Cali
Millonario robo de semáforos en Cali: los venden en pueblos y ciudades
En los últimos dos años se han hurtado 21 controladores de semáforos. Cada uno de estos ‘computadores’ cuesta en promedio $150 millones. Los estarían comercializando en capitales y pueblos vecinos.

22 de jun de 2025, 11:25 a. m.
Actualizado el 22 de jun de 2025, 11:25 a. m.
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Cali es una ciudad con 517 intersecciones semaforizadas. Al cierre de esta edición, y según los datos de la Secretaría de Movilidad, 27 de ellas están fuera de servicio.
Las causas son variadas, pero una de las que más llama la atención es el robo de los controladores de los semáforos. Cada controlador cuesta en promedio $150 millones. En 2024 y lo que va de 2025 se han robado 21 de estos equipos. Mal contadas, las pérdidas para la ciudad por este motivo son de alrededor de $3150 millones.
“Creemos que detrás hay una banda criminal especializada y se tienen sospechas de que estarían involucrados contratistas que en algún momento pasaron por la Secretaría de Movilidad. Estas tarjetas no todo el mundo sabe para qué sirven ni dónde están ubicadas; es un conocimiento que se aprende cuando se está en la Secretaría, ni siquiera en la universidad lo enseñan. Y se están hurtando los equipos completos, tanto las tarjetas principales como los CPU de los semáforos. Estos elementos solo sirven para los semáforos, nada más”, comenta Gustavo Adolfo Cambindo, líder del equipo de semaforización de la Secretaría de Movilidad.

A las autoridades pareciera no interesarles lo que está ocurriendo. En la Policía Metropolitana afirmaron que no existe un grupo que cuide la infraestructura pública de Cali, a no ser que un ciudadano denuncie y se haga una captura en flagrancia. No es un delito perseguido, luego los robos continúan.
El jueves pasado, a eso de las 6:00 de la tarde, el subsecretario de Movilidad de Cali, Carlos Santacoloma, debió suspender por un momento la entrevista para este reportaje debido a un llamado de urgencia: se robaron el semáforo completo de la Carrera 39 con Calle 54.
“Creemos que quienes se están robando estos equipos los están comercializando en otras ciudades tanto de Colombia como de Latinoamérica, porque para una tienda electrónica, una tienda del común, no es un elemento atractivo. Repito, estos elementos solo sirven para semáforos. Creemos que los controladores que se están robando en Cali los venden a otros contratistas que los instalan en otras ciudades que usen tecnología similar a la de Cali, como Bogotá, Medellín, Envigado, Palmira, Buga”, agrega Cambindo.

También sucede a la inversa: en Cali instalan semáforos cuyos elementos fueron robados en otras ciudades. La denuncia la hizo el ingeniero Jaime Quesada, director de Infraestructura de Metrocali.
“Se trata del semáforo de la Calle Quinta con Carrera 70, frente a la estación del MÍO del Centro Comercial Premier, al sur de Cali. Cuando estábamos ejecutando el contrato de obra en la zona, se suministró ese equipo de semáforo. Al momento de estar a punto de liquidar la obra, nos llamó la Fiscalía, porque resulta que habían puesto un denuncio en el sentido de que los elementos de ese semáforo venían de otra ciudad. Obviamente, nos tocó hacer los trámites con el contratista, que no pudo demostrar con claridad que ese equipo había sido comprado al proveedor y fabricante. Para salir del problema le descontamos ese equipo del acta de liquidación de la obra. Ese semáforo está funcionando, pero sigue siendo investigado por la Fiscalía”.
Las afectaciones de estos robos para la ciudad no son solo económicas. El tramo 1 de la troncal oriente del MÍO, por ejemplo, aún tiene alrededor de diez semáforos que no han podido ser entregados en funcionamiento a la ciudad, precisamente porque se les robaron sus controladores. Es una de las zonas más críticas.

