¿El man es Germán?

Poco a poco Germán Vargas Lleras avanza en las encuestas de preferencias electorales en dos índices cuya mixtura debe causarle agrieras. Por un lado, satisfacción por estar en los primeros lugares cuando lo miden contra todos o en relación con los candidatos de derecha. Por otro, molestia al ver que confrontado contra candidatos de centro izquierda en una segunda vuelta, está en empate técnico, que es algo parecido a la derrota.

El político más experimentado del país en este momento podría ser el mayor riesgo de su sector en una segunda vuelta compitiendo con Gustavo Bolívar, dice la reciente encuesta de Invamer.

Vargas LLeras es el único prospectivo candidato que se pasea con solvencia cuando expone cualquier asunto o política pública. Conoce la ley, el decreto reglamentario, la jurisprudencia constitucional, la del Consejo de Estado, sabe qué entidad ejecuta, cuál es la burocracia responsable, dónde está la plata y qué dice el Plan de Desarrollo. A veces se le va la mano recordándonos que él estuvo detrás de la creación de los instrumentos legales, institucionales y financieros que permiten al Estado desarrollar sus programas. Como ha sido legislador, ejecutivo, dirigente político y periodista de opinión tiene una capacidad única de explicar lo que pasa, cómo resolver los problemas y hacia dónde ir en su visión de sociedad, economía y Estado. Por su estilo de trabajo es claro que la pereza no es algo que lo acompañe.

Si la política consistiera en llevar al poder a los que más trayectoria y méritos han acumulado, independientemente de qué preferencias tengamos, es difícil objetar una presidencia de Vargas LLeras. Supera a todos sus pares entre la derecha y no tiene semejante en la izquierda. Pero no es así, para ver el nivel al que ha caído la política colombiana, recordemos quiénes terminaron en segunda vuelta en 2022.

Desconozco si Germán Vargas Lleras ya decidió sobre su candidatura, o si tiene una estrategia para rehacer su imagen maltrecha de rolo antipático y rico que abusa de quienes lo cuidan dándoles coscorrones. No sé qué piensa hacer con su estructura política, Cambio Radical, que dirige con rigor como ‘jefe natural’. Su fuerza parlamentaria sufrió una merma significativa, pero sigue siendo sustancial, 11 senadores pesan mucho cuando las mayorías parlamentarias se forman con márgenes delgadísimos.

Ahora, también es cierto que falta que corra mucha agua bajo el puente. Hace cuatro años los dos primeros candidatos en la encuesta de Invamer eran Gustavo Petro con el 35% y Sergio Fajardo con el 16%. En la divulgada la semana pasada están de primero Bolívar con el 11,8% y Fajardo con el 9,5%.

Hay muchos procesos en curso aún. En el centro izquierda el punto será quién se tragará el sapo, si el Pacto Histórico apoyando a un santista, o al contrario. En el centro es a qué nivel se desinflará Fajardo si ya está en la mitad que hace cuatro años, hacia dónde jalarán los que quedarán huérfanos de Claudia López cuya crisis de identidad le está costando mucho y no le están validando sus nuevas credenciales de antipetrista y cómo será la consolidación de Juan Manuel Galán, o si Juan Fernando Cristo es el caballo que gana desde atrás.

En la derecha falta por ver, por un lado, cómo se mueven las preferencias cuando el Centro Democrático elija su candidato y Álvaro Uribe lo repotencie en Antioquia, Eje Cafetero, Oriente y Bogotá. Igualmente, hacia dónde irá la intención de voto ante el declive lento pero cierto de Vicky Dávila. Y, para volver al punto, si el man es Germán.