Disidencias, sicarios y drogas: testigo secreto destapa el rol de alias ‘El Costeño’ en el atentado a Miguel Uribe

Un nuevo testimonio clave ha sobresalido en la investigación del atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.

Se trata de un testigo secreto que compartió tiempo con Elder José Arteaga, alias ‘El Costeño’, presunto implicado en el atentado.

En su declaración, revelada por Semana, se conoció sobre la grave adicción del cabecilla al tussi, y se confirma que la supuesta orden para el atentado provino de las disidencias de las Farc desde Caquetá.

Declaraciones del testigo secreto

El hombre, cuya identidad permanece protegida por razones de seguridad, convivió recientemente con Elder José Arteaga, conocido como ‘El Costeño’ o ‘Chipi’, y proporcionó detalles que dan un nuevo giro al caso.

Y es que el testigo relató cómo ‘El Costeño’ mientras huía de las autoridades se refugió temporalmente en una vivienda del barrio El Muelle, en Engativá, donde pasaron una noche entera “cocinando tussi”, una droga sintética de alta peligrosidad.

En su declaración ante la Fiscalía, el testigo aseguró que compraron un “combo” que incluía sedante para caballos, éxtasis y otros insumos, consumidos en su totalidad en una sola jornada.

“Lo compramos para consumir, no para vender. Compramos sedante para caballos, vale 300.000 la botella”, expresó.

Por otro lado, más allá de las drogas, el testigo reveló que la orden de atacar a Miguel Uribe habría sido emitida desde el departamento de Caquetá, presuntamente por disidencias de las Farc.

Según sus palabras, ‘El Costeño’ recibía mensajes de voz en los que le exigían explicaciones por el fracaso del atentado.

“Recibía audios donde le preguntaban por qué no había roto la piñata, así se referían al asesinato del senador”, aseguró.

Estos mensajes eran enviados por un hombre identificado como Jhon Bayron, presunto miembro de la guerrilla, con quien ‘El Costeño’ mantenía comunicación constante a través de un número registrado en Filipinas y guardado en su celular como “plata o plomo…”, acompañado de una foto de Mr. Bean con casco militar.

Según el relato, la orden de asesinar al precandidato fue negociada por un monto cercano a los $ 700 millones, aunque ‘El Costeño’ habría solicitado un adelanto de $ 45 millones como parte de su participación.

“Tenía miedo de que, si no lo mandaba a matar la guerrilla o Mosco, era el Gobierno el que lo iba a matar también. Por eso era que él no se movía de Bogotá”, indicó el testigo, refiriéndose a lo que, presuntamente, le habría dicho el capturado.

Finalmente, la investigación por parte de las autoridades continúa y conforme a los testimonios, cada vez se expande más la red criminal detrás de este caso.