CALI
Preocupante: cifra de muertes por siniestros viales este año en Colombia es la más alta de la historia
Será el año con más víctimas fatales en siniestros viales en la historia del país (8500). Diciembre, el más mortífero.
Diego Vargas es el Coordinador de Datos de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial. Hace cuentas. En promedio, dice, un avión comercial tiene capacidad para 300 pasajeros. Si aquello se divide por las más de 8.500 muertes en siniestros viales con las que cerrará el año Colombia, quiere decir que es como si en el 2022 se hubieran caído 30 aviones en el país, más de dos por mes.
— Es una problemática mundial. En el mundo, cada año, se están perdiendo 1.3 millones de vidas en siniestros viales. ¿Por qué no nos causa esa sensación de tragedia? Tal vez porque se debe poner en escala. Es como si una ciudad como Barranquilla desapareciera de un año a otro. Imagínese lo que implicaría. Gran parte del problema de la seguridad vial es que las muertes ocurren en intervalos de tiempo diferentes, lo que hace que no se dimensione lo que está ocurriendo.
En Colombia, cada hora, muere una persona a causa de un siniestro vial. Y este 2022 quedará como el de más muertos en la historia. Solo en Cali, anunció el Secretario de Movilidad, William Vallejo, ya se tiene un incremento del 5% en los fallecimientos si se comparan los datos de 2019 y 2021.
— No hay ninguna guerra que deje tantas bajas en la población civil como los siniestros viales. Y no estoy hablando solo de los muertos, sino de los más de dos millones de años de vida potencialmente perdidos en las calles y carreteras en la última década, además de las más de un millón de personas que han quedado con una lesión discapacitante por un siniestro vial – dice Mary Bottagisio, directora ejecutiva de la Liga Colombiana de la Lucha contra la Violencia Vial, una entidad que nació tras una tragedia familiar.
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La hermana de Mary, María Salomé, tenía 23 años cuando fue arrasada por un bus el viernes 13 de marzo de 2005. Iba para la universidad en bicicleta. Acababa de ser madre. El conductor que la atropelló violó cinco normas de tránsito. Tenía licencia de conducción activa pese acumular 167 comparendos. En el bus que ‘conducía’ iban 33 personas a las que puso en riesgo. Mary lo llama un ‘violento vial’. Hacía del bus un arma letal, en un Estado que, pese a los comparendos, le permitía seguir condiciendo.
Mary, una de las expertas en Colombia en seguridad vial desde entonces, advierte que diciembre es el mes más mortífero en cuanto a siniestros. Las cifras le dan la razón.
Según los datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, 2791 personas fallecieron en siniestros viales registrados en los últimos cuatro diciembres; algo así como nueve aviones caídos. En Cali fueron 152 los muertos.
La causa más frecuente de los siniestros es el exceso de velocidad. Representa entre el 40% y el 50% de los casos registrados en las festividades de 2018, 2019, 2020 y 2021. La siguiente causa es desobedecer las señales de tránsito, como pasarse un semáforo el 31 de diciembre para alcanzar el brindis. Y el tercer motivo es conducir en estado de embriaguez.
— Quizá si se publicara el conteo diario de los muertos, como sucedió con la pandemia del coronavirus, se dimensiona lo que está ocurriendo. Por fortuna hay soluciones. La ‘vacuna’ que evita las muertes en los siniestros viales ya está inventada. Se trata de gestionar la velocidad, es decir reducirla, no consumir licor si se va a manejar, usar cascos certificados en el caso de los usuarios de motos, el cinturón de seguridad en los vehículos. Si trabajamos en esos factores de riesgo, vamos a tener reducciones de estas tragedias – comenta Diego Vargas, el Coordinador de Datos de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial.
356 siniestros viales se registraron en Cali en diciembre de 2021; 31 personas murieron. Este año las muertes han crecido un 5%.
La mayoría de las víctimas de siniestros viales tanto en diciembre como en el resto del año son los más vulnerables en las calles: motociclistas y peatones. Los días más críticos son el 7 de diciembre, Día de las Velitas. También las noches de novenas de aguilandos, la madrugada del 25 de diciembre y el 1 de enero, cuando las calles están despejadas y algunos conducen a velocidades inapropiadas. Además, diciembre es un mes en el que se incrementa la exposición al riesgo: al ser temporada de vacaciones, más personas viajan. Y es época de lluvias.
Mary Bottagisio, la directora ejecutiva de la Liga Colombiana de la Lucha contra la Violencia Vial, señala sin embargo que la gran responsabilidad de lo que está ocurriendo la tiene el Estado. En ese punto pide que imagine un río.
