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Estremecedores testimonios sobre cómo el fútbol acabó con la muerte y las fronteras invisibles en Comuneros II

En el barrio Comuneros II la muerte y las fronteras invisibles ya no existen.

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El campeonato de banquitas, de los Hermanos Diago, que se juega en las canchas del barrio Comuneros, ha hecho que las fronteras invisibles que han causado tanta violencia y víctimas, ahora sean un territorio de paz y buena convivencia alrededor del deporte. Foto Jorge Orozco.
En la cancha de el claret, es donde se realiza la Liga de Banquitas Hermanos Diago, que cuenta con una masiva participación de jugadores, que son acompañados por decenas de personas que se colman al rededor del escenario. /Foto Jorge Orozco. | Foto: Jorge Orozco

17 de ago de 2025, 04:00 p. m.

Actualizado el 17 de ago de 2025, 04:00 p. m.

La Liga de Banquitas de los Hermanos Diago, Carlos y Yesid, un torneo que se disputa en la cancha del Claret, en Comuneros II, en el oriente de Cali, fue la vía que clausuró la guerrera en esta zona del Distrito de Aguablanca y barrios aledaños.

La drogadicción, las fronteras invisibles, los atracos, las riñas y las muertes, eran el pan de cada día en el barrio Comuneros II. La zozobra se apoderaba de la comunidad, que despavorida decidió emigrar en busca de un refugio y dónde poder vivir tranquila, sin tener el temor de encontrarse una bala perdida que acabara con su vida.

Y es que varias de las pandillas del sector como ‘Los Acero’, ‘Los del Claret’, los de ‘Poli’, los de la ‘Hormiga’ y ‘La Caseta’, eran las que tenían azotadas parte de las calles del Distrito de Aguablanca, sin embargo, gracias a Dios los hermanos Diago, Carlos y Yesid, cansados de ver cómo caían en la muerte sus amigos, se pusieron ‘la 10’ y crearon un torneo para conquistar la paz.

Precisamente, los Diago fueron los artífices de que hoy en día reine la paz en Comuneros II y sus alrededores, pues junto a los líderes de las extintas bandas llegaron a acuerdo de paz y hoy en día participan en el torneo, incluso, juegan en los mismos equipos y ya se enrumban en un ambiente de tranquilidad.

Jhon Jairo González, alias ‘Pilli’, indicó que “esto es lo más grande que hemos tenido en el barrio, había mucho conflicto, era una calentura, pero con el torneo mucha gente se ha unido y eso se ha acabado, ahora nos damos la mano y la paz”.

Además, Jhon confesó que las disputas se daban por “por una gorra, unos zapatos, porque se miraba feo o por drogas”.

Para ‘pilli’, que lleva 42 años viviendo en Comuneros II, la clave estuvo en el “diálogo, eso lo es todo y también pensando en los niños”, porque antes el que iba al barrio salía robado, pero ahora “ya se puede vivir rico”.

El primer torneo contó con la supervisión del cuadrante de la Policía, que llegaba antes de iniciar los partidos, a las 6:30 p.m., y se iban después de las 10:00 pm., tras el final del último juego, en la cancha del Claret, donde se disputa el evento.

Esa primera edición, que comenzó en medio del miedo y la prevención, duró seis meses. Al siguiente torneo no hubo oficiales, quienes fueron fundamentales para el éxito.

De ahí en adelante, los que eran enemigos, terminaron jugando en el mismo equipo.

Para Milton Robledo, habitante del sector y quien fue uno de los que inició el torneo, fue clave que como “los mismos muchachos se mataban entre ellos, la nueva juventud que crecía, entró en diálogos a través de los presidentes de los barrios y los líderes, hasta que hubo acuerdos, se generó confianza y hubo tranquilidad”.

Incluso, Robledo explicó que “entre los muchachos no se podían ni ver, porque se tiraban entre ellos”. Incluso, reveló que habían muchas amenazas en ese entonces.

“En varias ocasiones hubo situaciones que de pronto se presenciaron y a uno le tocaba irse para no ser testigo de nada, porque en ese tiempo el temor era que si usted veía algo no dijera nada, porque llevaba del bulto”, anotó Milton Robledo, quien vivía en La Paz y ahora residen en Comuneros II.

Del ‘proceso’ de paz en la zona, participaron las extintas bandas de ‘Los Acero’, ‘Los del Claret’, los de ‘Pilli’, los de la ‘Hormiga’ y ‘La Caseta’.

José Albeiro Delgado, más conocido como ‘La hormiga’, detalló que “el torneo hizo acabar las fronteras invisibles. Yo soy víctima del conflicto, dos de mis hermanos fueron asesinados, pero el deporte ayudó a que esto se acabe. Le agradecemos a los hermanos Diago, porque están recuperando a los jóvenes”.

Cuenta ‘La hormiga’, que hizo parte de la banda ‘Los pispos’, “que no se la llevaban con ‘Los del riel’ de El Poblado, pero se regeneró y hoy “hago trabajo social con niños, hago festivales de cometa, soy recreacionista y les enseño a jugar fútbol”.

Este proyecto llevó a que “hoy los de la vieja guardia de las pandillas hagamos fiestas entre nosotros. Nos sanamos. No queremos que esto vuelva a pasar en el barrio”, señaló.

Este proceso de paz, liderado por Carlos y Yesid Diago, le ha permitido a Comuneros II que la gente vuelva a vivir en el sector, que las casas sean alquiladas, regresen las ventas y la economía se reactive. Además sentir ambiente de paz y tranquilidad, esa que se debe replicar en las zonas de conflicto de Cali.

Comunicador Social. Periodista con una trayectoria 21 años trabajando en los programas radiales de mayor reconocimiento en Cali, también en medios televisivos y prensa escrita. Soy especialista en deportes. Ganador del premio Farallones de Cali, de la Alcaldía de Cali, como Mejor Periodista Social Comunitario de Cali. Tres veces nominado al Premio Terraco de Oro, de la Gobernación del Valle, como Mejor Periodista Deportivo del Valle. Soy amante a los deportes.

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