un significado profundo. León I, conocido como San León Magno, defendió la fe y la consolidación de la autoridad pontificia, lo que mantuvo la unidad de la Iglesia a mediados del siglo V en tiempos de cismas y divisiones. Muchos esperan que el nuevo Papa también refuerce lo que une a los católicos por encima de las divisiones emergentes. También el nuevo Papa menciona que se inspira en León XIII, quien publicó la encíclica Rerum novarum, punto de partida de la doctrina social de la Iglesia durante la revolución industrial de fines del Siglo XIX. El Papa ha enfatizado que ahora esa doctrina debe abordar los retos éticos y sociales que plantea la nueva revolución de la inteligencia artificial frente a la justicia, la dignidad humana y el trabajo.
En un contexto de desencanto con las creencias religiosas, y de crisis ética y moral, León XIV puede ser una figura inspiradora que contribuya a reducir radicalismos, incluso entre los colombianos, y a inspirar a líderes de todos los sectores a unir esfuerzos por los derechos sociales, el medio ambiente y el apoyo a las comunidades en situación de vulnerabilidad. Un Papa que combina respeto por la tradición con una comprensión profunda de las dinámicas globales, y que es capaz de interactuar con diferentes culturas y contextos puede contribuir a fortalecer la Iglesia en el escenario mundial y a revitalizar el diálogo interreligioso y la unidad que tanto necesitan las sociedades.
Psicóloga de la Universidad del Valle con Maestría en Ciencia Política de la Universidad Javeriana, Estudios en Negociación de Conflictos, Mediación y Asuntos Internacionales. Columnista, concejal de Cali durante 2 períodos y senadora de la República durante 16 años. Presidenta del Congreso de la República, Ex embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas, Ex ministra de Relaciones Exteriores.