Se ha establecido, además, que estos hurtos se cometen mientras la ciudad duerme: entre las 2:00 a.m. y las 4:00 a.m. En Metrocali identificaron también que las bandas dedicadas a este delito cada vez se especializan más: en las tapas donde están los cables de los semáforos, pese a que están soldadas, les hacen un agujero por donde introducen una pinza para hurtar cable. No es, entonces, un robo de habitantes de calle. Estos últimos se roban el cobre de manera mucho más artesanal.
“Desconocemos cómo quienes roban los controladores de los semáforos acceden a herramientas especializadas. Lo que sí sabemos es que quien hurta estos equipos y los monta en otra ciudad es porque sabe de programación. Es un conocimiento muy específico que no puede hacer cualquier persona”, agrega Cambindo.
Mientras las autoridades se deciden a perseguir a los responsables, de momento el plan de la Secretaría de Movilidad es reforzar las obras civiles, instalando elementos que limiten el acceso a quienes hacen los hurtos. Uno de los proyectos es cambiar las chapas y reforzar la seguridad de las cajas donde están instalados los costosos controladores.

Las otras causas de la intermitencia
Son múltiples las causas que hacen de Cali una ciudad con decenas de semáforos dañados, lo que pone en riesgo la seguridad vial y la vida de sus ciudadanos. Una de ellas es el vandalismo contra la red semafórica. En lo que va del año se han reportado 79 casos.
El concejal Roberto Ortiz, quien ha sido uno de los mayores críticos del manejo de los semáforos en la ciudad, advierte que estos actos de vandalismo se remontan al estallido social, cuando los semáforos terminaron en el piso y la alcaldía de Jorge Iván Ospina contrató jóvenes como reguladores del tránsito.
“Estos muchachos quedaron con esa idea, que podían ser reguladores para ganar dinero. Y cuando se empezaron a poner de nuevo los semáforos y no se les siguió contratando, los empezaron a dañar para, con la totuma, regular las calles”, agrega Ortiz.

Carlos Santacoloma, subsecretario de Movilidad, reconoce, por otra parte, que la red semafórica de Cali es una “colcha de retazos” que combina varias tecnologías, lo que dificulta su mantenimiento. Además, en muchos casos es obsoleta. Hay equipos a los que se les filtra el agua en días de lluvia, por lo que se dañan los elementos electrónicos.
“La Secretaría de Movilidad tiene un plan de mantenimiento preventivo de la red, pero no alcanzamos a cubrirla toda. Tendríamos que hacerle mantenimiento a tres intersecciones semafóricas al día para darle la vuelta a toda la red en el año, y no tenemos esa capacidad. Lo otro es que no estamos logrando hacer esos mantenimientos preventivos porque nos toca hacer mantenimientos correctivos, debido al hurto o la vandalización”, dice Santacoloma.

Ciudad Jardín: el semáforo que nunca prendió
El semáforo está en la glorieta del barrio Ciudad Jardín. Desde que lo instalaron, en 2018, jamás se ha encendido. Ni una sola vez.
La historia se remonta a un estudio que hizo la Alcaldía de Cali con la Universidad del Valle sobre la movilidad en la Comuna 22. Tras el diagnóstico, se pensó en poner en servicio la intersección, pero cuando se hicieron los pilotos de intervención, la congestión vehicular en la zona se prolongó aún más. En otras palabras, los semáforos de la glorieta no servían para mejorar la movilidad.
Fue entonces cuando se decidió buscar otras alternativas, como pares viales y la presencia permanente de agentes de tránsito en el sector. Ya en 2021 y 2022 se definió que el semáforo de la glorieta ingresaría dentro del proyecto de Cali Inteligente: esos semáforos serían inteligentes. Pero eso tampoco ha sucedido.

El concejal Roberto Ortiz ha advertido que, en la ciudad, pareciera que instalar semáforos sin estudios previos se ha convertido históricamente “en un gran negocio”.
“Se deben buscar otras alternativas a la instalación de semáforos para mejorar la movilidad, pero ha pasado que en la ciudad se instalan estos elementos sin los análisis técnicos que se requieren”, asegura.