Cali
Inició la promesa de renovar el barrio Obrero en Cali; esto es lo que piden sus habitantes y los detalles del proyecto
Con un acto simbólico, se puso la primera piedra del proyecto de renovación urbana del barrio Obrero en Cali. La obra coincide con los 106 años del sector.

21 de jun de 2025, 11:15 a. m.
Actualizado el 21 de jun de 2025, 11:16 a. m.
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Con el ritmo de un desfile de niños bailando salsa arrancó ayer 20 de junio, el acto simbólico con el que se puso la primera piedra del Complejo Musical - Dancístico del barrio Obrero. Fue el primer paso visible de un proyecto que pretende recuperar la infraestructura de una zona histórica de Cali.
El evento se realizó en la esquina ubicada en la Carrera 12 con Calle 22A, donde una pintura en el suelo decía: “Kilómetro 0 aquí comienza todo”. Allí, con una pica en mano, el alcalde Alejandro Eder golpeó varias veces el suelo, en señal del inicio de una intervención de 9.421 metros cuadrados sobre la Ruta de la Salsa.
La intervención estará a cargo de la Empresa de Desarrollo y Renovación Urbana, Edru, y será ejecutada por el Consorcio Patrimonio Musical. Comprende seis cuadras que forman una ‘T’, incluyendo la Carrera 11B entre calles 25 y 22A, y la Calle 22A entre carreras 11 y 12.

Esta primera fase, que tendrá una inversión aproximada de 15 mil millones de pesos, abarca puntos clave como el Museo de la Salsa y espacios emblemáticos como La Matraca y Pa’ Borojol.
Diana Patricia Barbosa, directora de Proyectos de la Edru, explicó que las obras contemplan la ampliación de andenes y zonas verdes, la construcción de senderos accesibles, instalación de adoquines, zonas de descanso, reubicación de redes de servicios públicos, alumbrado y mobiliario urbano.
También se sembrarán 80 árboles nativos y más de 4000 plantas ornamentales.

El componente artístico incluirá 54 murales distribuidos en 3067 metros cuadrados y 12 esculturas temáticas inspiradas en la salsa caleña.
Se espera que para diciembre de este año las obras hayan alcanzado un avance del 70 %.

Lo que piensan los habitantes del Obrero
Aunque el proyecto apenas comienza, entre los habitantes del barrio hay una mezcla de ilusión y escepticismo.
Lida Restrepo, conocida como ‘La Maravilla’, es bailarina y no oculta su emoción. “Desde que nací, hace 64 años, vivo en El Obrero. (...) Para nosotros es algo muy grande porque ya se están llevando cosas que son como deben de ser, con fundamento”. Para ella, la clave será que los turistas pierdan el miedo. “Aquí hay museos, emprendimientos, gastronomía, discotecas, salsotecas. No debería existir esa percepción de peligro. Si hay seguridad, como prometió el Alcalde, El Obrero será tan atractivo como San Antonio o Getsemaní, en Cartagena”.
Desde una tienda de vinilos que abrió hace poco más de un año en el sector, Jaime Alberto Zabala también celebra la renovación. “Nosotros llegamos a aportar cultura. La gente siempre hablaba mal del barrio, pero lo que hemos vivido aquí es acogida y movimiento. Y si ya sin el proyecto nos iba bien, imagínate lo que se puede lograr ahora”. Así mismo, cree que la percepción de inseguridad es más un prejuicio que una realidad: “Eso es un estigma que obviamente el barrio Obrero tiene hace muchísimos años”.

Waldy León Valencia llegó hace más de cuatro décadas desde Pereira y desde entonces ha echado raíces en El Obrero. Allí formó su familia y montó su taller de carpintería. Aunque reconoce que el proyecto “es muy bonito, también expresa preocupación por las afectaciones que pueda traer a los comerciantes. “Las obras de infraestructura van a parar mucho el tráfico vehicular por aquí”. Aunque desea que el proyecto se cumpla, mantiene reservas: “Yo he sido muy escéptico en ese sentido. Aquí las cosas nunca se cumplen en el tiempo que es. Dios quiera que se cumpla”.
Aldemar Loaiza tiene 70 años y ha vivido toda su vida en El Obrero. Es artesano de la madera y melómano. Compara lo que viene para el barrio con otras zonas patrimoniales del país: “Esto va a quedar muy bonito. Me hizo acordar a las calles de Cartagena antigua”. Destaca el potencial de las obras, pero reconoce que el deterioro del parque ha afectado la vida cotidiana: “Traigo a mi mamá en silla de ruedas y a veces no se puede pasar. Aún así, tengo la ilusión de que el cambio sí llegue. Todo progreso es avance, y como tal, uno se apoya en el progreso”.
Periodista web en elpais.com.co, comunicador social y periodista, con énfasis en reportería para distintas fuentes de información.