Judicial
“En tierras con títulos, la probabilidad de que se siembren cultivos de coca es mucho menor”: Directora de Misión de Usaid en Colombia
Así lo dijo Anupama Rajaraman, Directora de Misión de Usaid en Colombia, quien esta semana, en compañía de Kevin Murakami, director de la sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación a la Ley de la Embajada de EE. UU. en Colombia, visitaron Cali.
Por: Vicky Perea García y Anderson Zapata
La semana pasada estuvieron recorriendo varios municipios del Valle del Cauca Anupama Rajaraman, directora de Misión de Usaid en Colombia, y Kevin Murakami, director de la sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación a la Ley de la Embajada de Estados Unidos en Colombia.
Ambos hablaron con El País sobre el motivo de esta visita al Pacífico colombiano y explicaron cuál ha sido recientemente el aporte de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en la región.
Los funcionarios contaron cómo, desde la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Embajada, han invertido millones de dólares en programas sociales destinados a quitarle jóvenes a la violencia y a apoyar a los migrantes para que inicien una nueva vida. También dieron detalles del apoyo que les han brindado a las autoridades para combatir el narcotráfico.
¿Cuál es el motivo de la visita de usted a Colombia?
Murakami: Ayer estuve en Buenaventura y visitamos esta ciudad para aprender más y tener nuevos retos en seguridad, en corrupción y en narcotráfico. Todo esto para ver cómo podemos aumentar nuestro apoyo en términos de seguridad a la región Pacífico.
Es muy chévere porque estoy aquí con mi colega de Usaid ya que debemos abordar nuestra estrategia contra el narcotráfico de manera integral. Es decir, no solo vinimos a revisar los temas referentes a seguridad, sino también todo lo que tiene que ver con el desarrollo económico y social.
¿Qué encontró en su visita a Buenaventura?
Murakami: Buenaventura es un punto estratégico por su ubicación. En el 2023 en este lugar se incautaron más de 30 toneladas de cocaína y además de esto la Policía ha encontrado cocaína mezclada con diferentes sustancias.
Para mí el narcotráfico sigue siendo un problema grave, especialmente en los puertos, por eso con nuestra visita a Buenaventura queríamos ver cómo podíamos aumentar, aún más, la capacidad de la Policía para combatir este flagelo en Buenaventura.
Hay mucho potencial en esta ciudad por ser tan importante para el comercio de todo un país. Con nuestra visita queremos ver cómo podemos fortalecer, aún más, las capacidades de la Fuerza Pública.
En el programa de ese fortalecimiento a la Fuerza Pública habrá capacitaciones, entrega de equipamiento y más infraestructura para ayudar en todas las áreas.
¿Cuál es el propósito de estar por estos días con Usaid (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) en Cali?
Rajaraman: En casi un año y medio que llevo en Colombia he visitado Cali aproximadamente 4 o 5 veces. Para Usaid esta ciudad representa algo muy importante porque es la puerta a la región Pacífica y tenemos muchas inversiones en este lugar en temas de inclusión étnica, apoyo a los jóvenes, transparencia y desarrollo económico. Es un gran honor estar aquí.
Estamos trabajando, junto con la Sección de Asuntos Antinarcóticos de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, muy de la mano. Realizamos estrategias comprensivas en coordinación directa con el Gobierno Colombiano a nivel regional y local. Esto lo estamos desarrollando especialmente con las comunidades para mejorar las condiciones económicas y sociales.
El narcotráfico está muy relacionado con los problemas sociales que tenemos. ¿Qué apoyo se da desde Usaid en la inversión a la comunidad?
Rajaraman: Lo que hemos aprendido dentro de Usaid en décadas que llevamos apoyando programas para combatir el cultivo de coca es la importancia de enfrentar directamente las causas fundamentales del problema. Es decir, la falta de oportunidades económicas viables, la falta de servicios básicos, la poca seguridad y el poco acceso a servicios financieros. Entonces, en conjunto con nuestros colegas de la INL, otras agencias y con la colaboración directa del Gobierno de Colombia, estamos impactando directamente esas causas fundamentales.
Nuestra estrategia trabaja de manera directa, por ejemplo, con la Agencia Nacional de Tierras o la Agencia de Desarrollo Rural para crear las condiciones en las cuales las comunidades pueden hacer una transición de una manera exitosa a cultivos lícitos.
Nuestra estrategia busca que las tierras tengan esa formalidad de los títulos, pero también buscamos que haya oportunidades económicas viables.
Por ejemplo, en sectores como café especial, cacao, caucho, frutas y vegetales. En los últimos cinco años hemos apoyado a los agricultores pequeños y han recibido más de 180 millones de dólares en ventas luego de abrir los mercados nacionales e internacionales.
También estamos trabajando y buscamos mejorar el acceso a servicios básicos de la comunidad, pues sabemos que una familia necesita salud, educación y agua ya que sin estos servicios estamos seguros que no pueden hacer una transición de una manera efectiva y exitosa.
¿Esta estrategia va acompañada con la nueva política antidrogas del Gobierno Nacional que busca acorralar a los narcotraficantes, pero proteger al campesino?
