El pais
SUSCRÍBETE

Columnista

El pastor amable

El paso de Francisco por el papado fue como la bocanada de aire fresco que la Iglesia Católica necesitaba.

José Félix Escobar
José Félix Escobar | Foto: El País

José Félix Escobar

28 de abr de 2025, 02:19 a. m.

Actualizado el 28 de abr de 2025, 02:19 a. m.

Mostraba la sencillez de los personajes verdaderamente grandes. Al funeral del papa Francisco asistieron millares de personas en demostración de que siempre hubo una gran conexión de Francisco con el pueblo.

Hijo de inmigrantes italianos, Jorge Mario Bergoglio mostró desde su tierna infancia una sincera conexión con la gente: sus gustos, sus hábitos, sus costumbres, su cercanía. Amaba el fútbol como casi todos los argentinos y en su caso personal había una conexión familiar con el famoso Enrique Omar Sívori.

Se decantó por San Lorenzo de Almagro. En una ocasión su desbordada afición lo hizo ingresar al camerino de los jugadores, de donde el técnico Alfio Basile lo hizo sacar sin contemplaciones. Tiempo después, el entrenador Basile supo que el expulsado llegó a ser papa.

Viajaba en tren, sin pompa y sin protección alguna. Era Arzobispo de Buenos Aires, pero él y la gente continuaban su constante cercanía. Tuvo una sólida formación eclesiástica con los jesuitas, el ‘Think tank más poderoso del catolicismo’.

Convertido ya en cardenal, viajó a Roma en 2013 para participar en el cónclave citado para reemplazar al renunciante papa Benedicto XVI. Casi con certeza, puede asegurarse que monseñor Bergoglio desconocía en ese momento el futuro papal que los cardenales señalaron para él.

El cardenal Bergoglio aceptó su misión como un designio divino. Desde la escogencia misma del nombre Francisco, monseñor Bergoglio demostró que su sencillez y humildad continuaban incólumes. Una vez elegido papa llamó al hombre que en Buenos Aires le llevaba todos los días el periódico canceló el convenio porque no iba a regresar más.

El paso de Francisco por el papado fue como la bocanada de aire fresco que la Iglesia Católica necesitaba. Quedan, sin embargo, importantes actualizaciones que el catolicismo debe acometer, pues los tiempos han cambiado de manera acelerada en los últimos cincuenta años.

Es imposible continuar con el marginamiento de las mujeres en las altas posiciones de la Iglesia. Seis representantes del género femenino, todas profesionales exitosas, acaban de regresar de un viaje por el espacio exterior, mientras su ascenso en la estructura del catolicismo es objeto de constantes obstrucciones.

El interés de los jóvenes por el bienestar y cuidado de los animales es notorio. No haría mal la Iglesia en revisar tantos textos antiquísimos que describen sacrificios sangrientos de nuestros hermanos sintientes. Hasta el futuro de la tauromaquia está en duda, y las degollinas y sacrificios sangrientos continúan plagando los textos sagrados.

No se puede seguir obviando el debate moral suscitado por el arribo incontenible de la Inteligencia Artificial. Su uso o su abuso marcarán la pauta en las próximas generaciones y el catolicismo, por supuesto, tiene mucho que decir al respecto.

Para nadie es un secreto que la cristiandad es un desarrollo espiritual y cultural europeo. El próximo papa sin temor a equivocarnos volverá a ser un cardenal oriundo de Europa.

* * *

Posdata: Son tantas las versiones sobre la adicción a narcóticos en miembros de nuestro alto gobierno; sus reacciones son tan ponzoñosas y desubicadas; su oratoria es casi cósmica, que es válido preguntarse si el exprocurador Alejandro Ordóñez tenía razón cuando inhabilitó al actual presidente para ejercer cargos públicos.

José Félix Escobar

Doctor en Jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Abogado en ejercicio. Colaborador de EL PAÍS desde hace 15 años.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

Te puede gustar

AHORA EN Columnistas