Los Toreros Muertos regresan a Cali para celebrar 40 años de rock y humor: esta es su historia

Los Toreros Muertos son una institución del rock en español, pero incluso en un género musical caracterizado por lo alternativo y lo diferente, ellos son la excepción, una agrupación cuya gran revolución no fue otra que hacer reír a su público, entendiendo que la música también puede ser comedia.

Formados en 1984, desde un principio se burlaron del propio mundo de los rock star y la industria musical. En contra de artistas ridículamente convencidos, de aquellos que solo están satisfechos con una obra maestra que exprese la belleza humana o cualquier otra pomposidad, ellos optaron por dedicarle una canción al acto de vaciar la vejiga, o a las simples piedras.

Su primer álbum, ‘30 años de éxitos’, de 1987, así como el más reciente, ‘100.000 copias vendidas en una semana’, de 2024, dejan claro que jamás fue su intención competir por la popularidad, sabían que los excéntricos de España y Latinoamérica se reconocerían en su música.

En Cali tampoco faltan los excéntricos, porque en cada visita de Los Toreros Muertos a nuestra ciudad, miles de caleños siempre corean sus divertidas canciones. Sin duda, así será el próximo jueves, 27 de febrero, cuando la banda española se presente en la Arena USC, durante un concierto en el que también estarán los colombianos Julio Nava y José Matera.

El comediante, actor y cantante, Pablo Carbonell, líder de Los Toreros Muertos, cuenta cómo la música con sentido del humor puede ser la más revolucionaria.

Los Toreros Muertos ya cumplieron 40 años de historia, ¿qué representa este aniversario?

Es, básicamente, la demostración a la gente de que el sentido del humor y la sátira musical siguen teniendo vigencia. Que podemos seguir pasándolo muy bien y que no importan los años. Lo que pesa son los kilos, los cuernos y la mala vida. A pesar de nuestra leyenda, nos portamos muy bien con nosotros mismos y seguimos en plenitud de facultades, algunos más que otros, pero en bastante buen estado.

¿Por qué, desde un principio, decidieron apostarle a la música humorística y no a los géneros más convencionales?

Al principio yo hacía teatro infantil y luego pasé a un dúo con un gran cómico, que se llamaba Pedro Reyes, y Joaquín Sabina nos definió como que hacíamos un “humor blanco cocaína”. Nosotros éramos los únicos cómicos que podíamos actuar en el templo de la movida en Madrid, que se llamaba La Rock-Ola, y lo curioso es que no nos escupían y nos querían mucho. Todos los punkies, los rockers, los mods, todas las tribus urbanas nos querían mucho.

En esa época, quizás generé cierto complejo de patito feo, rodeado de gente que tenía grupos de rock y yo era un payaso. Entonces me dije: “Bueno, voy a hacer un grupo y me voy a reír de la música”. Aunque, aclaro, a mí la música me encanta y estoy agradecidísimo con este arte, porque ha hecho mi vida maravillosa. Pero el star system no me gustaba mucho, me alejé de ciertas actitudes de algunos grupos de rock y opté por hacer un grupo que parodiara el mismo mundo musical.

¿Cuáles fueron esos grupos musicales y humorísticos que tuvieron como referentes para Los Toreros Muertos?

Les Luthiers para mí son un grupo cumbre, yo tuve todos sus discos y los escuché mucho en su momento, me parecían divertidísimos, pero esto lo compaginaba escuchando también a los Talking Heads, Frank Zappa y Sex Pistols. Todo ese batiburrillo generó Los Toreros Muertos, un grupo humorístico y satírico.

Igualmente, hay otros muchos grupos en España con sentido del humor, uno de mis favoritos es Siniestro Total, que son maravillosos y su líder, Miguel Costas, sigue trabajando, para mí están en lo más arriba.

Burlarse de las solemnidades y cursilerías es toda una tradición en el mundo del espectáculo...

Creo que todo eso también tiene cierto eco de music hall. Recuerdo que yo acudía a ver en un bar muy pequeño, lleno de humo, a un personaje que ahora es un pope de la televisión, que se llama el Gran Wyoming, o “el reverendo”. Él hacía un espectáculo de music hall, que era bastante rockero, solamente a piano y voz. Wyoming hablaba mucho entre canciones, y yo pensé que podía hacer lo mismo, pero con una banda tocando fuerte detrás.

Los Toreros Muertos somos igualmente herederos del cabaret, que tiene mucho de teatro y nosotros cada día somos más teatrales, cada día buscamos más el juego con el público y con romper las distancias entre la gente. Tenemos una propuesta que cada vez se va perfilando mejor hacia la diversión y la risa. Al principio nos gustaba mucho poner a la gente a bailar, algo que no hemos perdido, pero también buscamos que se rían.

Y, al mismo tiempo, hacen una crítica social con su música humorística…

Sí, algunas canciones terminan siendo más sociales o incluso tristes, aunque nosotros lo que buscamos es desnudar a la música. Pero, si bien muchas de las canciones que hago me las planteo como chistes, a veces toman otro rumbo. Por ejemplo, en el último disco que lanzamos hay una canción llamada ‘Oveja negra’, que es muy trágica y nació de mi reflexión sobre que hay muchas canciones de gente que vuelve a casa. “Y encontraré el camino a la casa”, “Mamá vuelvo a casa”, “Las vías del tren me llevan a casa”, en fin, ese tipo de cosas.

Por lo que yo quise hacer lo contrario, la canción de uno que no puede volver a casa. Así terminé por contar la historia de un hombre que no ha cumplido sus expectativas, que se fue de casa con muchas esperanzas y la promesa de volverse alguien de provecho, pero ahora está tirado en la calle. De modo que a partir de un chiste me salió una canción trágica.

Sin embargo, la hemos incluido en el disco porque creo que Los Toreros Muertos somos cada vez más eclécticos, cada vez nos caben más ideas. Y eso que nosotros, salvo reggaetón, que lo haremos en algún momento, hemos tocado todos los estilos de música posibles, y en este disco que estamos presentando hay 12 canciones y casi todas son de un género musical diferente. Pero que no se asuste el público de Cali, en el concierto sonarán todos nuestros clásicos.

¿Estarían dispuestos a hacer reggaetón?

Sí, un día lanzaremos un reggaetón. Yo tengo una letra así de ese estilo, de un hombre que quiere invitar a una mujer a dormir en su cama. La tenemos adelantada. Pero aún no la hemos grabado.

¿Y qué piensa de este género musical?

Tiene cosas muy buenas. Ha sido como plantarle cara a tanta música anglosajona, decirles: “Ey, que nosotros también hacemos música que se baila y es moderna”. Desde luego, es música un poco primaria y hay muchísimas calidades diferentes, hay reggaetón horrible, espantoso, el autotune me parece lamentable, no puede ser que se acepte gente cantando como si estuvieran debajo del agua o con 5.000 chicles en la boca. Pero hay otro reggaetón muy pasional, con muy buenos textos, así que bienvenido sea.