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Hubo un tiempo que fue hermoso
Los exquisitos arreglos de voces y la curiosidad con que los jóvenes Charly García y Nito Mestre hablaban de la vida con la sabiduría de unos viejos me cautivaron desde el comienzo.
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8 de sept de 2025, 12:45 a. m.
Actualizado el 8 de sept de 2025, 12:45 a. m.
Descubrir los discos de Sui Géneris que guardaba mi mamá fue uno de los mejores hallazgos de mi adolescencia. Han pasado muchos años desde ese día, sin Spotify ni cosa similar, en que para escuchar nueva música había que navegar entre los viejos discos de la casa.
Los exquisitos arreglos de voces y la curiosidad con que los jóvenes Charly García y Nito Mestre hablaban de la vida con la sabiduría de unos viejos me cautivaron desde el comienzo. Fueron ellos quienes retrataron con sencillez en un puñado de canciones el sentimiento y la incertidumbre de crecer. Con sus tres discos de estudio, increíblemente atemporales y vigentes a pesar de los años, crecí y acompañé los años que ahora recuerdo con mayor nostalgia.
Este 5 de septiembre se cumplieron 50 años de la noche en que Sui Géneris se despidió como grupo ante una audiencia récord en dos recitales en el Luna Park de Buenos Aires. Casi treinta mil jóvenes los vieron sobre esa tarima y desde entonces, gracias a que de manera visionaria grabaron las funciones en una de las primeras películas de la música en español, millones nos hemos aprendido de memoria las imágenes de la despedida de Sui Géneris. Esa noche marcó uno de los hitos más inolvidables en el emergente fenómeno del ‘rock nacional’.
En la medida en que avanzaba el recital, ante los ojos de todos los asistentes se acababa Sui Géneris y a su vez nacía como fenómeno de masas el rock argentino (y por ende el rock de todo un continente). García y Mestre, los dos miembros fundadores del grupo, han tenido carreras solistas supremamente destacadas y siguen escribiendo canciones casi tan bellas como las de los años de Sui Géneris. Al año siguiente comenzó la más atroz de las dictaduras argentinas y la música que esos dos jóvenes hippies escribieron se convirtió en un recuerdo de libertad y en un motivo de aguante para los años que estaban por venir.
A varios protagonistas de ese día los he podido encontrar gracias a las redes sociales y he llegado a saber más de lo que jamás imaginé acerca de ese concierto que dio forma a la música en nuestro idioma. Con Rinaldo Rafanelli, bajista de la etapa final de Sui Géneris, fallecido hace cuatro años, pude tener una larga conversación sobre las fascinantes e interminables sesiones de grabación antes de la separación de la banda, cuando un García asombrado con los sintetizadores buscaba darle forma de rock progresivo, y me contó que los ensayos para el show de despedida duraron más de un mes. El grado de perfección que buscaban para el adiós era supremo.
Hace poco también conseguí entrevistar a Nito Mestre, la voz líder de la banda, y me habló de cómo esa noche del 5 de septiembre, luego de tocar ante una audiencia que rompió todos los récords de la música en español, salió caminando del teatro Luna Park y se sentó solo en una pizzería a asimilar lo que había ocurrido minutos antes. Tenía veintitrés años y acababa de lograr lo que pocos en toda una vida artística han conseguido.
Hoy la música de Sui Géneris suena más a libertad que nunca, y también nos recuerda los años más ingenuos y bellos de la vida. Estamos más viejos y hemos visto el tiempo pasar volando, pero también sabemos más de la vida y hemos tenido la fortuna de ver algunos de nuestros sueños cumplirse.
Esa noche, al presentar a la banda, el atónito promotor del concierto solo se atrevió a decir “adiós, Sui Géneris, que tengan una hermosa vida”. Sí que lo ha sido…
Politólogo de la Universidad de los Andes con maestría en Política Latinoamericana de University College London. Es analista político para varias publicaciones nacionales e internacionales, y consultor en temas de política pública, paz y sostenibilidad.