Futuro de la micro y pequeña empresa

La semana pasada, invitado por el Señor Gustavo Muñoz, presidente del Grupo Multisectorial, destacado grupo empresarial vallecaucano que agrupa más de 30 organizaciones de la región Pacífico, el día viernes 13 de junio, asistí al evento de clausura del segundo Congreso de las Micro y Pequeñas Empresas, en la sede de la Caja de Compensación Familiar del Valle del Cauca (Comfandi).

Al tener posibilidad de recorrer la mayoría de los estands, y dialogar de manera directa con los emprendedores, percibí como una constante los esfuerzos humanos y sacrificios familiares y personales que a diario hacen para sacar adelante sus proyectos empresariales, los cuales me recordaron a mi madre, quien trabajó más de 50 años sin ningún tipo de ayuda del Estado para sostener su microempresa, una venta de gallinas y huevos en la galería Alameda de Cali. La abnegación por el trabajo de mi madre, la cual nunca conoció vacaciones, prestaciones sociales, seguridad social, pensión o subsidios por su trabajo, es lo que moralmente me compromete con el presente y futuro económico y social de las micro y pequeñas empresas.

En Colombia, las micro y pequeñas empresas son un motor fundamental de la economía, generando una gran cantidad de empleos. Aportan cerca de un 40 % del producto interno bruto (PIB). No obstante, estas empresas enfrentan diversos desafíos como el acceso a financiamiento (la principal fuente de financiación son los ahorros personales), la transformación digital, infraestructura deficiente, altos costos logísticos, la alta competencia y la formalización, falta de redes de apoyo institucional para el cuidado, lo que afecta principalmente a las mujeres emprendedoras. En el caso de negocios a cargo de mujeres, por la sobrecarga de trabajo de cuidado no remunerado, obtienen en promedio 30,7 % menos ingresos en ventas que los negocios a cuenta de hombres, a pesar de que es muy similar la dedicación a sus negocios: 9,3 horas para hombres y 8,9 horas para mujeres.

En Colombia, desafortunadamente no se distinguen las características y diferencias económicas, sociales y laborales de las medianas y grandes empresas con las micro y pequeñas empresas, lo que hace muy difícil su permanencia en el tiempo. Eso es lo que me llevó a sugerir en dicho Congreso que el Grupo Multisectorial, desde el Valle del Cauca, se abanderara de la tarea de impulsar un proceso de elaboración y adopción de un Estatuto Especial de Protección y Promoción de la Micro y Pequeña Empresa como reconocimiento y retribución al estoico trabajo diario de quienes, al igual que mi madre, hacen por sostenerlas y sacarlas adelante como empresas claves para la economía familiar y el desarrollo económico, social y biodiverso de Colombia.

En las palabras de clausura, el señor Gustavo Muñoz recogió mi sugerencia, lo que me compromete de antemano con el Grupo Multisectorial a trabajar unidos en la diferencia para contribuir a hacer realidad el Estatuto Especial para las Micro y Pequeñas Empresas, el cual, para no ir muy lejos, se puede iniciar elaborando un proyecto a nivel del Valle del Cauca y la región Pacífico, con la colaboración de los gobiernos departamentales y municipales; de las Cámaras de Comercio, de las asociaciones empresariales y sindicales con cobertura departamental; las Cajas de Compensación Familiar, representantes de las Micro y Pequeñas Empresas, las Asambleas departamentales y algunas instituciones nacionales con presencia en el departamento y entidades académicas que se hayan venido especializando en los temas de las Micro y Pequeñas Empresas.

Estoy seguro de que promoviendo ese amplio diálogo social regional y sabiendo escucharnos entre diferentes, es posible que encontremos los caminos necesarios para adoptar ese primer Estatuto Social regional de protección y promoción de las Micro y Pequeñas Empresas.