Columnista
La confianza no se negocia
Venimos trabajando con determinación por recuperar la jerarquía de nuestra región, por reconciliar las diferencias que nos han fragmentado...

21 de may de 2025, 02:46 a. m.
Actualizado el 21 de may de 2025, 02:46 a. m.
Este fin de semana, el Valle del Cauca volvió a ser protagonista de noticias que generan dolor, indignación y, sobre todo, una profunda preocupación por el rumbo que estamos tomando como sociedad. La detonación de explosivos en un CAI del oriente de Cali no solo pone en riesgo la vida de ciudadanos y Fuerza Pública, sino que es también un atentado contra el esfuerzo colectivo de reconstrucción social que venimos liderando desde distintos sectores. A eso se suma un hecho aún más alarmante: la divulgación de unos chats que comprometen al Ministro del Interior, en los que instruye frenar -aún más de lo que ya lo están- los proyectos estratégicos del Valle del Cauca, como represalia política por razones partidistas.
Estos hechos, aunque distintos en naturaleza, están conectados por una misma raíz: el debilitamiento de la confianza, un valor esencial para sostener cualquier proyecto de país. La confianza es el cemento que une las relaciones sociales, la acción colectiva, el desarrollo económico y la convivencia democrática. Sin confianza, no hay gobernabilidad. Sin confianza, no hay inversión. Sin confianza, no hay progreso. Por eso, la agenda de trabajo que hemos priorizado en la Andi Valle del Cauca responde a los retos que tenemos como región en la generación de vínculos de confianza. Aquí las empresas juegan un rol fundamental y el trabajo deliberado de construcción de reputación apunta a ese objetivo.
Desde la Gobernación del Valle, la Alcaldía de Cali, las organizaciones empresariales y la sociedad civil, venimos trabajando con determinación por recuperar la jerarquía de nuestra región, por reconciliar las diferencias que nos han fragmentado y por reconstruir el tejido institucional y ciudadano que nos permite mirar el futuro con esperanza. Sabemos que la recuperación del Valle no depende solo de infraestructura o inversión; depende también, y sobre todo, de restituir la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en sus representantes.
Por eso, decisiones como las que se evidencian en esos chats no pueden ser vistas como una anécdota menor. Son un abuso de poder, una señal peligrosa de cómo se instrumentaliza el aparato del Estado para castigar políticamente a quienes piensan distinto o no se alinean a intereses personales o partidistas. Esto no solo vulnera los principios democráticos que rigen nuestra nación; pone en entredicho la dignidad de los cargos públicos, que no existen para servir agendas politiqueras, sino para servir a la ciudadanía con altura y responsabilidad.
El Valle del Cauca no puede seguir pagando el precio de las vendettas políticas ni del cálculo electoral. Merecemos un trato justo, institucional, responsable. Nos estamos levantando tras años difíciles y necesitamos que la Nación esté a la altura del momento histórico que vivimos. Desde el empresariado y la sociedad civil, hacemos un llamado urgente a cuidar la confianza: en las instituciones, en las regiones, y entre nosotros como ciudadanos. Porque solo así podremos defender nuestra democracia, nuestra libertad y el sistema de principios que permite que el progreso sea posible.
Hoy, más que nunca, necesitamos liderazgos valientes, generosos y capaces de anteponer el interés general sobre el interés particular. Lo contrario no solo nos aleja del desarrollo: nos pone en riesgo como país.
*Gerente Andi Valle del Cauca
Profesional en Ciencia política con especialización en Gobierno, Gerencia y Asuntos públicos