Murakami: Eso es algo que nos complace mucho y esta nueva política antidrogas, que el Gobierno Lanzó en septiembre pasado, es muy parecida a nuestra estrategia. Hay un énfasis en la seguridad rural, el desarrollo económico rural y también una intención para combatir los delitos medioambientales porque los mismos narcotraficantes están sacando muchos ingresos de actividades como la minería ilegal.
A nosotros nos complace que haya alineamiento entre nuestras ideas y el Gobierno. Sin embargo, hubo algunas diferencias.
El año pasado, después de la publicación de la nueva estrategia, el Gobierno de Colombia publicó un decreto en borrador para la industrialización o legalización de la hoja de coca y no estamos de acuerdo con esto porque el Gobierno de Colombia quiere reducir, en un 40%, el cultivo de esta hoja antes del año 2026.
No creemos que haya una ruta de industrialización para lograr este objetivo y también hay presencia de grupos ilegales en Colombia que pueden ser los dueños detrás de las licencias para vender la hoja.
¿Específicamente, en qué se está trabajando en el Valle del Cauca?
Rajaraman: Tenemos una presencia amplia y profunda en la región Pacífica y por parte de Usaid apoyamos más de 500 actividades en cuatro departamentos de la región.
Trabajamos temas de inclusión y contamos con programas con jóvenes. Hoy vamos a visitar algunos proyectos que estamos trabajando en colaboración con la Fundación Don Bosco para crear nuevas oportunidades educativas y económicas para los jóvenes. También, con la población migrante, tenemos una inversión extensiva que está trabajando con la Alcaldía y el Departamento para hablar sobre las oportunidades económicas para ellos y que puedan acceder a servicios educativos, de salud, que logren continuar con su registro y conseguir las tarjetas de estatus y protección temporal.
Murakami: me complace mucho anunciar un nuevo programa que vamos a estar lanzando en Cali y Buenaventura para prevenir el consumo de drogas. Esto involucra la capacitación de 400 profesionales de salud porque creemos fuertemente que la mejor manera es prevenir el consumo de drogas.
Otro programa que tenemos es de becas y se llama Vamos Sumando. Dicho plan les permite a jóvenes de comunidades afro e indígenas, transformarse en policías o en miembros de la Armada Nacional. Hasta la fecha hemos dado becas a 900 jóvenes del Valle del Cauca. Esta estrategia es muy bonita porque puede transformar las vidas de los muchachos, de las familias y, una vez que sean policías, ellos vuelven a sus mismas comunidades en el Valle para ayudar en la solución de problemáticas porque son ellos los que conocen cuáles son los retos en seguridad.
¿A partir de la implementación de estos programas, cuáles son los desafíos más grandes que han identificado en Colombia?
Rajaraman: Estamos trabajando en 9 ciudades del país que son receptoras de más del 55 % de la población migrante, buscamos crear centros integrales que sirven como una ventana única para que quienes llegan de otros países puedan acceder a un rango amplio de servicios que necesitan para construir vidas dignas y productivas en Colombia.
En estos Centros Intégrate los migrantes pueden registrar sus niños en el sistema educativo, recibir información sobre empleo y mucho más. Tenemos un proyecto que se llama Oportunidades Sin Fronteras, que está construyendo alianzas con el sector privado para crear empleos y apoyar a los migrantes para encontrar trabajo.
Todos sabemos que los migrantes no son una amenaza para Colombia y ofrecen muchos beneficios a la sociedad. Los venezolanos que vienen de una situación de crisis en su propio país, traen sus habilidades, destrezas y extenso conocimiento y eso es bueno para la sociedad y economía de varias maneras.
Cuando se lanzó la nueva política antidrogas del Gobierno, el presidente Gustavo Petro afirmó que la guerra contra las drogas había fracasado a nivel mundial. ¿Usted qué piensa al respecto?
Murakami: Considero que la palabra guerra no es la adecuada porque una guerra implica un comienzo, un fin, implica que haya un ganador o perdedor y esto no es. Aquí hay un aspecto de salud pública y uno no puede decir que hay una guerra contra una enfermedad.
¿Qué opina de que en Colombia se esté dialogando con grupos como el ELN, Disidencias Farc o el Clan del Golfo?
Rajaraman: La esfera norte de la paz en Colombia es la implementación de los Acuerdos de 2016. Este ofrece una hoja de ruta para todo el país y hemos apoyado al Gobierno de Colombia en diferentes capítulos del Acuerdo de Paz.
Hemos invertido más de 1.500 millones de dólares en la implementación del Acuerdo de Paz.
¿Por qué, en entrevistas anteriores, manifestó que el fentanilo que se produce en Colombia no es una amenaza para EE. UU.?
Murakami: No estamos de acuerdo con la narrativa de que el fentanilo está reemplazando la cocaína porque la cocaína sigue siendo una amenaza grave. El fentanilo es un flagelo sin duda, pero también lo es la cocaína. En 2023 la cocaína mató a más de 30.000 en EE.UU.