Columnistas
Elecciones en Francia
Con esto, el actual presidente buscaba debilitar al partido y mostrar que Marine Le Pen aún tiene muchas trabajas para llegar al Palacio del Eliseo.
Hace un mes, analistas y líderes políticos veían con preocupación el futuro electoral de Europa y de Francia, ante los resultados de las elecciones del Parlamento Europeo y la decisión por parte del presidente Emmanuel Macron de convocar a elecciones en la Asamblea Nacional. Algunos, como el presidente Petro, afirmaban que “la extrema derecha gana en Europa. El siglo de las luces se apaga…”. Sin embargo, este análisis de la elección europea, al igual que los vaticinios sobre el ascenso inevitable de la extrema derecha en Francia, fueron erróneos.
El partido National Rally, liderado por Marine Le Pen, que hace parte de Identity & Democracy, logró obtener 30 escaños, muy por encima de los 13 de la coalición centrista liderada por Macron. Ante este resultado, el líder francés hizo una apuesta. Como menciona Hugo Drochon en un artículo para Project Syndicate, Macron, que aún tiene 3 años en su cargo, prefirió enfrentarse a Le Pen en una elección corta, en la Asamblea Nacional, que esperar a que el partido National Rally pudiese aumentar su impulso electoral para las elecciones del 2027. Con esto, el actual presidente buscaba debilitar al partido y mostrar que Marine Le Pen aún tiene muchas trabajas para llegar al Palacio del Eliseo.
La primera ronda de votaciones no fue buena para Macron. Su partido quedó en un distante tercer lugar con 20%, mientras que el National Rally de Le Pen obtuvo el 33% de la votación, y la coalición de izquierda el New Popular Front, consiguió el 28% de los votos. Con este resultado, algunos expertos afirmaban que el ascenso de Le Pen y la extrema derecha era inevitable, y que el próximo Primer Ministro de Francia sería Jordan Bardella, Presidente del partido National Rally y mano derecha de Marine Le Pen. Sin embargo, estos vaticinios ignoraban una realidad, y es que la manera en la que se decide la votación para la Asamblea Nacional de Francia favorece a la moderación.
En Francia, los legisladores de la asamblea representan a alguno de los distritos del país. A la segunda vuelta de las elecciones pasan aquellos parlamentarios que obtengan al menos el 12,5% de los votos. Sin embargo, si alguien saca más del 50%, ese parlamentario es elegido en ese distrito, sin necesidad de segunda vuelta. Ahora, esto es inusual. Por esta razón, es normal que en la segunda vuelta hayan 3 o 4 candidatos por distrito. No obstante, en esta elección el partido de Macron y la coalición de izquierda New Popular Front decidieron unirse y revisar en cada distrito cuál de los dos partidos tenía mayor probabilidad de ganarle al partido de Le Pen, para retirar al otro y así solo tener 2 candidatos en las elecciones del distrito. Esta táctica, que ha sido utilizada varias veces para frenar a los partidos extremos, le trajo réditos a Macron, pues los resultados fueron favorables.
Aunque ningún partido logró obtener la mayoría absoluta, que se logra con 289 escaños, los resultados oficiales le dieron la mayoría a la coalición de izquierda New Popular Front con 182 escaños, seguidos del partido centrista de Macron con 164 escaños y en tercer lugar el partido National Rally, liderado por Marine Le Pen, con 143. Por consiguiente, es importante, antes de predecir ascensos irreales del fascismo en Europa o en Francia, es importante tener en cuenta las características electorales de los países. De lo contrario, las predicciones no informarán el debate, sino que buscarán agitar las llamas en un mundo polarizado. Actualmente, ni Francia ni la Unión Europea cayeron en manos del fascismo. Al contrario, cayeron en las manos del centro y eso no solo debe reconfortar a los alarmistas, sino también enseñarles que se debe analizar con cabeza fría, y no en busca de trinos virales.