Tecnología
Telescopio Espacial James Webb reconoce partículas que son necesarias para que se desarrolle la vida en un exoplaneta
Fuera del Sistema Solar habría océanos como en el planeta tierra.
Una vez más el hombre ha logrado utilizar la tecnología para un mágico descubrimiento. Desde hace varios años se viene hablando de la posibilidad de que existan vidas en otros planetas, hecho que cada día está tomando fuerza.
Recientemente, la NASA anunció que investigará científicamente si existen o no realmente los ovnis, esos fenómenos aéreos no identificados que despiertan fascinación, pero de los que no hay pruebas de que sean de origen extraterrestre, según un nuevo informe de expertos publicado por la agencia espacial estadounidense.
Y es que la vida más allá de la tierra genera bastante expectativa. Ver cómo objetos vuelan sobre los cielos del mundo despiertan mucha curiosidad y más al no poder saber con precisión de qué se tratan esos objetos que sobrevuelan por las nubes.
Es por ello que recientemente el telescopio espacial James Webb, el cual es un observatorio espacial desarrollado en conjunto con 14 países, más la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA en los Estados Unidos, obtuvo imágenes increíbles que tienen en alertar a los científicos.
Un exoplaneta es un planeta que se encuentra fuera del Sistema Solar. El descubierto por James Webb se llama K2-18 b, el cual se encuentra a 120 años luz del Sistema Solar y es 8.6 veces más grande que el planeta tierra. Anteriormente, el Telescopio Hubble había revelado que en el exoplaneta K2-18 b habría océanos y tendría muchas similitudes con la tierra.
De acuerdo a un informe de la National Geographic en su portal web, lo descubierto por el Telescopio Espacial James Webb es fantástico.
“Una nueva observación realizada por el telescopio espacial James Webb revela que el K2-18 b contiene también moléculas con base de carbono. Esto suma a la viabilidad de vida en el exoplaneta que habita la constelación de Leo”, señala el informe.
El sorprendente informe de este reconocido medio agrega que “el agua no es la única pista de vida en K2-18 b. La evidencia también arrojó la posible presencia de dimetilsulfuro. Este compuesto químico, al menos en la Tierra, sólo se produce a causa de un ser vivo”.
La National Geographic precisa que “para determinar los compuestos de un planeta, el telescopio espacial examina el haz de luz que viene su sol y la distorsión de la luz deja en los sensores del James Webb la evidencia que posteriormente se analiza en los laboratorios. El autor principal del texto asegura que sin el avance de la tecnología, esto no hubiera sido posible”.
El especialista en los exoplanteas, añade que “nuestros hallazgos subrayan la importancia de considerar diversos entornos habitables en la búsqueda de vida en otros lugares”.
Por su parte, la NASA en su página web advierte que “si bien K2-18 b se encuentra en la zona habitable y ahora se sabe que alberga moléculas que contienen carbono, esto no significa necesariamente que el planeta pueda albergar vida”.
Incluso, la misma NASA precisa que este exoplaneta K2-18 b tiene similitudes con Neptuno, porque tendría altas cantidades de hielo en du diámetro.
“El gran tamaño del planeta (con un radio 2,6 veces el radio de la Tierra) significa que el interior del planeta probablemente contenga un gran manto de hielo a alta presión, como Neptuno, pero con una atmósfera más delgada, rica en hidrógeno y una superficie oceánica. Se predice que los mundos Hycean tendrán océanos de agua. Sin embargo, también es posible que el océano esté demasiado caliente para ser habitable o líquido”, dice el informe publicado por la NASA.
Por lo pronto seguirán las investigaciones de la NASA y los especialistas en búsqueda de ratificar o descartar que haya vidas en otros planetas.