Colombia
Talio: el enemigo invisible detrás de la misteriosa muerte de dos estudiantes en Bogotá
El hallazgo de este metal tóxico en los cuerpos de las menores ha encendido las alarmas en todo el país, mientras la Fiscalía intenta esclarecer cómo llegó esta letal sustancia hasta ellas.

Jesús Adolfo Chacín Silva
13 de abr de 2025, 06:45 p. m.
Actualizado el 13 de abr de 2025, 06:45 p. m.
La ciudad de Bogotá se encuentra sumida en el desconcierto tras conocerse los resultados forenses que revelaron la presencia de talio, un metal altamente venenoso, en los cuerpos de dos estudiantes de un prestigioso colegio del norte de la capital. El caso, que desde un inicio generó conmoción nacional, ha dado un giro inquietante al confirmarse que la causa de muerte fue envenenamiento con esta sustancia, incolora, insípida y letal incluso en pequeñas dosis.
El talio es un metal pesado que fue prohibido en el país para el uso doméstico debido a su altísima toxicidad. Solía utilizarse décadas atrás en la fabricación de veneno para ratas, pero actualmente solo está presente en cantidades mínimas en ciertos procesos industriales, sobre todo en la fabricación de componentes electrónicos y ópticos. Su ausencia de olor y sabor lo convierte en un arma peligrosa y silenciosa, difícil de detectar a tiempo.

Según el exdirector de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, este elemento puede ingresar al organismo por varias vías, aunque la más común es la digestiva. También es posible aunque poco frecuente que lo haga por contacto con la piel o por inhalación de vapores. El especialista detalló que los síntomas iniciales incluyen dolor abdominal, náuseas, vómito, diarrea y somnolencia, progresando hacia afectaciones más graves como daños renales, hepáticos y neurológicos.
Las adolescentes comenzaron a sentirse mal el viernes en la noche, horas después de compartir juntas en un apartamento del barrio Rosales. Inicialmente, sus familias creyeron que se trataba de una simple intoxicación alimentaria. Sin embargo, el deterioro fue tan rápido que ambas terminaron en la unidad de urgencias de la Fundación Santa Fe. A pesar de los esfuerzos médicos, no lograron sobrevivir.

El caso ha encendido las alarmas en los sectores judiciales y sanitarios. El exdirector Máximo Alberto Duque recordó que el talio fue muy popular hace treinta años en los hogares colombianos, precisamente por su capacidad letal. “Una cantidad tan pequeña como una cápsula de aspirina puede ser suficiente para matar a una persona”, advirtió. Esto, sumado a que no deja huellas visibles, complica las investigaciones y multiplica los temores.
Ambos expertos coinciden en que no se trata de un accidente doméstico común. Las intoxicaciones por talio suelen tener un origen intencional, lo que abre la puerta a la posibilidad de un homicidio. Por ello, la Fiscalía General de la Nación tiene ahora el enorme reto de esclarecer si se trató de una muerte accidental o de un acto criminal premeditado.

Entretanto, los padres, sumidos en el dolor, claman por respuestas y exigen justicia. Las autoridades han sido enfáticas en que no descartan ninguna hipótesis y que se están realizando todas las pruebas necesarias para reconstruir minuto a minuto lo ocurrido.
La gravedad del caso ha hecho que incluso se solicite un pronunciamiento público de Medicina Legal, no solo desde la perspectiva judicial, sino también sanitaria, dada la necesidad de saber si existe un riesgo potencial para otras personas. “Este es un asunto de interés público, no se puede justificar el silencio en nombre de la reserva de la investigación”, concluyó Valdés.

Más allá del misterio y el dolor, esta tragedia ha puesto en evidencia la necesidad urgente de fortalecer los protocolos de vigilancia y manejo de sustancias peligrosas, así como de promover la educación sobre los riesgos químicos en entornos cotidianos. El país, en vilo, espera que se esclarezca pronto la verdad.
Nota realizada con información de SEMANA
Jesús Adolfo Chacín Silva
Comunicador social y periodista de la Universidad Antonio José Camacho. Tecnólogo en Producción Audiovisual y técnico en Diseño e Integración Multimedia del SENA, además de especialista en Fotografía Publicitaria. Experiencia en periodismo de campo frente a cámara, redacción web y gestión de redes sociales
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