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— Cuando sale de la montaña, el agua salta casi que en cascada. Pero el mismo río construye sus curvas para bajar al mar, crea un sistema para moldear ese flujo de agua. Ahora pensemos en las calles: se deben diseñar para moldear esa velocidad, reducirla. Por ejemplo la recta Cali-Palmira. Es una vía rectilínea con dos o tres carriles que le están invitando al conductor a acelerar, así las señales indiquen otra cosa. Otro ejemplo está en los colegios, donde pitan unas rayitas peatonales y le ponen al conductor una señal que dice que vaya a 30 km por hora. ¡Pero la pintura no frena la velocidad! Con esto quiero decir que la infraestructura es importantísima para cambiar los hábitos de los conductores.
La responsabilidad de los siniestros, es lo que quiere decir Mary, anteriormente se le imputaba exclusivamente a los actores viales. Hoy se tiene otra mirada, una donde “no se trata del motociclista ‘kamikaze’, del ciclista ‘loco’ ni el peatón ‘imprudente’ o conductor ‘agresivo’, sino que todo el sistema tiene que estar diseñado para compensar el error humano y para que la gente pueda movilizarse en condiciones de seguridad y eso tiene que ver con velocidades adaptadas.
Las zonas urbanas en Colombia son los lugares que registran un mayor número de víctimas fatales en siniestros viales, según datos de la Agencia de Seguridad Vial.
También, reconoce el Secretario de Movilidad de Cali, William Vallejo, la reducción de la siniestralidad pasa por ofrecer un servicio de transporte público eficiente, una de las deudas históricas de la ciudad. Es una manera de reducir la exposición de los actores viales al riesgo, al utilizarse menos carros y motos que, por cierto, cada vez son más. Por cada carro, se calcula, hay siete motos y el Estado no está garantizando que quien las conduzca tenga el conocimiento para hacerlo. Basta presentar una cédula en el concesionario.
Tampoco se está garantizando que los cascos de los motociclistas tengan las certificaciones que se requieren. Según lo explica William Vallejo, no es tarea de los agentes de tránsito determinar si un casco cumple o no con las certificaciones. Apenas se exige que el casco, sea cual sea, tenga condiciones mínimas como un sistema de sujeción en buen estado.
— Se comercializan cascos con certificaciones falsas. Hay que trabajar con el mercado para que los cascos que se vendan cumplan los requisitos, pero se debe reconocer también que son implementos costosos – comenta el Secretario de Movilidad, quien anunció que durante diciembre se incrementarán los controles de alcoholemia, así como los operativos con la Policía y el Ejército, para intentar recuperar lo que se ha perdido en Cali, la autoridad, elevar la percepción del riesgo en el sentido de que si se comete una infracción de tránsito, habrá consecuencias.
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Porque hoy en el imaginario está la idea de que no ocurre nada si un conductor se pasa los semáforos en rojo, o va en contravía. Más de la mitad de los comparendos que se han puesto en Cali en 2022 no se han pagado. El Secretario de Movilidad sospecha que se debe a que los ciudadanos infractores se acostumbraron a esperar las amnistías, los alivios del gobierno, y se generó una cultura del no pago. Por lo pronto la Secretaría de Movilidad empezará a reportar a los deudores ante las centrales de riesgo.
Mary Bottagisio, la directora ejecutiva de la Liga Colombiana de la Lucha contra la Violencia Vial, tiene otra mirada del fenómeno:
— El ciudadano no respeta la norma porque la norma misma no es coherente, porque el ciudadano siente que la norma es ilegítima. Dispositivos como las ‘fotomultas’ los pusieron más para recaudar plata que para salvar vidas. Hasta que la Corte Constitucional dijo, ‘pongámosle orden a esto’. ¿Y qué pasa? Hoy reina la total anarquía en las vías. Repito: muy fácil querer reducir el problema de las muertes y lesiones solo con el eslabón más vulnerable que es el actor vial, cuando toda la cadena de responsabilidades está fallando. En infraestructura, en seguridad, en velocidades adaptadas, en gobernanza, en control, todo el sistema está fallando, pero queremos imputarle la responsabilidad al motociclista ‘kamikaze’, al ciclista ‘loco’, al peatón ‘imprudente’ o al ‘ conductor agresivo’.
327 motociclistas murieron en diciembre durante los últimos 4 años al chocarse con objetos fijos en las vías.
Sin cinturón
Según estudios de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en Colombia, a pesar de ser de obligatorio cumplimiento, solo el 67 % de los conductores y el 49 % de los acompañantes de vehículos livianos, usa cinturón de seguridad.
De otro lado, el 32 % de los usuarios de vehículos particulares conduce con exceso de velocidad.
Este mismo indicador es más alto en motociclistas, pues el 42 % de ellos se moviliza con exceso de velocidad.