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Esta es la competencia de los Juegos Olímpicos que se disputará a más de 15.000 kilómetros de París
Las actividades deportivas se realizarán en la mitad del océano pacífico.
Al final de una pequeña carretera, frente a unas cuantas pensiones familiares, los mejores surfistas del mundo se preparan para competir desde el sábado en la temible ola de Teahupo’o, en Tahití, lejos de París, sede de los Juegos Olímpicos de 2024.
Cuarenta y ocho atletas (24 hombres y 24 mujeres) competirán en este tubo translúcido, temido pero admirado, situado en el sureste de la península tahitiana, a 15.716 kilómetros de la capital que acoge las justas.
La distante sede de la segunda cita olímpica del surf, tras el estreno en Tokio-2020, cae como anillo al dedo para una de las leyendas de esta disciplina: Gabriel Medina, tres veces campeón de la World Surf League (WSL).
Llamado a para darle a Brasil el segundo oro en la modalidad masculina, luego del obtenido por Ítalo Ferreira, ausente en la Polinesia Francesa, el popular surfista paulista dice tener buenas sensaciones por participar en su “ola favorita del circuito mundial”.
“Es un lugar muy especial para mí, ya tuve grandes resultados aquí. La ola es perfecta, del tipo que me gusta surfear. Es una de las oportunidades de la vida que no quiero dejar escapar”, dijo recientemente al Comité Olímpico Brasileño (COB).
Toledo, el retorno del bicampeón
Medina, de 30 años, nunca ha salido del podio en Teahupo’o desde que se convirtió en el primer brasileño en ganar el título mundial de la WSL en 2014.
Pero él mismo advierte de la competencia feroz que habrá por el metal dorado, deseado también por el estadounidense John John Florence, el australiano Jack Robinson o el brasileño Filipe Toledo, bicampeón de la WSL en 2022 y 2023.
Toledo, de 29, está de regreso a las competiciones oficiales luego de que anunciara en febrero una pausa para cuidar de su “salud mental”.
“Estoy en un buen momento, aproveché para descansar del circuito mundial y enfocarme en los Olímpicos también. Me trajo un poco de paz y más confianza”, aseguró al COB.
La parada en Teahupo’o estuvo prohibida en el circuito mundial femenino hasta 2021 por la peligrosidad de las olas.
Pero una de las favoritas competirá en casa: Vahine Fierro, de 24 años, surfea en su jardín, justo al lado de su hogar.
“Intento que las cosas sean sencillas, aunque los Juegos sean grandiosos y el sueño de mi vida. Es normal sentir estrés y también miedo”, dijo el lunes en rueda de prensa.
A finales de mayo, esta prometedora surfista, que compite en las Challenger Series, equivalente a la segunda división profesional, se impuso a varias competidoras de la élite para convertirse en la primera tahitiana en ganar el Tahiti Pro.
Villa olímpica sobre el agua
Hay otras varias más serias aspirantes a treparse al podio en el “muro de calaveras”, como los lugareños llaman a esta ola con piso de coral: la brasileña Tatiana Weston-Webb y las estadounidenses Caitlin Simmers y Caroline Marks (vigente campeona mundial).
Y, sobre todo, la también estadounidense Carissa Moore, de 31 años, cinco veces ganadora de la WSL y vencedora del oro en Tokio.
Las pruebas están previstas del 27 al 31 de julio, pero hay tres días más de reserva por si las olas no llegan. El principal servicio meteorológico francés prevé buenas olas para los dos primeros días.
El aterrizaje del surf ha revolucionado la vida en Teahupo’o, un pueblo de unos 1.500 habitantes que llevan una vida tranquila dedicada a la pesca y un poco al turismo.
Diecinueve de las 21 delegaciones de surfistas se alojan en el bote Aranui, ya que no hay ningún hotel para recibirlos en la zona. Esta embarcación realiza normalmente cruceros y transporte de mercancías en los archipiélagos de Tuamotu y Marquesas.
Es la única villa olímpica flotante de París-2024 y está anclada en la bahía de Vairao. Frente al lugar no hay carreteras, apenas una vegetación exuberante y algunas casas de huéspedes.
La mayoría de los residentes están “orgullosos” de albergar las justas, aunque precisan de un pase para volver a casa, lo que ha provocado cierta tensión entre la población.
Los sindicatos locales, de su lado, no han esperado al primer día de competición para lanzar una huelga en la Polinesia.
*Con información de la AFP.