Economía
¿Arancel del cero por ciento corta los hilos de la industria nacional?
Con una serie de decretos, el Gobierno busca responder a la crisis del sector de las confecciones. Sin embargo, algunos analistas dicen que sería el fin para hilanderías y productores de algodón.
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19 de oct de 2025, 11:27 p. m.
Actualizado el 19 de oct de 2025, 11:27 p. m.
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La decisión del Gobierno Nacional de eliminar el arancel a telas, cueros e hilados, en respuesta al mensaje de urgencia enviado por la Cámara Colombiana de Confecciones, ha generado un gran debate en el país.

Algunos analistas advierten que esto pondría en riesgo no solo a subsectores de la industria como las hilanderías y los productores de algodón, sino también la reindustrialización del país.
Sin embargo, Guillermo Elías Criado, presidente del gremio textil, aplaude la decisión, señalando que será la tabla de salvación para la industria de las confecciones del país, amenazada por las importaciones desde Asia, la competencia con plataformas como Temu, Shein y AliExpress, y los aranceles del 10 % a insumos como el hilo.
“Hicimos un llamado urgente y respetuoso al presidente Petro, porque es algo crucial para la reindustrialización, un tema de este Gobierno: o favorece a las 142.000 empresas populares que representamos el 99 % del empleo del sector moda o va a seguir protegiendo a dos hilanderías que hay en Colombia?”, preguntó el líder gremial.

Para él, la eliminación de los aranceles a los hilos y demás materias primas esenciales para este sector, es una decisión urgente para la economía popular y la justicia social del sistema moda colombiana frente a los productos de Temu, Shein y AliExpress, que no pagan impuestos ni generan empleo en Colombia, mientras las importaciones textiles desde países sin TLC superaron los US$ 870 millones en el primer semestre de 2025 y la confección importada viene creciendo a dos dígitos.
“El sistema de moda colombiano (confección, textil, cuero, calzado, marroquinería) genera 2,5 millones de empleos en el país. Cabe destacar, además, que el 70 % de estos empresarios son mujeres, madres cabeza de familia, que sostienen con su trabajo el tejido productivo de Colombia”, enfatizó Criado.
Dijo también que la producción nacional de hilos no cubre ni el 5 % de la demanda del sector: “Mantener los aranceles a hilos significa perpetuar el rezago competitivo y sacrificar miles de empleos”.
En los últimos años, anotó, el país ha visto desaparecer más de 30 empresas insignes de la industria textil como Coltejer, Textrama, Única, Coltepunto, Fatextal y Texmeralda y Everfit, entre otras.
A lo que suma otro gran número en ley de insolvencia: 1116, tales como Fabricato, Textilia, Protela, Encajes S.A. y Fatelastex.
“Tenemos que buscar un gana gana, no queremos perjudicar ni a los hilanderos ni a los agricultores de algodón, Los necesitamos y podemos aumentar el cultivo del algodón y exportar nuestra excelente calidad y aprovechar los TLC, pero sin sacrificar el tejido empresarial que jalona toda la cadena”, puntualizó Criado.
Advirtió que la cadena de hilaturas representa máximo el 1 % del empleo. “No podemos seguir manejando este sector con la lógica de hace 50 años, cuando Colombia tuvo 400 mil hectáreas de algodón y hoy no tenemos sino doce mil hectáreas”, insistió el líder gremial.

El gremio estima que las exportaciones este año no van a superar los US$700 millones en razón a la falta de organización en encadenamientos productivos. “Tenemos una pereza exportadora impresionante y estas medidas van a obligar a que hilanderos, confeccionistas y algodoneros, trabajemos de la mano y todos salgamos a buscar negocios en el exterior”.
Exportaciones nacionales en riesgo
Javier Díaz, presidente ejecutivo de Analdex, opinó, por su parte, que llevar a cero el arancel para los hilados y los insumos del sector de la confección puede significar la desaparición de las hilanderías, “las pocas ya que quedan en Colombia”.
En ese sentido, resaltó que el país quedaría sin hilos de origen nacional y, por lo tanto, no podría cumplir con la norma de origen para exportar sus confecciones al mercado de Estados Unidos.
“La preocupación es: ¿vamos a perder la posibilidad de exportar nuestras confecciones a los Estados Unidos? ¿Por qué eliminar el arancel y no tocar los umbrales? ¿Es posible lograr el objetivo del Gobierno sin tocar los umbrales que establecen un sobre arancel para este tipo de productos?”, cuestionó Díaz.
José Fernando Amézquita, director ejecutivo de la entidad para el suroccidente, planteó realizar un análisis integral, mirar la estructura arancelaria como un todo y no como un eslabón.
“Lo que se podría establecer es una política de cupos, y que lo que no logre cubrir la industria nacional entre sin arancel para estimular el desarrollo productivo de los confeccionistas”, propuso.
El foco de la crítica, añadió, se enfoca en que el 69 % de las subpartidas sujetas a desgravación están cubiertas bajo el decreto de umbrales, lo cual se percibe como falto de análisis integral para generar beneficios que se transfieran a toda la cadena productiva.

