Estados Unidos usará la prisión de Guantánamo para detener a inmigrantes irregulares

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles en la Casa Blanca que la prisión de Guantánamo, ubicada en el sudeste de Cuba, será utilizada por su gobierno para la detención de migrantes en condición irregular.

Este centro carcelario militar, que normalmente está reservado para presos acusados de terrorismo, estaría preparado para albergar a los miles de deportados a los que, tras su investidura el pasado 20 de enero, Trump se ha focalizado en capturar.

“Firmaré hoy un decreto ordenando a los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior que comiencen a preparar las instalaciones para 30.000 migrantes en la bahía de Guantánamo”, afirmó el primer mandatario.

La guerra de Trump contra la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos ha sido uno de los ejes centrales de sus dos periodos presidenciales.

Durante su campaña, el magnate denunció una “invasión” de migrantes a quienes ha acusado de “envenenar la sangre” del país norteamericano y de haber provocado una ola de criminalidad.

Cabe resaltar que esta afirmación realizada por el jefe de Estado no ha podido ser demostrada por ninguna estadística oficial.

La cárcel de la bahía de Guantánamo fue inaugurada en 2002, al interior de una base militar estadounidense que reside en la ciudad del mismo nombre.

Se construyó como parte de la “guerra contra el terrorismo”, declarada por el expresidente George W. Bush, luego de los atentados del 9/11 en contra de las Torres Gemelas y otras importantes edificaciones de EE.UU., los cuales tuvieron lugar el 11 de septiembre de 2001.

Por sus paredes han pasado cientos de prisioneros importantes, entre los que se encuentran miembros de la organización terrorista, paramilitar y yihadista Al Qaeda, responsable de planificar y ejecutar acciones criminales en África, Asia, Europa y América del Norte.

No obstante, el establecimiento penitenciario es polémico por sus extremas condiciones de detención y el uso de tortura.

Aunque no se sabe a ciencia cierta lo que ocurre al interior de la prisión, asociaciones defensoras de los derechos humanos denuncian que, basado en testimonios, los privados de la libertad no recibirían un trato digno.

Aseguran que se vigila a los migrantes cuando llaman a un abogado, les obligan a ponerse gafas de sol durante el transporte y las instalaciones están llenas de ratas debido a las deplorables condiciones de higiene.

Los expresidentes demócratas Joe Biden y Barack Obama habrían adelantado esfuerzos para intentar cerrarla, pero ninguno lo logró durante sus mandatos.