Columnistas
Al oído de Sara Mercedes
Repetimos enfoques educativos de hace 50 años para una infancia a la que le importa un higo lo que dice su maestro o maestra, porque no conecta con su vida presente.

Gloria H.
22 de abr de 2025, 02:44 a. m.
Actualizado el 22 de abr de 2025, 02:45 a. m.
Todo depende del enfoque que se tenga y con el que se llegue. La educación es hoy por hoy el espacio social y comunitario más importante y definitivo en la construcción del presente y el futuro. Pero como lo pedagógico no es instantáneo ni se puede evaluar con datos estadísticos, pareciera como si lo urgente le gana a lo importante. Entonces a las secretarías de Educación llegan personas muy valiosas, pero pareciera que su trabajo más significativo es ‘administrar’ instituciones, solucionar problemas, apagar incendios, nombrar maestros, etc.
No hay tiempo ni dedicación para la construcción de un modelo pedagógico que definitivamente se enfoque hoy en la necesidad real de un niño o niña. Repetimos enfoques educativos de hace 50 años para una infancia a la que le importa un higo lo que dice su maestro o maestra, porque no conecta con su vida presente. No tiene que ver con su mundo. No se le prepara para manejar conflictos, no tiene herramientas para enfrentar el bullying, la frustración lo domina, la tecnología lo atrapa, la soledad lo abruma, los problemas familiares lo desbordan… pero ninguna de estas situaciones las maneja un pénsum educativo, donde existan profesores que saben muy bien su lección de Ciencias e Historia, pero no emociones, ni duelos, ni manejo de la diferencia, ni autismos, ni ansiedad o depresión, ni cortes en los brazos, ni drogas, ni expresiones como ‘no quiero vivir’. Pareciera si, una sociedad autista, cuya infancia pide a gritos una renovación en el enfoque educativo para que realmente este pequeño ciudadano tenga un mínimo de herramientas para enfrentar su vida. Pero no hay quien lo oriente y es presa fácil de cualquier influencer, vecino o programa que esté dispuesto a ‘enseñarle’ para aumentar seguidores, ganar dinero o manipularlo a su antojo.
Entonces las secretarías de Educación deberían tener dos cabezas: una, necesaria claro, pero eminentemente operativa, que enfrente el día a día administrando, apagando chicharrones y otra, vital, necesaria y verdaderamente renovadora, que ‘piense’ en la educación para los niños y niñas de Cali, que construya un programa donde a diario, sí, a diario, se trabaje con las emociones, con los sentires, con los conflictos. Cali no tiene que construir un plan nacional, sino un plan doméstico, propio para la ciudad. Creo que debemos enfocarnos en las necesidades nuestras, las de aquí y enseñarles a las nuevas generaciones a manejar situaciones. Creemos que los niños ‘saben’ qué es bueno y qué es malo, (lo que no siempre es cierto) no se los escucha y, por la angustia de ‘imponer’ un criterio, terminamos alejándolos de nuestra mano. No confían, no creen, tienen miedo. ¿Existe una cátedra en Cali que enseñe a manejar el miedo? ¿Quién les habla de la muerte?
Entonces, Sara, creo que hay que ‘ampliar’ la mirada y no solo transporte, locales y alimentación física deban ser la prioridad. La nutrición emocional es tan necesaria como la física y no se escuchan planes para su mitigarla. Claro, en lo emocional el resultado no es instantáneo ni se podrá evaluar en seis meses. Aquí, hay que sembrar para cosechar. Pero empezar a mirar diferente sobre lo prioritario en educación es vital. Dejarle a la ciudad el legado de manejar la educación desde otra perspectiva es ya sanador. Porque es desde la educación como se cambia el mundo, y quisiéramos poder escuchar ‘otro’ discurso. No podemos seguir repitiendo fracasos…
Gloria H.
Psicóloga, conferencista de temas de pareja, cambio y espiritualidad. Licenciada en Letras. Directora de los programa de televisión Revolturas, Despertar de la Conciencia en el Canal 14, y "Consultándole a GloriaH" en el Canal 2 en Cali. Colaboradora habitual de la radio en Oye Cali, El corrillo de Mao . En 2009, ganó el premio Rodrigo Lloreda Caicedo a la mejor columna de opinión en El País. Autora de los libros Hablemos del Amor , "Amarte no es tan fácil" y Dónde esta mi papá´.
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