Entre tanto, el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, opinó que la medida aparentemente es positiva en la medida en que se disminuyen los costos de insumos y, en ese sentido, beneficia a los confeccionistas.
“Pero, simultáneamente, y ahí es donde está la preocupación, este tipo de medidas se suelen aplicar cuando el país no tiene producción local, pero Colombia sí tiene producción local de hilos y de otros insumos. Entonces, en ese caso, lo que termina generando uno es que por beneficiar un subsector industrial, termina perjudicando otro. Y, por tanto, puede afectar la generación de empleo y el desarrollo productivo del país. Por eso, no es una medida plenamente conveniente”, subrayó.
Aseguró que la verdadera competitividad del sistema moda no vendrá de más importaciones, sino de energía más barata, crédito accesible, innovación y estabilidad regulatoria.
De otro lado, Yeimy Rojas, fundadora y directora creativa de Quimeras, un atelier que nació en el municipio de Palmira y que lleva 20 años en la industria de la confección, consideró que la eliminación de aranceles a hilos y telas importadas puede tener un efecto positivo en la medida en que busca aliviar los costos de producción de las marcas nacionales, especialmente de aquellas pequeñas y medianas empresas que enfrentan una competencia creciente de productos importados a muy bajo costo.
En ese sentido, puede representar una oportunidad para impulsar la confección nacional y estimular la innovación y el empleo.
Sin embargo, para Rojas es fundamental que esta medida venga acompañada de una política integral que proteja y fortalezca toda la cadena textil.
“La apertura sin una estrategia de apoyo podría afectar gravemente a los productores locales de hilaza, tela y algodón, poniendo en riesgo un saber hacer que hace parte de nuestra identidad productiva”, subrayó la empresaria.
“Para que la iniciativa sea sostenible, el Gobierno debería complementar esta decisión con incentivos a la modernización tecnológica, créditos blandos, programas de capacitación y apoyo a la innovación, así como mantener reglas de origen claras que permitan conservar el acceso preferencial a mercados internacionales”, expresó.
Panorama textil en el Valle
Para 2024, según datos de la Cámara de Comercio de Cali, el número de empresas textiles y de confecciones registradas fue de 2874 unidades productivas, lo que representa una reducción de 3,3 % frente a las 2973 de 2023.
Estas organizaciones generaron ingresos por tres billones de pesos, reflejando un crecimiento anual del 8,4 % en sus ventas. Adicionalmente, del total de empresas, el 92,3 % corresponde a microempresas y el 5,6 % a pequeñas empresas, con una alta concentración en Cali (94,3 %).
“Predominan las unidades dedicadas a la confección de prendas de vestir, excepto las elaboradas con piel, con un total de 1957 empresas en esta categoría”, explicó Harold Londoño, gerente de Analítica y Estudios Económicos de la entidad.

En materia de comercio internacional, el Valle del Cauca se ubicó como el cuarto mayor exportador nacional de productos confeccionados y de cuero en 2024, con ventas externas por US$85 millones, siendo los principales destinos Estados Unidos (US$ 33 millones), México (US$ 13 millones), Ecuador (US$7 millones), Chile (US$5 millones) y Brasil (US$ 3 millones).
En cuanto a las compras del exterior, el departamento fue el tercer importador de productos confeccionados y de cuero, con un valor de US$ 101 millones en 2024, precedido por Bogotá y Cundinamarca (US$ 945 millones) y Antioquia (US$ 193 millones).
Periodista de la Universidad del Valle con casi 30 años trabajando en medios impresos como El Espectador y El País, y desde hace unos años he incursionado en periodismo digital.