Columnista
¿A qué le teme, Presidente?
No se atentó contra el senador Miguel Uribe por razones económicas o personales, sino por oponerse a un gobierno que siembra odio y violencia, y al que no le importan la Constitución y la ley, la democracia, y mucho menos la vida humana...

22 de jun de 2025, 01:25 a. m.
Actualizado el 22 de jun de 2025, 01:36 p. m.
El Presidente salió lanza en ristre contra Noticias Caracol por informar que el atentado contra Miguel Uribe tenía una motivación política. “Sugieren que la Fiscalía dijo que había un fin político, eso no se puede decir”, escribió energúmeno el viernes 20 de junio. Luego, su futuro jefe de gabinete y supuesto pastor, dijo que interpondría “acciones jurídicas de inmediato”, pues este tipo de información “miente y manipula los hechos”.
El noticiero no sugirió, ni mintió o manipuló los hechos. Se ciñó a informar sobre lo señalado por la Fiscal del caso quien dijo que el atentado a Miguel Uribe obedecía a su condición de político de la oposición. Hasta ahí le llegó a Petro la postura de que “todas las hipótesis están abiertas”, escrita el día del crimen. Para él, todas las hipótesis son y serán válidas, salvo las que lo comprometerían a él, a su Gobierno, y a la izquierda radical. Sus trinos en X, lo confirman.
En vez de rechazar “con profunda indignación” el hecho, como lo haría ante el asesinato de la representante Hortman (junio 15), se limitó a escribir que “quieren matar al hijo de una árabe” y le envió un mensaje en árabe a Miguel Uribe (junio 7). Luego diría que “fuerzas oscuras” le habrían pedido al Mossad (agencia de inteligencia israelí) una “operación de extracción” (junio 9) tratando de ligar el atentado y las amenazas contra él, al Estado de Israel.
Su siguiente estrategia fue, entonces, mezclar las cosas y como es usual, victimizarse. “Acaban de amenazar a todos los hijos de mi gabinete”, “he ordenado la ampliación de los sistemas de seguridad de la oposición y las familias de los integrantes del gobierno”, “los asesinos quieren es que no se exprese la sociedad” (junio 8), “la mafia (…) me odia por lo que he hecho contra ella (…) y busca matarme y destruir el Estado” (junio 9).
A renglón seguido, la emprendió con los enemigos del gobierno y de sus iniciativas destructoras. “Una de las hipótesis (…) es que provenga de un grupo con capacidad de matar, enemigo del gobierno y de la consulta popular”. (junio 9), y agregó, “tengo indicios, y no apuntan a las histerias en la calle, pero es algo que le compete a la Fiscalía” (junio 11). Luego afirmaría que “los capturados son solo miembros del microtráfico bogotano” (junio 20).
Había afinado la mira con sugerencias delicadas. “Con indicios muy fuertes, el autor del atentado sería la mafia con asiento internacional”, ligándolo de nuevo a las amenazas en su contra y a la oposción: “el narcotráfico ha ordenado mi muerte, hipótesis que cobra cada día más fuerza es que está detrás del atentado” (junio 10). “Los fanáticos de la extrema derecha amenazaron a mis hijas, no saben que las mafías más poderosas les hacen caso”, agregó (junio 14).
Y trataría de apropiarse de la Marcha del Silencio para afianzar su condición de víctima, con su habitual cinismo. “Éxito en la plaza de Bolívar, un pueblo unido por la paz” (junio 15). E insistiría en que él no incita a al odio y la violencia. “No gritamos ‘fuera’ a nadie, somos firmes pero no odiamos ni hablamos de (…) matar. No agredimos periodistas”. “En mi vida no he ordenado que se asesine.” (junio 17). Creo que sobran los comentarios.
No se atentó contra el senador Miguel Uribe por razones económicas o personales, sino por oponerse a un gobierno que siembra odio y violencia, y al que no le importan la Constitución y la ley, la democracia, y mucho menos la vida humana; la del precandidato, la de líderes sociales asesinados y la de periodistas ‘muñecos de la mafia’ y empresarios ‘esclavistas’ amenazados. Para Gustavo Petro, sólo son válidas las hipótesis que le convienen, o lo exoneran. Por eso rechaza con virulencia lo señalado por la Fiscalía que hasta hace poco respaldaba. ¿A qué le teme, Presidente?
Abogado y doctor en política de la Universidad de Oxford. Se desempeñó como Ministro de Educación, Embajador en La Haya, Alto Consejero Presidencial para la Seguridad Ciudadana, y Director de El País de Cali. Actualmente es Presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, gremio de la industria de hidrocarburos.