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La democracia en peligro
Una reflexión crítica que podría ofrecer algunas lecciones para nuestros países...

31 de may de 2025, 02:33 a. m.
Actualizado el 31 de may de 2025, 02:33 a. m.
El diagnóstico sobre los problemas que han venido afectando a la democracia occidental desde finales del Siglo XX y en nuestros días, está generando mucha perplejidad ahora por lo que ha venido ocurriendo en los Estados Unidos, que era el punto de referencia obligado sobre el comportamiento democrático.
Se hacen similitudes que no caben, dada la diferencia tan grande de un sistema político, económico y social, como el de los Estados Unidos, cuando se le compara con el de Colombia, Argentina o Brasil.
Hay una nueva edición del libro del profesor Michael J. Sandel, titulado ‘El descontento democrático’. Sandel ofrece el curso más popular desde hace dos décadas sobre el tema de la justicia en la Universidad de Harvard.
En la nueva introducción a la edición más reciente trae afirmaciones reveladoras sobre qué es lo que ha venido deteriorando la democracia estadounidense. Una reflexión crítica que podría ofrecer algunas lecciones para nuestros países.
Me ha parecido útil reproducir, literalmente, algunas de sus afirmaciones que nos ayudan a poner en perspectiva lo que ha venido ocurriendo, y a tener una apreciación mejor de lo que estamos viendo, y lo que seguramente tendremos que observar en los próximos meses.
“La presidencia de Trump y su rastro de rencor proyectan una negra sombra sobre el futuro de la democracia en Estados Unidos. Pero nuestros problemas cívicos no comenzaron con la llegada al poder del expresidente, ni terminaron cuando este salió de la Casa Blanca. Su elección fue un síntoma de la erosión de los lazos sociales y el deterioro de la situación de la democracia”.
“La rabia provocada por el rescate y por la deslocalización de puestos de trabajo hacia países con salarios bajos alimentó la protesta política, a uno y otro lado del espectro político (...)”.
“En 1996, cuando apareció la primera edición de ‘El descontento democrático’, hacía poco que había terminado la Guerra Fría, y la versión estadounidense del capitalismo liberal, parecía triunfar en el mundo, como el único de los dos grandes sistemas que había quedado en pie (...)”.
“Pero los agravios en los que Trump se apoyó para lograr la elección presidencial, no se han aplacado con su Presidencia, ni con su derrota tras un solo mandato. El descontento democrático persiste. Enconada por la pandemia, el hiperpartidismo, la injusticia racial recalcitrante, y la toxicidad de las redes sociales, la insatisfacción es más aguda ahora de lo que era un cuarto de siglo atrás: más rencorosa, y letal incluso”.
“En los años 90, el desconcierto adoptaba la forma de unas inquietudes incipientes, una creciente sensación de que estábamos perdiendo el control sobre las fuerzas que gobernaban nuestras vidas y de que se estaba destejiendo la fibra moral de la comunidad (...). A medida que el proyecto del autogobierno perdía fuelle, también se iban relajando los vínculos entre los ciudadanos. Las instituciones de gobernanza global, difícilmente podían cultivar los puntos de vida compartidos y las obligaciones mutuas que precisa la buena ciudadanía democrática”.
“Nuestra vida pública rezuma insatisfacción. Los estadounidenses no creen que pueden decir mucho sobre cómo se les gobierna y tampoco confían en que el gobierno haga lo correcto y la confianza en nuestros conciudadanos está en caída libre”.
“Las votaciones favorables al Brexit y a Trump fueron sendos intentos angustiados de reafirmación de la soberanía y el orgullo nacionales (...). Las antiguas inquietudes por la pérdida del sentimiento de comunidad son ahora polarización y desconfianza”.
Guardadas proporciones, algo de ese diagnóstico nos alcanza.
Experto en Ciencias Políticas, profesor y diplomático. Estuvo vinculado a la Universidad de los Andes por 23 años, durante los cuales enseñó Ciencia Política y ocupó varios cargos como Rector Encargado, Vicerrector y Decano de Ciencias Políticas, entre otros. Se ha desempeñado como Embajador en Canadá, Representante Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas, Embajador en Inglaterra, Ministro Plenipotenciario en Washington y encargado de Negocios. Fernando Cepeda Ulloa ha sido Ministro de Gobierno, de Comunicaciones, Consejero Presidencial y Viceministro de Desarrollo Económico.