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Increíble hallazgo de la Nasa: ¿qué hay en el interior de la Luna?
La Nasa descubrió un núcleo de hierro en la Luna hace más de diez años. Investigadores lo confirman y revelan nuevos detalles.
La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (Nasa) ha revelado nuevos hallazgos sobre la composición de la Luna, confirmando la existencia de un núcleo sólido de hierro en el único satélite natural de la Tierra.
Este descubrimiento, realizado por investigadores de la Universidad de la Costa Azul y del Instituto de Mecánica Celeste y Cálculo de Efemérides (IMCCE) de Francia, respalda los estudios previos realizados por la Nasa en 2011 y arroja nueva luz sobre la estructura interna de la Luna.
En el año 2011, la Nasa recurrió a los datos recopilados por los astronautas del Apolo 11, la misión que marcó el primer viaje tripulado a la Luna, para investigar la composición del satélite. Utilizando datos sísmicos, se confirmó que al igual que la Tierra, la Luna también tiene un núcleo interno sólido. En ese momento, se estimó que el radio del núcleo era de aproximadamente 240 kilómetros.
Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en la prestigiosa revista británica Nature, ha revelado datos aún más precisos sobre la estructura interna de la Luna. Los investigadores utilizaron datos geológicos, en su mayoría obtenidos del programa Apolo de la Nasa, para desarrollar un modelo informático que representara el potencial interior del satélite.
Gracias a este enfoque, los científicos concluyeron que el núcleo interno de la Luna tiene un diámetro de 500 kilómetros, superando las expectativas anteriores. Además, se determinó que la densidad del núcleo interno es similar a la de la Tierra, estimada en 7.822 kilogramos por metro cúbico, y está compuesto principalmente por hierro. También se descubrió que el núcleo externo de la Luna tiene un radio de 362 kilómetros.
Este nuevo estudio no solo proporciona información valiosa sobre la estructura interna de la Luna, sino que también plantea interrogantes sobre la evolución del campo magnético lunar. Los investigadores sugieren que la existencia del núcleo interno puede tener implicaciones significativas en la comprensión del campo magnético de la Luna.
¿Cuándo volverá la Nasa a la Luna?
Mientras se realizan estos fascinantes descubrimientos sobre la Luna, la Nasa se prepara para regresar al satélite en el año 2025 con la misión Artemis III. Esta misión tiene como objetivo principal establecer una presencia humana sostenible en la Luna, y el nuevo conocimiento sobre la estructura lunar será fundamental para el desarrollo de futuras exploraciones.
La elección del polo sur lunar como lugar de aterrizaje se debe a su abundancia de recursos, incluyendo agua congelada que podría utilizarse como suministro de agua potable y combustible para cohetes.
Además, las misiones Artemis buscan promover la diversidad en las tripulaciones de la Nasa. En los sobrevuelos preliminares, ya se ha incluido a una astronauta mujer y a un hombre negro, en un esfuerzo por reflejar la diversidad de la humanidad y fomentar la igualdad de oportunidades en la exploración espacial.
Vehículo de terreno lunar
Como parte de los preparativos para la misión Artemis III, la Nasa ha presentado el diseño preliminar de un vehículo de terreno lunar (LTV, por sus siglas en inglés). Este vehículo, que se asemeja a los karts del famoso videojuego Mario Kart, contará con capacidades autónomas y robóticas para realizar experimentos y recopilar muestras en la superficie lunar.
Además de su función principal de transporte y recolección de datos, se espera que el LTV esté equipado con un brazo robótico y herramientas de exploración para llevar a cabo tareas durante los intervalos en los que los astronautas no estén presentes. Esto permitirá una mayor eficiencia en las misiones lunares y expandirá las capacidades de exploración de la Nasa.
Sin embargo, el LTV enfrentará desafíos significativos en la Luna. Para sobrevivir en el polo sur lunar, donde se centrarán las misiones Artemis, el vehículo deberá resistir diversas condiciones ambientales y fluctuaciones extremas de temperatura. Además, deberá mantenerse operativo durante largos períodos de oscuridad lunar, cuando sus paneles solares no serán efectivos para la generación de energía.
Aunque el LTV no se utilizará en las primeras misiones de regreso a la Luna en 2025, se espera que entre en servicio en la misión Artemis V, que está programada para el año 2029. Este vehículo avanzado desempeñará un papel fundamental en el logro de los objetivos científicos y exploratorios de la Nasa en la superficie lunar.