El enorme poder de la mente sobre el cuerpo

Desde tiempo inmemorial existe la certeza de que la mente tiene un efecto sobre el cuerpo. Muchos autores populares han tratado empíricamente el tema y en la práctica clínica de la psiquiatría vemos a diario cómo unas circunstancias psicológicas favorables suelen asociarse a una mejor salud y cómo las actitudes negativas, los eventos infortunados y los allegados tóxicos tienden a enfermar a las personas.

La psicóloga Ellen Langer de la Universidad de Harvard, experta en lo que se conoce en occidente como “mindfulness” (Estar atentos), ha realizado originales experimentos que han confirmado de manera objetiva estas observaciones. Y le han permitido concluir que, si la mente es capaz de enfermar el cuerpo, también es capaz de sanarlo.

Una de sus investigaciones fue realizada en 1979 y es hoy un referente en las influencias de la mente sobre el cuerpo. El estudio consistió en trasladar a un monasterio en New Hampshire a un grupo de voluntarios, todos mayores de 70 años, para que experimentaran lo que era vivir en el año de 1959. El monasterio había sido decorado y habilitado como si se tratara de un viaje al pasado, 20 años atrás.

A los participantes se les pidió que se concentraran en actuar como si tuvieran 20 años menos. Se los expuso a experiencias que ellos habían tenido dos décadas antes y les mostraron cartas, fotos, escritos, películas, televisión en blanco y negro, periódicos y revistas de los años 50. Todo lucía como en el año 1959. El grupo control estuvo compuesto por personas a quienes no se les ofrecieron esas condiciones. Los resultados del experimento fueron sorprendentes.

En comparación con el grupo control, los participantes del grupo de estudio se sintieron rejuvenecidos en el período del experimento. Mejoraron en muchos de los parámetros físicos evaluados. Oían y veían mejor, se reían y se sentían con más energía. Las mediciones biológicas, estado físico, habilidades, flexibilidad y estado cognitivo mejoraron notablemente. Caminaban más erguidos y su actitud cambió positivamente. Incluso en las fotos que les tomaron al final del experimento se veían más jóvenes.

Estas investigaciones confirman el enorme poder de la mente sobre el cuerpo y reiteran nuestros conocimientos sobre los trastornos psicosomáticos. Y además nos ayudan a precisar aspectos de gran relevancia en el tema del envejecimiento saludable:

*La mente y el cuerpo son una sola cosa.

*Si nuestros pensamientos son optimistas y nos mantenemos atentos y en contacto con circunstancias positivas, nos sentiremos con más energía, e incluso rejuvenecidos.

*El simple hecho de estar atentos al momento de entablar una conversación o tomar una decisión resulta en una actitud positiva. Lo que le ocurre a la mayoría de las personas es que están desconcentradas, con la mente en otro lugar, la mayor parte del tiempo.

*Un cerebro atento es un cerebro despierto.

*La gente desconcentrada (o “elevada”) continuamente se niega posibilidades, vive una vida limitada y tiene más posibilidades de enfermarse.

*El estar atento abre la mente a muchas posibilidades y puede conducir a una mejor salud, independientemente de la edad.